Biografía de Justiniano I




La corte de Justiniano I
Este gran mosaico representa al emperador bizantino Justiniano I rodeado de su corte y forma parte de una serie de grandes mosaicos que decoran la iglesia de San Vitale en Ravena que, junto con la basílica de San Apolinar in Classe, posee algunos de los mosaicos más importantes de principios del periodo cristiano.

Justiniano I (482-565), emperador bizantino (527-565) que extendió el dominio de Bizancio en Occidente, embelleció Constantinopla y completó la codificación del Derecho romano.
Sobrino del emperador Justino I, nació en Iliria y se educó en Constantinopla (la actual Estambul, Turquía). Se convirtió en el año 518 en administrador del emperador Justino, que le nombró su sucesor. Contrajo matrimonio con Teodora, una antigua actriz, en el 523. Tras la muerte de su tío Justino en el año 527 fue elegido emperador.
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GUERRAS DE CONQUISTA
Justiniano inició inmediatamente tras su acceso al trono imperial una política tendente a la restauración del Imperio romano, cuya parte de Occidente se había perdido con las invasiones de los pueblos bárbaros en el siglo V. La frontera oriental del Imperio estaba asegurada mediante la paz eterna firmada con Persia en el 532. El gran general Belisario eliminó el desorden interno. Un ejército imperial marchó en el año 533 contra el reino vándalo del norte de África, reincorporando esta zona al Imperio en el 534. Otro ejército atacó, en el año siguiente, a los ostrogodos establecidos en Italia; sin embargo, éstos resistieron durante veinte años. Una tercera campaña militar, en esta ocasión realizada contra los visigodos, permitió reconquistar el sureste de la península Ibérica. El antiguo territorio romano en torno al Mediterráneo, excepto la Galia y gran parte de Hispania, formaba de nuevo parte del Imperio en el momento de la muerte del emperador Justiniano I; todo ello a pesar de la reanudación de la guerra con Persia en el año 540 y a la gradual infiltración eslava en los Balcanes.
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EL CÓDIGO DE JUSTINIANO
Santa Sofía (Estambul)
El emperador Justiniano I mandó construir Santa Sofía en Constantinopla (Estambul en la actualidad) entre el 532 y el 537. Los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto diseñaron una inmensa cúpula sobre un espacio diáfano y cuadrangular, como se aprecia en la fotografía. La bóveda original se derrumbó a causa de un terremoto y hubo de ser reemplazada en el 563. La iglesia pasó a ser una mezquita tras ser conquistada Constantinopla por los otomanos (1453).

El centralizado Imperio que había concebido Justiniano requería un sistema legal uniforme. Para lograrlo, una comisión imperial, presidida por el jurista Triboniano, trabajó durante diez años para recopilar y sistematizar el Derecho romano. Su trabajo, conocido como Código de Justiniano y promulgado en el 534, se incorporó al enorme Corpus Iuris Civilis (Corpus de Derecho civil); en él se reunían todas las constituciones de los emperadores romanos desde Adriano (117-138 d.C.) hasta la fecha de su publicación; y fue actualizado mediante la adición de nuevas leyes o Novellae, escritas mayormente en griego —el resto lo estaban en latín—, reflejando la realidad lingüística del Imperio. Las otras dos partes que componían el Corpus eran el Digesto o Pandectas (resumen de la obra de los grandes jurisconsultos romanos) y las Instituciones, manual para estudiantes de derecho. Esta formidable codificación constituye aún la base legislativa en muchos países de Europa. Simultáneamente a esta obra legal, se acentuó la autoridad sagrada del emperador, eslabón entre Dios y el pueblo que le estaba confiado. Esta autocracia imperial se manifestó en un suntuoso ceremonial, heredero del esplendor romano al que se añadió la pompa oriental (persa).
Bajo el reinado de Justiniano I se desarrolló la conocida como ‘primera edad de oro del arte bizantino’, que se manifiesta en las iglesias de Santa Sofía y de San Sergio y Baco, en Constantinopla (hoy Estambul, Turquía), así como en la iglesia de San Vital, en Ravena (Italia).


