Alejandro Otero (1921-1990),
pintor y escultor venezolano inventor de los 'corritmos', que inicia el
movimiento del arte cinético en su país.
Nacido en 1921, en El
Manteco, estado Bolívar, llega a Caracas en 1938 donde prosigue sus estudios en
la Escuela de Artes Plásticas (1939-1945). Desde 1945, en que viaja a París, su
vida se desarrolla por temporadas entre la capital francesa y Caracas.
Concluido su periodo de formación, los viajes a Europa le hacen encontrarse con
el arte 'de todos los tiempos'. Es en estos años cuando pinta la serie Cafeteras
(objetos cotidianos, sintetizados en líneas y planos). Una nueva etapa se
inicia en 1955, alcanza el reconocimiento internacional y realiza su primer
'colorritmo' (profundización en los problemas de la luz y el espacio a través de
tablones alargados atravesados de un lado a otro por bandas paralelas). A
partir de ese año, alterna la pintura con proyectos arquitectónicos (Ciudad
Universitaria de Caracas, murales de mosaico y aluminio, y vitrales). En 1958
le es concedido el Premio Nacional de Pintura por uno de sus 'colorritmos', con
lo que consigue el reconocimiento oficial a sus innovaciones estéticas. En 1961
inicia otra etapa con sus ciclos de relieves blancos y monocromos (Pincel y
cuadrado blanco), que es seguida por la llamada serie de papeles coloreados
(intensos collages de espíritu Pop con objetos tecnológicos pegados; Bonjour
M. Braque). Sus experimentos se suceden y en 1967 reaparece su interés por
la construcción de máquinas artísticas y lúdicas (Vertical vibrante oro y plata,
Noria hidrocromática o Torre acuática). A partir de este momento,
su obra es una constante búsqueda de nuevas formas de expresión, sobre todo en
el campo de la escultura. (Delta solar y Estructura solar, 1977; Aguja
solar, 1982). Otero eliminó de su pintura el color, el sujeto y la forma
llegando a soluciones similares a las de Wassily Kandinsky, hasta la invención
de los 'colorritmos', que producen la sensación de infinito.
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