Pedro García Ferrer (1583-1661),
arquitecto, pintor y escultor español que intervino en la construcción y
decoración de la catedral de Puebla (México).
Nació en Alcorisa (provincia de
Teruel). Antes de establecerse en Madrid, frecuentó el taller del pintor de la
escuela valenciana Francisco Ribalta, donde adquirió su formación artística y
un estilo de carácter tenebrista que sería una constante en su obra. En esos
años pintó Crucifijo (1632) y el Martirio de san Lupercio (1632).
Hacia el año 1640, viajó a Nueva España
junto al obispo Juan Palafox y Mendoza y se ordenó sacerdote. Durante los nueve
años que permaneció en Puebla realizó las trazas de la cúpula de la catedral,
los ángeles que adornan las pechinas, el retablo de los Reyes y los lienzos que
lo componen, además de otras esculturas y pinturas menores de estilo
tenebrista.
En 1649, regresó a España junto al
prelado español y, después de residir durante un tiempo en Osma y en su pueblo
natal, se estableció definitivamente en Toledo, donde murió pocos años después.
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