Biografía de Borís Yeltsin




El presidente ruso Borís Yeltsin se dedicó por completo al Partido Comunista soviético a finales de la década de 1960. Reclamado en Moscú por el líder soviético Mijaíl Gorbachov hacia 1980, rompió con éste en 1987 tras sus disputas con los miembros conservadores del partido. Tras la desintegración de la Unión Soviética, pasó a ser el primer presidente de Rusia.

Borís Yeltsin (1931-2007), político ruso, presidente de la República Socialista Soviética Federada de Rusia (1990-1991; cuando esta todavía pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS) y primer ministro (1991-1992) y presidente (1991-1999) de la Federación Rusa (nombre que recibió Rusia, en diciembre de 1991, tras su establecimiento como Estado independiente).
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EL FINAL DE LA URSS
Dimisión de Gorbachov
El 25 de diciembre de 1991, poco después de hacerlo público a través de la televisión, Mijaíl Gorbachov firmó su dimisión como presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), momento que recoge esta fotografía.

Nació el 1 de febrero de 1931, en Sverdlovsk (la actual Yekaterinburg). Trabajador de la construcción, se afilió al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1961. En 1976, ya era secretario general del partido en su ciudad natal. Nueve años después, el dirigente soviético Mijaíl Gorbachov le nombró jefe del PCUS en Moscú. Yeltsin se ganó rápidamente la enemistad de los sectores más reaccionarios del partido y, con el consentimiento de Gorbachov, fue separado de su cargo en 1987. Obtuvo un gran respaldo popular, desde finales de la década de 1980, al mostrarse muy crítico con el PCUS y con el propio Gorbachov. En 1990, fue elegido presidente de la República Socialista Soviética Federada de Rusia, que formaba parte de la URSS. Entre las primeras medidas que tomó, destacó la prohibición de la realización de actividades políticas en los organismos e instituciones estatales rusos.
Cuando se produjo el golpe de Estado para deponer a Gorbachov, en agosto de 1991, Yeltsin encabezó la resistencia contra los golpistas y comenzó a desmantelar el aparato del PCUS. Sus esfuerzos posteriores se encaminaron a sustituir la URSS por la Comunidad de Estados Independientes (CEI), creada oficialmente en diciembre de 1991 tras la disolución del Estado soviético que se acordó después de diversas negociaciones con otras repúblicas de la URSS, en los acuerdos de Minsk (Bielorrusia) y Alma Atá (la actual Almaty, Kazajstán). La dimisión de Gorbachov como presidente soviético le confirmó como la figura más importante en la antigua Unión Soviética. En enero de 1992, Yeltsin, ya como presidente de la Federación Rusa (lo era desde el 10 de julio de 1991), se reunió con otros dirigentes mundiales en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para determinar el futuro del Consejo de Seguridad de este organismo. Aceptó el control armamentístico y solicitó la inversión de capital occidental en Rusia.
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EL CONTROL DEL PODER EN RUSIA
Víktor S. Chernomirdin
Durante la presidencia de Borís Yeltsin, Víktor S. Chernomirdin fue quien desempeñó por más tiempo el cargo de primer ministro ruso: desde 1992 hasta 1998.

El conflicto entre Yeltsin y sus oponentes políticos, iniciado en 1992, se intensificó. El Tribunal Constitucional ruso presidido por Valeri Zorkin anuló diversas medidas tomadas por él, entre las que se encontraba el decreto de nombramiento de un ministro ruso de Seguridad e Interior. Yeltsin había ilegalizado el Partido Comunista y el Tribunal levantó parcialmente esa prohibición. Además, el Tribunal rechazó en 1993 la proscripción del Frente de Salvación Nacional, grupo comunista y nacionalista que exigía su dimisión. Tampoco logró que Yegor Gaidar, primer ministro en funciones (1992) se consolidase en su cargo y fue sustituido por Víktor Stepánovich Chernomirdin en una sesión del Congreso de los Diputados del Pueblo a finales de 1992. En 1993, Yeltsin anunció la promulgación de un decreto que otorgaba poderes especiales al presidente pero, cuando se publicó, el decreto no hacia mención de tales poderes. Su vicepresidente Alexandr Rutskói le criticó duramente por promulgar tal decreto y por celebrar un referéndum encaminado a la obtención del respaldo popular para afrontar sus reformas políticas. El presidente le pidió que dimitiera y, al negarse Rutskói, Yeltsin suprimió los poderes del cargo de vicepresidente a pesar de las numerosas protestas del Sóviet Supremo.
Lucha por el poder en Rusia