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Biografía de Cayo Julio César Octavio Augusto




Augusto
Cayo Octavio recibió del Senado romano el título de Augusto y pasó a ser el primer emperador de Roma. Augusto consolidó su poder con la derrota de Antonio y Cleopatra en Accio. Durante su reinado, instituyó reformas sociales y promovió la educación y la literatura.

Cayo Julio César Octavio Augusto (63 a.C.-14 d.C.), primer emperador de Roma (27 a.C.-14 d.C.), restauró la unidad y puso en orden el gobierno romano tras casi un siglo de guerras civiles. Reinó durante un periodo de paz, prosperidad y desarrollo cultural conocido como la era Augusta.
Octavio nació en Roma el 23 de septiembre del año 63 a.C.; era sobrino nieto de Julio César, a quien sucedió como gobernante del Estado romano. César estaba orgulloso del joven y lo presentó en el Colegio de Pontífices (sacerdocio principal romano) a la edad de dieciséis años. Cuando César fue asesinado en el 44 a.C., Octavio estaba en Iliria, donde servía en el Ejército; a su regreso a Italia, se enteró de que era el heredero adoptivo de César. Posteriormente Octavio tomó el nombre de Cayo Julio César.
EL SEGUNDO TRIUNVIRATO
El asesinato de César sumió a Roma en la confusión. Octavio decidió vengar a su padre adoptivo y asegurar su propio rango, y rivalizó con Marco Antonio, compañero ambicioso de César, por el poder y el honor. Tras algunas escaramuzas políticas y militares, durante las cuales Marco Antonio estuvo en los Alpes, Octavio fue nombrado senador y más tarde cónsul, y reconoció la necesidad de hacer las paces con su rival. A finales del año 43 a.C. ambos, junto con el aliado de Marco Antonio, el general Marco Emilio Lépido, formaron el conocido como segundo triunvirato para dirigir las provincias romanas. La alianza fue ratificada por una proscripción de gran amplitud, en la cual sus oponentes, incluidos 300 senadores y 200 caballeros, fueron asesinados. Entre ellos se encontraba el viejo orador Cicerón.
Después de que Octavio y Marco Antonio empezaran una campaña contra los líderes del asesinato de César Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, estos últimos se suicidaron en el 42 a.C., tras su derrota en Filipos (Macedonia). Aproximadamente en el 40 a.C. se repartieron el control del mundo romano entre ellos. Octavio dirigía la mayoría de las provincias occidentales, Marco Antonio las orientales y Lépido África. Aunque Marco Antonio y Octavio estaban en conflicto por el control de Italia, solucionaron sus diferencias y en el 37 a.C. Octavio entregó a su hermana Octavia en matrimonio a Marco Antonio. En el 36 a.C., Pompeyo Sexto, hijo de Pompeyo Magno y el último oponente importante al triunvirato, fue eliminado. Entonces Octavio echó a Lépido del poder, mientras Marco Antonio estaba en Oriente luchando contra los partos.
Finalmente el triunvirato fue disuelto cuando Marco Antonio devolvió a Octavia a Roma y poco después se casó con Cleopatra, a quien César había establecido como reina de Egipto. Mediante el reconocimiento de Cesarión (Tolomeo XV), hijo de ésta y de César, como su codirigente, Marco Antonio amenazó la posición de Octavio como sucesor único de César y no se pudo evitar la guerra. Octavio derrotó al ejército conjunto de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio en el 31 a.C.; al año siguiente Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron. Cesarión fue asesinado. En el 29 a.C. Octavio regresó a Roma triunfalmente como único dirigente del mundo romano.
EL PRIMER CIUDADANO
Ara Pacis Augustae
Con el objeto de celebrar la pacificación y la prosperidad del Imperio romano lograda por el emperador Cayo Julio César Octavio, más conocido como Augusto, el Senado encargó en el 13 a.C. la construcción del Ara Pacis Augustae (en latín, 'altar de la paz de Augusto'), que fue consagrado cuatro años más tarde. En la actualidad se encuentra instalado, tal y como muestra esta fotografía, en un edificio especial próximo a su emplazamiento original.

