Vigésimo octavo virrey ANTONIO DE LA CERDA Y ARAGÓN




Vigésimo octavo virrey
ANTONIO DE LA CERDA Y ARAGÓN
(Conde de Paredes y marqués de la Laguna)
(1680-1686)

 Este personaje, de ilustre familia, fue nombrado virrey de Nueva España, cargo que recibió el 30 de noviembre de 1680.
Tuvo de inmediato noticia del levantamiento de los indios de Nuevo México que asesinaron a colonos, soldados y misioneros, obligando a los sobrevivientes a abandonar Santa Fe que era la capital de aquel territorio para refugiarse en Paso del Norte. El virrey movió fuerzas de caballería de la Nueva Vizcaya para perseguir a los 25,000 indios que estaban en armas pero que bien se cuidaron de presentar batalla, por lo que no se obtuvo un buen resultado. Se repobló a Santa Fe con nuevos contingentes de colonos, españoles y mestizos, quienes recibieron tierras para su cultivo, y se aumentaron las guarniciones que dieran seguridad a esa región.

En 1681 fue enviada una nueva expedición a California, al mando del capitán Isidro Otondo, quien recorrió todo el litoral hasta La Paz, de donde regresó al puerto de Navidad, Jalisco. En esa expedición fueron tres padres jesuitas, entre ellos el tirolés Eusebio Kino, para ver la posibilidad de quedarse en alguna misión. La empresa fue un fracaso, mientras Veracruz, que estaba descuidada y sin suficiente guarnición, caía en manos de unos piratas franceses al mando de Lorencillo (Lorenzo Jácome), quien con 800 hombres se apoderó del puerto y encerró a los habitantes en las iglesias en tanto se dedicó a saquear la ciudad llevándose enormes cantidades de mercancías, rehenes y siete millones de pesos. Cuando llegaron las fuerzas para combatirlos, se habían hecho a la mar y sorpresivamente atacaron a Campeche y a Yucatán burlándose de las autoridades españolas y de la Armada de Barlovento. Este virrey fue quien hizo ahorcar a un aventurero medio loco que estaba en la cárcel, llamado Antonio Benavides y al que el vulgo llamaba "El Tapado", porque decía que traía órdenes de visitador, gobernador y castellano de Acapulco. Probablemente vino con los piratas de Lorencillo. Su ejecución ocurrió el 14 de julio de 1683 en la plazuela de El Volador, en México.
El 16 de noviembre de 1683 el conde de Paredes entregó el gobierno de la Nueva España al conde de la Monclova.

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