JUAN BAUTISTA CEBALLOS




Nació el 13 de mayo de 1811, en Durango. Habiendo renunciado Arista se hizo cargo del poder que fungía como presidente de la suprema corte de justicia. Solamente duró un mes, renunciando el 05 de febrero de 1853, para volver a la suprema corte; de donde fue desplazado por intrigas de Santa Anna. Viajo a Europa y falleció en París el 20 de agosto de 1857.
Juan Bautista Ceballos (n. Durango, Durango, 13 de mayo de 1811 - París, Francia, 20 de agosto de 1859). Fue un político mexicano, que siendo Presidente de la Suprema Corte de Justicia, fue nombrado Presidente interino de México el 6 de enero de 1853 al haber renunciado Mariano Arista. Su primer acto fue disolver las dos cámaras del Congreso, que ya se apresuraban a ponerse a los pies de Santa Anna; diputados y senadores se opusieron a la medida e instigaron a la guarnición de la Ciudad de México al mando de Manuel María Lombardini, para que se sublevara en apoyo al retorno de Santa Anna. La presión fue tan grande que Ceballos se vio obligado a negociar, para calmar las pasiones organizó una junta de notables formada por representantes del clero, del ejército, magistrados, propietarios, comerciantes e industriales
La junta acordó designar un presidente que duraría un año, al término del año el Congreso resolvería el destino de la nación. Sin embargo, la agitación política iba en aumento y para evitar un inútil derramamiento de sangre, consciente del peligro y de las consecuencias de la nueva revuelta para la sociedad, Juan Baustista Ceballos, declinó la presidencia huyendo de esta función dada la ingobernabilidad que privaba en el país y entrega la presidencia al General Manuel María Lombardini el 20 de abril de 1853. En 1856, acepta ser diputado por Michoacán y Colima. Inexplicablemente se marcha a Europa y muere el 20 de agosto de 1859 en la ciudad de París, Francia.
La ficha biográfica de este personaje durangueño, que aparece en el Diccionario Porrúa, de historia, biografía y geografía de México, publicado en México en el año de 1964, página 321, quien ocupó la presidencia interina de la República, del 6 de enero de 1853 al 8 de febrero del mismo año, convirtiéndose en el segundo presidente de la República, que ha tenido nuestra prócer entidad, después del excelentísimo Guadalupe Victoria, que lo fue constitucional, dice que nació en Durango, Dgo., en 1811 y que muy niño fue llevado a Morelia, en donde se recibió de abogado en el Colegio de San Nicolás. Agrega que fue amigo de Melchor Ocampo y de Santos Degollado, miembro del Congreso en 1842 y 1847, secretario general de Gobierno con Melchor Ocampo y nuevamente diputado en 1851; que como presidente de la Suprema Corte de Justicia se hizo cargo de la Presidencia de la República con carácter interino a la renuncia del general Arista, que rehusándose a seguir entregó su cargo al general Manuel María Lombardini, que en 1856 fue constituyente electo por Michoacán y Colima y que marchó poco después a Europa, falleciendo en la ciudad de París en 1859.
Por su parte, Enrique Olavaria y Ferrari y Juan de Dios Arias, al referirse al Mexico independiente, en México a través de los siglos, México, Editorial Cumbre, octava edición, tomo cuarto, 1971, página 795, al describir el procedimiento mediante el cual Juan Bautista Ceballos es electo presidente de la República, se refieren a Ceballos de esta manera: ... "era Ceballos hombre nuevo en la política; moderado liberal, figuró en varios Congresos, y como gobernador de Michoacán respetó los principios e instituciones republicanas; magistrado de la Suprema Corte y nombrado su presidente, tuvo la dignidad de protestar contra el decreto de 21 de septiembre que suprimió la libertad de imprenta: todo esto y el apoyo de los conservadores, alarmados con los nombres que sonaron en las demás candidaturas, decidieron el nombramiento a favor de Ceballos: así, pues, de veinticuatro diputaciones que votaron, diecinueve lo hicieron por él, una por Almonte, otra por Álvarez y dos por Riva Palacio; y de ochenta y cuatro diputados, cincuenta y nueve dieron su voto a Ceballos, catorce a Riva Palacio, cuatro a Almonte, dos a Ocampo, dos a Álvarez, y uno a Mújica y Osorio, quedando dos cédulas en blanco... Ceballos a las siete y media de la noche entró en el salón acompañado de algunos senadores, y prestó el juramento de estilo pronunciando un breve discurso en que protestó su adhesión a las instituciones: don Ezequiel Montes contestó en pocas palabras que el Congreso apoyaría los esfuerzos del nuevo gobierno"...