En el 27 a.C. el Senado romano dio a Octavio el título de augusto (‘consagrado’ o ‘santo’), que más tarde se convirtió en sinónimo de ‘emperador’, y su reinado frecuentemente se ha considerado una diarquía debido a que el Senado participaba en él. El título pasó desde entonces a identificar su propio nombre, y como Augusto ha sido reconocido por la historiografía. El Senado le concedió muchos otros títulos y poderes que ya habían disfrutado diferentes funcionarios de la República. En el 36 a.C. se le concedió la inviolabilidad de un tribuno plebeyo y en el 30 a.C. recibió los poderes de un tribuno, dándole de esta manera el veto y control sobre las asambleas. El Senado también le concedió la máxima autoridad en las provincias; esto junto con el consulado de Roma e Italia, que tuvo trece veces durante su reinado, le confirió una autoridad suprema sobre todo el imperio. Después de la muerte de Lépido también se convirtió en máximo pontífice con control sobre la religión. A pesar de su preeminencia, como reflejan los títulos de princeps o primer ciudadano e imperator, Augusto tuvo cuidado de no llevar demasiado lejos las prebendas de la monarquía.
Patrocinador del arte, Augusto fue amigo de los poetas Ovidio, Horacio y Virgilio, así como del historiador Tito Livio. Su amor por el esplendor arquitectónico fue eclipsado por su jactancia de que él “había encontrado Roma enladrillada y la había dejado cubierta de mármol”. Como adepto riguroso a las virtudes romanas en tiempos en que crecía la tolerancia, intentó regular la moral pública mediante la aprobación de la ley suntuaria y la de casamiento. En el ámbito económico, fomentó el desarrollo de la agricultura en Italia.
Augusto se casó tres veces; su tercera esposa fue Livia Drusilla, quien ya tenía dos hijos, Tiberio y Druso el Germánico, de un matrimonio anterior. Augusto a su vez tenía una hija, Julia, también de un matrimonio anterior. Al haber fallecido antes que él Druso y Julia, cuando Augusto murió en Nola (Italia) el 19 de agosto del 14 d.C., fue su hijastro y yerno Tiberio quien le sucedió.
VALORACIÓN
Tanto los escritores antiguos como los más recientes han diferido en sus valoraciones sobre Augusto. Algunos han condenado su cruel búsqueda del poder. Otros, incluido el fiel partidario de la república Tácito, han admitido sus buenas acciones como dirigente. A veces los investigadores actuales critican sus métodos poco escrupulosos y su estilo autoritario, pero normalmente reconocen sus logros en el establecimiento de una administración eficiente y un gobierno estable, así como en la obtención de seguridad y prosperidad para el Imperio romano que comenzó con él.


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Cayo Julio César




Cayo Julio César extendió el vasto territorio gobernado por Roma. Su triunfo en la guerra civil librada hacia el 48 a.C. le permitió proclamarse gobernante absoluto de Roma, pero sus oponentes, recelosos de su poder, le asesinaron.

Cayo Julio César (100-44 a.C.), general y político romano, creó los cimientos del futuro sistema imperial romano al final de la República.
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LA PRIMERA ETAPA DE SU VIDA
Lucio Cornelio Sila
El general y político romano Lucio Cornelio Sila encabezó el partido aristocrático durante la guerra civil que tuvo lugar desde el 88 hasta el 82 a.C. Enemistado con el cónsul Cayo Mario, principal dirigente del partido plebeyo, el propio Sila accedió al consulado en el 88 a.C. Tras la muerte de su enemigo dos años más tarde, consiguió en el 82 a.C. ser nombrado dictador, cargo que ocupó hasta el 79 a.C. y desde el cual persiguió a los seguidores de Mario al tiempo que restauraba el poder senatorial y aristocrático.

