José María Velasco
(1840-1912), pintor paisajista mexicano que desarrolló el costumbrismo
decimonónico.
Nació en
Temascalcingo (estado de México) y a la muerte de su padre se traslada a México
D.F. donde se dedica a la artesanía. Realiza sus estudios en escuelas
elementales y por fin en 1858 ingresa en la Academia de San Carlos. Allí
realiza una trayectoria muy brillante, ganando dos premios en los dos primeros
años y siendo nombrado profesor de perspectiva, y más tarde de paisaje. Su
labor docente duró más de 40 años. En un principio fue discípulo de Landesio,
formado en Europa y creador de una escuela paisajista mexicana, pero pronto el
alumno supera al maestro, desarrollando un estilo propio que pasa por tomar
notas del natural, llenas de emoción y espontaneidad, en contraste con la
rigidez de su maestro. Sus paisajes retratan los ambientes naturales de su
país, en particular del valle de México, que pintó desde puntos muy diversos.
Naturalista convencido, se alejó de las corrientes impresionistas de la época.
Su naturalismo no responde a la observación directa de la naturaleza, sino que
sus cuadros tienen una plástica e imaginación muy personales que le dieron reconocida
fama. Viajó por el interior de su país y expuso en Filadelfia, París y Chicago.
Entre sus obras destacan: Patio de una casa vieja (1861), El valle de
México (1875), Catedral de Oaxaca (1887), serie de ocho cuadros
sobre el Valle de México (1894-1905).
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