Así fue como Ceballos, siendo presidente de la Suprema Corte de Justicia, ascendió a la Presidencia de la República, tras una etapa política bastante convulsionada que desembocó en la renuncia a la Presidencia de la República de Mariano Arista, quien la da a conocer el 5 de enero de 1853, no sin hacer una serie de consideraciones a cual más de graves, como la de que la nación y sus instituciones están al borde del abismo, anunciado por la crisis del tesoro, por la oposición y las dificultades.
Al borde de ese abismo, se hizo cargo de la presidencia de la República el durangueño Juan Bautista Ceballos, tan al borde de el abismo que el Congreso de la Unión lo dotó de facultades extraordinarias, con tal de que restableciera la paz pública.
Los esfuerzos de Ceballos no tuvieron los. resultados que perseguía y se esperaban, toda vez que la alarma y la inquietud se daban con frecuencia, ante motines sin plan y sin objeto.
En medio de estos motines y violencia, Ceballos dispuso lo que algunos le han reprochado, que fue la disolución del Congreso de la Unión. Vaya en algo de descargo del paisano Ceballos, que lo hizo pensando en que los diputados estaban trabajando por el regreso al país y al poder del nefasto Antonio López de Santa Anna, lo que por desgracia finalmente ocurrió.
Ocurrió, además, que en medio de este desorden, todos los generales que se encontraban en la Ciudad de México, todos los jefes de guarnición, a invitación del general Lombardini, que era el general en jefe de las fuerzas de la capital, se pronunciaron pacíficamente por el Plan de Jalisco, en virtud del cual ofrecían la Presidencia de la República a Ceballos, pero sólo por cuarenta días, mientras las legislaturas de los estados y los gobernadores donde no estuvieran reunidas elegían al nuevo presidente.
Ante esta nueva situación, Ceballos no aceptó la Presidencia que se le ofrecía y se retiró, para volver a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia, en donde habría de dar todavía otra muestra de dignidad republicana.
Sucedió que Santa Anna, fiel a su tendencia monárquica, por medio de Bonilla, su ministro de Relaciones, el 22 de noviembre de 1853, le ofreció a Ceballos nombrarle caballero de la Orden de Guadalupe. No fue lejos por la respuesta. El día 24, Ceballos le hizo saber su respuesta, agradeciéndole la benevolencia con que se había querido distinguirle, pero renunciando al nombramiento, por estimar que pugnaba con sus convicciones y considerar que no convenía al país constituido bajo la forma republicana, la institución de aquella Orden.
La réplica indignadísima por parte de Bonilla no se hizo esperar. Con fecha 26, llama a Cevallos, entre otras cosas, falto de virtud, de lealtad, de mérito y patriotismo.
Esta suerte de invectivas y ataques en la reprimenda de Bonilla no satisfizo del todo al déspota de Santa Anna, por lo que con fecha 29 de noviembre de 1853, declarando sospechoso a Ceballos, lo depuso de su cargo de magistrado de la Suprema Corte de Justicia, pues había reprobado o despreciado los actos del Supremo Gobierno al no aceptar ser caballero de la Orden de Guadalupe, esto no obstante que los magistrados eran inamovibles, con lo que el déspota se cubrió más de oprobio al obrar por capricho y vanidad contra toda ley y costumbre.
Esta actitud de dignidad de Ceballos más tarde sería seguida para nuestro orgullo por otro durangueño, por el señor licenciado Marcelino Castañeda, quien también fue nombrado caballero de la dichosa Orden de Guadalupe, y como Ceballos, declinó la supuesta honra, pretextando que su modesta fortuna no le permitía llevar con el conveniente decoro aquella distinción. Por lo que al igual que Ceballos, fue destituido de su cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia.

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