Nacido en Roma el 12 o 13 de julio del año 100 a.C., perteneció a la prestigiosa familia Julia; desde su más tierna infancia conoció la polémica política. Su tío fue Cayo Mario, líder de los populares. Este partido apoyó reformas agrarias contra las que estaban los reaccionarios optimates, una fracción senatorial. En su último año como cónsul, Mario provocó muchas bajas entre los optimates, al mismo tiempo que nombraba al joven César flamen dialis, uno de los arcaicos sacerdocios sin poder. Esto lo identificó con la política extremista de su tío, y su matrimonio en el 84 a.C. con Cornelia, la hija del socio de Mario, Cinna, reafirmó su confirmación como radical. Cuando Lucio Cornelio Sila, líder de los optimates, fue nombrado dictador en el 82 a.C., publicó una lista de adversarios para ser ejecutados. Aunque César no resultó perjudicado, Sila le ordenó que se divorciara de Cornelia. Negándose a cumplir esa orden, creyó prudente salir de Roma. No regresó a la ciudad hasta el 78 a.C., tras la dimisión de Sila.
César tenía entonces 22 años. Incapaz de obtener un cargo, dejó Roma de nuevo y se fue a Rodas, donde estudió retórica; regresó a Roma en el 73 a.C., convertido en un orador muy persuasivo. El año anterior, mientras estaba en Rodas, había sido elegido para el Pontificado, un importante colegio de sacerdotes romanos.
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EL TRIUNVIRATO
En el año 71 a.C. Pompeyo Magno, que se había hecho acreedor de su epíteto sirviendo bajo el mando de Sila, regresó a Roma, tras derrotar a Quinto Sertorio, el general de los rebeldes populares, en Hispania. Ese mismo año, Marco Licinio Craso, patricio acaudalado, reprimió la sublevación de esclavos dirigida por Espartaco en Italia. Tanto Pompeyo como Craso obtuvieron el consulado en el 70 a.C. Pompeyo, quien para entonces había cambiado de bando, era técnicamente inadecuado, pero con la ayuda de César obtuvo el cargo. En el 69 a.C., César fue elegido cuestor y en el 65 a.C. edil curul, cargo en el que obtuvo gran popularidad con sus generosos juegos de gladiadores. Para pagarlos, pidió dinero prestado a Craso. Esto unió a los dos hombres, quienes también hicieron causa común con Pompeyo. Cuando César regresó a Roma en el 60 a.C., después de un año como gobernador de Hispania, se unió a Craso y Pompeyo para formar el primer triunvirato; con el fin de fortalecer aun más su relación, Pompeyo se casó con la hija de César, Julia. Con la ayuda de esta alianza, César fue elegido cónsul en el 59 a.C. a pesar de la hostilidad optimate, y en el 58 a.C. se le nombró gobernador de la Galia. Durante los siete años siguientes dirigió las campañas conocidas como las guerras de las Galias, al final de las cuales el poder romano se estableció sobre el centro y norte de Europa, al oeste del río Rin.
3.1
El juego del poder
Mientras César estaba en las Galias, sus agentes intentaron dominar la política en Roma. Sin embargo, esto amenazó la posición de Pompeyo y fue necesario que los triunviros se reunieran en Lucca en el 56 a.C., tras lo cual se reconciliaron. Se decidió que César podía continuar en las Galias otros cinco años, mientras Pompeyo y Craso podían ser cónsules en el 55 a.C.; después de esa fecha, los triunviros tendrían poder proconsular sobre sus respectivas provincias. César se marchó para reprimir una sublevación en las Galias y dirigir una expedición a Britania. Cuando llegó a Britania se supone que dijo “veni, vidi, vinci” (“llegué, vi y vencí”). Craso, siempre ansioso de gloria militar, se marchó a su cargo en Siria. Después de entrar en guerra con Partia, fue derrotado y muerto en Carres en el 53 a.C. Esto aumentó las diferencias entre César y Pompeyo, cuyos lazos familiares se habían roto con la muerte de Julia en el 54 a.C.
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LA GUERRA CIVIL
En el año 52 a.C., tras el fallecimiento de Craso, Pompeyo fue nombrado único cónsul. Este cargo, combinado con sus otros poderes, lo situó en una posición privilegiada. Celoso de sus jóvenes rivales, decidió acabar con el poder de César, un objetivo que no podía realizar sin antes quitarle el mando de las Galias. Para protegerse, César sugirió que él y Pompeyo renunciaran a sus mandos simultáneamente, pero esto fue rechazado; incitado por Pompeyo, el Senado pidió a César que renunciara a su mando y disolviera su ejército o sería considerado enemigo público. Los tribunos, que eran agentes de César, vetaron esta moción, pero fueron expulsados del Senado. Entonces éste confió a Pompeyo la seguridad del Estado. Sus fuerzas, muy superiores en número a las de César, estaban dispersas por todas las provincias y sus tropas de la península Itálica no estaban preparadas para la guerra. A principios del año 49 a.C. César cruzó el Rubicón, un pequeño río que separaba su provincia gala cisalpina de Italia y se dirigió rápidamente hacia el sur. Pompeyo huyó a Brundisium (la actual Brindisi) y desde allí a Grecia. En el periodo de tres meses, César controló toda la península Itálica y sus fuerzas tomaron Hispania y el puerto clave de Massilia (la actual Marsella, en Francia).
En Roma, César se convirtió en dictador hasta ser elegido cónsul en el 48 a.C. A principios de ese año llegó a Grecia y destruyó las fuerzas de Pompeyo en Farsalia. Éste huyó a Egipto, donde fue asesinado. Cuando César visitó Egipto, instaló a Cleopatra, hija del fallecido rey Tolomeo XII, como reina. En el 47 a.C. sometió a Asia Menor y regresó a Roma como dictador. Aproximadamente en el 48 a.C. todas las fuerzas optimates habían sido derrotadas y el mundo mediterráneo pacificado.
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DICTADURA Y ASESINATO
Busto de Cayo Julio César
La principal figura política y militar de la República romana fue sin duda Cayo Julio César. Hacia 1599, el autor inglés William Shakespeare escribió la tragedia Julio César, con el general romano como protagonista.

