Martín Cortés el Mestizo




Martín Cortés el Mestizo (1523? - circa 1595) fue el hijo primogénito y natural de Hernán Cortés con Malintzin quién era intérprete del conquistador. Es considerado como uno de los primeros mestizos de Nueva España. Respecto de su fecha de nacimiento, ésta no ha sido fijada con precisión. Don Federico Gómez de Orozco, historiador y conocido como descendiente de Martín Cortés, dice:
Pasados unos meses de tan grave contratiempo (se refiere a la muerte de la Marcaida, primera esposa de Hernán Cortés, ocurrida en Coyoacán, en noviembre de 1522), un día fue gratamente sorprendido (Cortés), por la más halagadora noticia..., iba a ser padre.

Si esto es así, puede concluirse afirmando que Malintzin tuvo a su Martín hacia fines de 1523 o principios de 1524.

A poco de nacido el hijo de Malintzin y Cortés, fue desligado de su madre y entregado a un primo de don Hernando, el licenciado Juan de Altamirano, según afirma el señor Gómez de Orozco.[3] Jamás volvería al seno materno.


Martín viajó después con su padre a España, en donde tomó el hábito de la orden de Santiago, fue paje de Felipe II de España cuando éste aún era príncipe. En 1529, Cortés obtuvo del papa Clemente VII la legitimación de sus hijos naturales: Catalina Pizarro, Luis de Altamirano y Martín. En 1533 nació su medio hermano, homónimo, hijo de Juana de Zuñiga.[4]
[editar] Regreso a Nueva España

Viajó de regreso junto con sus dos medios hermanos a la Nueva España en 1563, a pesar de que su medio hermano fue el heredero legítimo del Marquesado del Valle de Oaxaca fue recibido como correspondía a su alcurnia. Los hijos de Cortés entraron a la Ciudad de México el 17 de enero de 1563.
[editar] Rebeldía contra leyes españolas

Durante 1542 fueron promulgadas las Leyes Nuevas, las cuales impedían a los conquistadores españoles heredar sus encomiendas, por tal motivo su medio hermano se manifestó en contra de las mismas siendo líder de una protesta; episodio que es conocido en la historia como la Conspiración de Martín Cortés, "el Mestizo" se unió al movimiento.

Muy pronto el factor de la Real Hacienda denunció los hechos al virrey como un desacato directo a Felipe II, los conspiradores fueron detenidos. Entre ellos se encontraban los tres hijos de Hernán Cortés (el marqués, el Mestizo y Luis), el deán Juan Chico de Molina y los hermanos Alonso y Gil González de Ávila, estos últimos fueron sentenciados a muerte. Los hermanos Ávila fueron conducidos al patíbulo levantado en la plaza mayor frente al Ayuntamiento de la Ciudad de México, y a la luz de antorchas fueron degollados en presencia de todos los vecinos. Pocos días después llegó a México el virrey Gastón de Peralta quien intervino por el heredero del marquesado del Valle de Oaxaca y pudo remitirlo a España.[5]

Los oidores querían más patíbulos y la actitud del virrey los desanimó, por lo tanto enviaron directamente sus quejas al rey Felipe II de España. Los representantes alarmaron al rey acusando falsamente al virrey de ser responsable de la sublevación. Felipe II envió realizar una visita extraordinaria y nombró como visitadores a los licenciados Jaraba, Muñoz y Carrillo. Jaraba murió en la travesía, Carrillo se subordinó al licenciado Alonso Muñoz, quien ejerció una dictadura judicial que duró seis meses. El virrey fue destituido, enjuiciado por deslealtad y remitido a España.

Las acciones de Muñoz desembocaron en el encarcelamiento de varias personas notables a quienes se les secuestraron sus bienes, fueron tantos que las cárceles no se daban abasto. Se construyeron nuevos calabozos, a los cuales se les conoció por mucho tiempo como los calabozos de Muñoz. Fueron sentenciados Gómez de Victoria y Cirstóbal de Oñate "el Joven" a morir ahorcados, los hermanos Pedro y Baltazar Quesada fueron decapitados. Antes de la ejecución, se les paseó por las calles en bestia de albarda acompañados de un pregonero que gritaba "Esta es la justicia que manda Su Majestad: quien tal traición hace que tal pague". Tras la ejecución los cuerpos de las víctimas fueron descuartizados y sus bienes confiscados.


Martín Cortés "el Mestizo" fue sometido a un tormento para arrancarle su confesión. Se le aplicó el de cordeles y jarras de agua, el cual consistió en apretarle los brazos, muslos, pantorrillas y dedos; posteriormente, con un embudo en la boca se le hizo ingerir grandes cantidades de agua. El Mestizo no reveló nada durante el tormento y se le condenó a destierro perpetuo. Las acciones del licenciado Muñoz fueron denunciadas al rey, quien en en la semana santa de 1568, giró órdenes para que se presentara en España a la brevedad. Muñoz fue recibido por Felipe II quien le reprochó enérgicamente su conducta; al día siguiente el visitador fue encontrado muerto en su habitación.

Los frailes franciscanos informaron al rey que la supuesta conspiración no había sido más que fantaseos de jóvenes sin juicio y damas ociosas, lamentaron en gran medida la muerte de los hermanos Ávila. A pesar de que los hijos de Cortés fueron hallados culpables, se les perdonó la vida y fueron desterrados a España. En 1574 el rey de España se condolió de los hijos de Hernán Cortés y fueron exonerados.


"El Mestizo" se casó con Bernaldina de Porras y tuvo un hijo al que llamaron Hernando, homónimo del tercer heredero del Marquesado de Oaxaca, pues su medio hermano se casó con Magdalena Manrique y bautizó con el mismo nombre a su primogénito. Se dice aunque no es un hecho históricamente comprobado que "El Mestizo" participó bajo las órdenes de Juan de Austria, hermano de Felipe II, en una de las guerras contra los moros hacia 1575, la denominada Rebelión de las Alpujarras (la nueva guerra de Granada), en la que también combatió el Inca Garcilaso de la Vega. Martín "El Mestizo" habría muerto en España, algunos años después (se menciona 1595), antes de que concluyera el siglo XVI.[

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