Aunque logró el apoyo de la población rusa, la lucha política en el Parlamento continuó. La situación llegó a un punto muerto que Yeltsin intentó remediar convocando elecciones parlamentarias tras disolver la cámara. Esta reaccionó invistiendo a Rutskói con los poderes presidenciales y votando el procesamiento de Yeltsin. Centenares de parlamentarios y manifestantes opuestos a Yeltsin y dirigidos por Rutskói y el presidente de la Cámara, Ruslan Jasbulátov, ocuparon el edificio del Parlamento en Moscú. El 28 de septiembre, Yeltsin ordenó al Ejército cercar el edificio del Parlamento y, en las semanas siguientes, las fuerzas de seguridad aplastaron a los ocupantes, principalmente comunistas de la línea dura y nacionalistas. El 4 de octubre, Rutskói y Jasbulátov se rindieron y, en 1994, el Parlamento les amnistió a pesar de la oposición de Yeltsin.
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EL FINAL DE LA GUERRA FRÍA
Clinton y Yeltsin
Los presidentes ruso y estadounidense, Borís Yeltsin (en la imagen, a la izquierda) y Bill Clinton, aparecen aquí uno frente a otro en una conferencia de prensa posterior a la cumbre celebrada entre ambos en abril de 1993 en la ciudad canadiense de Vancouver. Ambos dirigentes fueron dos de los principales protagonistas de las relaciones internacionales durante el tiempo en que ambos desempeñaron sus respectivos mandatos, los cuales coincidieron entre 1993 y 1999.

En 1992 acudió a una sesión conjunta de las dos cámaras legislativas estadounidenses y declaró el final de la era soviética en las relaciones internacionales. Un año más tarde, se reunió en Canadá con el recién elegido presidente estadounidense Bill Clinton para discutir cuestiones económicas y militares. Clinton prometió incrementar la ayuda económica a Rusia a cambio de continuar las reformas en su país. El contencioso con Japón sobre las islas Kuriles continuó y dicho Estado condicionó su ayuda económica a la resolución del problema. También presentó planes de paz para poner fin a la guerra en Bosnia-Herzegovina (la guerra de la antigua Yugoslavia) y expuso la oposición de Rusia a la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con la integración de países de Europa del Este. No obstante, en marzo de 1997 asistió junto a Clinton a una cumbre celebrada en Helsinki, en la cual se trataron cuestiones relacionadas con la OTAN y su posible ampliación hacia el Este. Dos meses más tarde, firmó un histórico acuerdo con la OTAN, que permitía a esta ampliarse a los países del antiguo bloque soviético y que fue considerado por muchos analistas como el final definitivo de la Guerra fría.
De otro lado, el 2 de abril de ese año, firmó con el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, un tratado de unión que permitía mantener la independencia de ambos países. Y, el 30 de mayo, hizo lo propio con el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, al suscribir un tratado de amistad que establecía vínculos de dependencia mutuos en la política exterior de ambos países, así como el futuro de la ciudad de Sebastopol, que albergaría tanto a la Flota rusa del Mar Negro como a las Fuerzas Navales ucranianas.
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PRIMER PRESIDENTE DEMOCRÁTICO RUSO
Yeltsin en la campaña de 1996
Borís Yeltsin venció en las elecciones presidenciales rusas celebradas el 16 de junio de 1996. En esta fotografia, captada diez días antes de aquellos comicios, durante la campaña electoral, el dirigente ruso aparece bailando en un acto celebrado para promocionar su candidatura.