La base del poder de César era su posición de dictador ‘vitalicio’. Según la constitución tradicional republicana este cargo sólo podía desempeñarse durante seis meses en una situación de gravedad extrema. Sin embargo, esa regla se había roto incluso antes de César. Sila había gobernado como dictador durante varios años y César siguió este precedente. También fue nombrado cónsul por diez años en el año 45 a.C. (en el mismo año en que derrotó, en la península Ibérica, a los hijos de Pompeyo Magno en la batalla de Munda) y recibió la inviolabilidad de los tribunos. Además obtuvo honores que incrementaron su prestigio. Vistió la toga, la corona y el cetro de un general triunfante y usó el título de imperator. Es más, como sumo sacerdote, fue jefe de la religión del Estado, pero sobre todo tenía el mando de todos los ejércitos, lo cual continuó siendo la principal fuente de su poder.

Asesinato de Julio César
El lienzo que reproduce esta fotografía es obra del pintor neoclásico italiano Vincenzo Camuccini, fechado en 1798 y conservado en el Museo de Capodimonte, en Nápoles. La escena descrita en el cuadro es uno de los magnicidios más famosos de la historia: el asesinato del máximo dirigente de la República de Roma, Cayo Julio César, que tuvo lugar en el interior del edificio del Senado romano, el 15 de marzo del 44 a.C., a manos de un grupo encabezado por Cayo Casio Longino y Marco Junio Bruto.

César estableció un programa de reformas muy variado. En las provincias eliminó el corrupto sistema de impuestos, patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos y amplió la ciudadanía romana. En la metrópoli reorganizó las asambleas e incrementó el número de senadores. Su reforma del calendario dio a Roma un medio racional para registrar el tiempo.
Sin embargo, varias familias senatoriales sentían que César amenazaba sus posiciones; el honor y los poderes de César les hacían temer que éste quisiera ser rex (rey), un título que, como republicanos, odiaban. En el año 44 a.C., un grupo de senadores, entre ellos Cayo Casio y Marco Junio Bruto, conspiraron para llevar a cabo su asesinato. En los idus (el 15) de marzo del 44 a.C., cuando César entró en el Senado, el grupo lo asesinó.
6
VIDA ÍNTIMA
Después de la muerte de la primera esposa de César, Cornelia, en el 68 a.C., se casó con Pompeya, nieta de Sila. Cuando los misterios de la Bona Dea, presididos por ella, fueron violados, fue difamada por las habladurías y César se divorció, arguyendo ante el Senado que su esposa debía estar por encima de toda sospecha (no sólo debía ser honrada, sino parecerlo). Su siguiente matrimonio (59 a.C.) lo llevó a cabo con Calpurnia y se debió a motivos políticos. Al no tener César herederos varones, en su testamento estableció la condición de que su sobrino nieto, Octavio, se convirtiera en su sucesor. Octavio fue el primer emperador de Roma con el nombre de Augusto.
César fue un escritor de talento, con un estilo claro y sencillo. Sus Comentarios sobre la guerra de las Galias (De bello gallico), en los cuales describe las Galias y sus campañas gálicas, son unas de las principales fuentes de información sobre las primeras tribus celtas y germanas.
7
LOGROS
La opinión de los eruditos sobre los logros de César está dividida. Algunos le consideran un tirano sin escrúpulos, con un insaciable apego al poder, y le culpan de la desaparición de la República de Roma. Otros admiten que pudo ser cruel, pero insisten en que la República ya estaba destruida. Mantienen que para salvar el mundo romano del caos debía crearse una nueva clase de gobierno. En realidad, las reformas de César dieron estabilidad al mundo mediterráneo. También fue un general excepcional, que inspiró lealtad a sus soldados. En tanto que una de las figuras más notables del mundo antiguo, fue el tema de muchas obras literarias y biográficas, incluido el drama Julio César (c. 1599) del inglés William Shakespeare.


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Ciro II el Grande




Ruinas del Imperio persa
Ciro II el Grande fundó el Imperio persa en el 550 a.C. La capital, Persépolis, estaba situada en la región montañosa del suroeste de Irán. El clima seco de esta zona preservó gran parte de las construcciones, y los arqueólogos han descubierto y restaurado numerosas edificaciones persas.

Ciro II el Grande (c. 600-529 a.C.), rey de Persia (550-529 a.C.). Era hijo de Cambises I, descendiente de Aquemenes (siglo VII a.C.) y miembro de la dinastía Aqueménida. Cuando en el 558 a.C. Ciro se convirtió en gobernante de Anzán, ésta estaba sometida a Media; cinco años después Ciro encabezó una rebelión contra los medas que dio como resultado la captura del rey Astiages y el final del Imperio meda (550 a.C.). Posteriormente, Ciro se nombró rey de Persia y rigió un territorio que se extendía desde el río Halys (actual Kizil Irmak) al oeste, hasta el Imperio babilónico al sur y al este. Babilonia, Egipto, Lidia y las ciudades-estado de Esparta en Grecia se asociaron para limitar el poder de Ciro, pero en el 546 a.C. Ciro derrotó a Creso, rey de Lidia, controlando Asia Menor. En el 539 a.C. Babilonia también cayó en manos de Ciro.
El Imperio persa fue el estado más poderoso del mundo hasta su conquista en el 331 a.C. por Alejandro Magno. Ciro fue un gobernante iluminado y tolerante. Entre sus hazañas importantes se encuentra la liberación de los judíos de su exilio en Babilonia, permitiéndoles volver a Palestina, así como la reconstrucción del templo de Salomón en Jerusalén. Evitó habitualmente interferir en las costumbres y religiones nativas. Ciro murió mientras dirigía una expedición contra un pueblo escita del este, el masageta, y fue enterrado en Pasargada, ciudad que había establecido como la capital de su Imperio y donde aún se conserva su tumba. Le sucedió su hijo Cambises II.