Yeltsin se mantuvo en el poder, aunque su popularidad fue disminuyendo de forma progresiva, en medio de una grave crisis económica y política. Esta se vio agravada por el conflicto de la secesión de Chechenia, que dio origen a una guerra que, desde 1994 hasta 1997, supuso numerosas bajas al Ejército ruso y causó una gran polémica en Rusia. En esta situación, los antiguos comunistas emergieron como una nueva fuerza capaz de alcanzar el poder.
El 28 de mayo de 1996, firmó en el Kremlin un alto el fuego con el líder independentista checheno Zelimján Yandarbíev. Yeltsin se presentó a las elecciones presidenciales del 16 de junio de 1996, siendo su máximo rival el candidato comunista Guennadi Ziugánov. En la campaña electoral, promulgó un decreto por el que se fijaba la fecha del año 2000 para que el Ejército ruso fuera profesional. Resultó elegido primer presidente democrático ruso, tras superar en la segunda vuelta a Ziugánov. Con motivo de una operación de corazón a que se vio sometido, Yeltsin estableció mediante un decreto, del 19 de septiembre de 1996, que fuera el primer ministro Víktor S. Chernomirdin quien le sustituyera como jefe de Estado hasta su recuperación. Inmediatamente después de la operación, que tuvo lugar en noviembre de ese año y cuyo resultado fue satisfactorio, reanudó su trabajo presidencial, interrumpido poco después debido a una neumonía doble. En enero de 1997, hubo de asistir a la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) para evitar su destitución, la cual se debatía con motivo de una propuesta que aducía para ello motivos de salud. Dos meses más tarde, realizó una profunda reorganización del Consejo de Ministros e introdujo como viceprimeros ministros a Anatoli Chubáis, encargado de impulsar una nueva reforma, y a Borís Nemtsov, aunque mantuvo a Chernomirdin como primer ministro. Tras recuperarse de una nueva convalecencia, Yeltsin destituyó al gobierno el 23 de marzo de ese año y designó a Serguéi Kiriyenko primer ministro en funciones, anunciando que con ello pretendía dar un nuevo impulso a la reforma económica y obligar a Chernomirdin a concentrarse en las elecciones presidenciales del 2000. El 10 y el 17 de abril siguientes, la Duma rechazó al candidato propuesto a la jefatura gubernamental por Yeltsin (Kiriyenko), pero el 24 de ese mes acabó por aceptarle para evitar su propia disolución constitucional.
En el orden internacional, en noviembre de 1997 pactó con el presidente de China, Jiang Zemin, el refuerzo de los intercambios comerciales bilaterales y el trazado de la frontera oriental de ambos países, que había sido motivo de conflictos durante tres siglos (especialmente en 1969, año en que llegó a producirse un importante incidente bélico por esta causa).
En medio de un agravamiento de la crisis económica rusa, el 24 de agosto de 1998 Yeltsin destituyó a Kiriyenko y a su gabinete, designando en su lugar a Chernomirdin nuevamente, como primer ministro. Cinco días después aceptó ceder buena parte de sus poderes presidenciales constitucionales al primer ministro (que podía así nombrar a los miembros de su gobierno) y a la Duma (que lograba ejercer la fiscalización de las actividades de los principales ministerios); pero esta rechazó después de dos votaciones el nombramiento de Chernomirdin, lo que le llevó, el 10 de septiembre siguiente, a presentar como nuevo candidato a Yevgeni Primakov, hasta entonces ministro de Asuntos Exteriores, que obtuvo la aprobación parlamentaria al día siguiente. Hospitalizado nuevamente desde el 27 de octubre, a partir de entonces se confirmó el paulatino traslado de los poderes presidenciales a Primakov.
El 25 de diciembre de 1998, firmó con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, un nuevo acuerdo que profundizaba en los pactos signados un año antes, tendentes a una futura unión de ambos países. Tras el inicio del ataque a la República Federal de Yugoslavia llevado a cabo por la OTAN en el contexto de la crisis de Kosovo, Yeltsin amenazó el 9 de abril de 1999 con entrar en el conflicto si las fuerzas aliadas invadían territorio serbio, provocando así un delicado momento de tensión resuelto de inmediato por la atenuación inmediata de la advertencia.
Pocos días más tarde, el 12 de mayo de ese año, Yeltsin, que nuevamente recuperado había retomado sus poderes presidenciales con anterioridad, destituyó de forma fulminante a Primakov y a su gobierno para nombrar primer ministro al general y hasta entonces ministro del Interior, Serguéi Stepashin. Al día siguiente la Duma inició el proceso de destitución del presidente ruso, que se resolvió el 15 de mayo con la derrota de las propuestas parlamentarias que acusaban a Yeltsin de traidor, asesino genocida y golpista, las cuales no obtuvieron los necesarios dos tercios de votos emitidos por los diputados miembros, aunque sí registraron un apoyo mayoritario a todas las denuncias. La propia Duma confirmó cuatro días después a Stepashin como primer ministro.
De nuevo de forma inesperada, el 9 de agosto de 1999 destituyó a Stepashin y nombró primer ministro al director del Servicio Federal de Seguridad, Vladímir Putin, a quien presentó como su candidato para las presidenciales del año 2000. Ese mismo día convocó elecciones legislativas para diciembre. El 11 del mismo mes, los rebeldes de la república rusa de Daguestán, que pocos días antes habían iniciado un movimiento secesionista, declararon la creación de un Estado islamista en ese territorio. Putin fue ratificado por la Duma el día 16, y a partir del 6 de septiembre el conflicto daguestano se trasladó a Chechenia, desde donde las autoridades rusas consideraron que se ayudaba a los rebeldes islamistas.
Yeltsin reforzó su alianza con China cuando el 25 de agosto de 1999 firmó en Bishkek (capital de Kirguizistán) con Jiang Zemin una declaración de confianza respecto de los miles de kilómetros fronterizos entre sus respectivos países, así como entre China y otros tres estados pertenecientes a la desaparecida URSS: Tayikistán, Kazajstán y Kirguizistán. Ambos presidentes ampliaron su estrategia internacional común al rechazar la política exterior de Estados Unidos y la OTAN.
De manera inopinada, cuando la nueva guerra en Chechenia había llegado semanas antes hasta la capital, Grozni, Yeltsin presentó su dimisión el último día de 1999, durante el tradicional mensaje presidencial de fin de año, y, de acuerdo con la Constitución, Putin, en tanto que primer ministro, se convirtió en presidente interino. Este firmó de inmediato un decreto sobre responsabilidades y derechos de los ex presidentes, por medio del cual quedaba garantizada la inmunidad de Yeltsin y sus familiares.
Borís Yeltsin falleció el 23 de abril de 2007, en Moscú.


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