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Hammurabi




Estela de Hammurabi
El Código de Hammurabi está grabado sobre esta estela de basalto negra de 2,2 m de altura, realizada hacia el 1780 a.C. El relieve que se encuentra sobre la inscripción representa a Hammurabi ante Samas, el dios del Sol. Esta deidad está ofreciendo a Hammurabi un bastón y un anillo que simbolizan el poder para administrar la ley.

Hammurabi (fl. siglo XVIII a.C.), rey de Babilonia, el gobernante más importante de la primera dinastía de Babilonia. No pueden ofrecerse fechas exactas de su vida y su reinado, aunque la denominada cronología media establece su reinado desde aproximadamente el 1792 hasta el 1750 a.C. Aumentó su Imperio hacia el norte desde el golfo Pérsico, a lo largo de los valles de los ríos Tigris y Éufrates, y hacia el oeste hasta las costas del mar Mediterráneo. Después de consolidar sus adquisiciones bajo un gobierno central en la ciudad de Babilonia, puso todas sus energías en la protección de sus fronteras y en el fomento de la prosperidad interna del Imperio. Durante su largo reinado supervisó personalmente la navegación, el riego, la agricultura, la recaudación de impuestos y la construcción de templos y otros edificios. Aunque fue un líder militar y un gran administrador, se le recuerda principalmente por su codificación de las leyes que regían la vida babilonia, conocida como Código de Hammurabi.


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José María Carbonell




José María Carbonell Bogo, 1775-Bogo, 1816 Político colombiano, orador vibrante y trabajador infatigable, se convirtió en la pieza clave de la insurrección popular de 1810 contra el despotismo español en el virreinato de Nueva Granada. El gobierno realista se vio en peligro y pidió a la metrópoli el envío de un ejército, que llegó bajo las órdenes del general Pablo Morillo, para sofocar la sublevación. Su enérgica actitud despejó el camino hacia la formación de la Junta Suprema de Santafé, que proclamó la supremacía de los criollos. Fue diputado y miembro de la Expedición Botánica de José Celestino Mutis. En la guerra civil conocida como Patria Boba, se opuso al federalismo y defend las banderas centralistas de Antonio Nariño. Murió fusilado por las tropas de Pablo Morillo.
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Ricardo Camacho




Ricardo Camacho Tunja, 1948 Director teatral colombiano, fundador del Teatro Libre de Bogotá y su actual director artístico. Empezó su actividad siendo actor en el teatro universitario que surg con el movimiento estudiantil de 1968-1971. En este períodoinicial se destaca su papel en El Monte Calvo, de Jairo Aníbal Niño.  Como director, ha montado obras del repertorio clásico, como El rey Lear, Macbeth y Noche de epifanía, El burlador de Sevilla y Almas muertas. Entre las obras contemporáneas, cabe mencionar Las brujas de Salem y Panorama desde el puente, de Arthur Miller; El fantoche lusitano, de Peter Weiss, y piezas de Brecht, Cjov, Ionesco y Kundera.Del teatro colombiano ha dirigido obras de Esteban Navajas (La agoa del  difunto) y Jorge Plata (Episodios comuneros).Director desde 1966 del Teatro Experimental de la Universidad de los Andes. Director de estudios de la Escuela deFormación de Actores anexa al TLB.
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