Alfonso VI





Alfonso VI (1040-1109), rey de León (1065-1109) y de Castilla (1072-1109), segundo monarca que ocupaba el trono de ambos reinos cristianos.
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SOBERANO DE DOS REINOS
Era hijo del que sería primer rey de Castilla y monarca de León, Fernando I el Magno, y de la infanta Sancha de León, hija y hermana de reyes leoneses (su padre fue Alfonso V y su hermano Vermudo III). En 1063, su padre decidió cómo repartiría sus reinos a su muerte: Sancho, el hermano mayor de Alfonso y futuro Sancho II, heredaría el reino de Castilla, en tanto que él, Alfonso, pasaría a ser el soberano del reino de León, y su otro hermano varón, García, recibiría Galicia como García I.
Al morir Fernando I en 1065, Alfonso se convirtió, por tanto, en rey de León. Los primeros años de su reinado se caracterizaron por las luchas fratricidas desencadenadas tras el fallecimiento, en 1067, de su madre, la reina Sancha. El 12 de enero de 1072, su hermano Sancho II de Castilla, que ya le había vencido el 19 de julio de 1068 en Llantada (en las cercanías de la segoviana Fuentepiñel), le derrotó en la batalla de Golpejera (o Golpejar), en tierras de la actual provincia de León, y se coronó rey de León. Sancho mandó apresar en Burgos a su hermano Alfonso y, más tarde, le desterró a Toledo, que estaba en manos de los musulmanes. El 7 de octubre de ese mismo año, Sancho II, que se encontraba en Zamora enfrentándose a una revuelta de la nobleza promovida por su hermana Urraca (partidaria de Alfonso), fue asesinado por Bellido Dolfos, probablemente un noble leonés o gallego que acabaría traicionando al rey castellano.
La muerte de su hermano mayor, permitió a Alfonso VI recuperar su trono y reclamar para sí el de Castilla. En este momento se sitúa la jura exculpatoria de su posible participación en la muerte de Sancho que El Cid, vasallo del fallecido monarca castellano, hizo tomar a Alfonso en la iglesia burgalesa de Santa Gadea. El 13 de febrero de 1073, Alfonso VI mandó encarcelar a su hermano pequeño García I, privándole definitivamente de su reino de Galicia. León recuperaba así Galicia y Alfonso unía en su persona esos dos reinos, además de Castilla.
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AVANCE Y RETROCESO RECONQUISTADOR
A partir de este momento, se dedicó a engrandecer sus territorios, fundamentalmente a costa de las tierras musulmanas de al-Andalus, combinando la presión militar y la económica, y dando, en definitiva, un nuevo impulso a la Reconquista. El 25 de mayo de 1085, después de un largo asedio, Alfonso VI entró en Toledo, tras haber alcanzado 19 días antes un acuerdo con su rey islamita, Al-Qádir; conquistada la ciudad, Alfonso VI no tardó en hacerse con el control de todo el reino taifa toledano. Este triunfo significó la incorporación a sus posesiones de los territorios situados entre el sistema Central y el Tajo e, incluso, superar el límite de este río. Los cristianos recuperaban las ciudades de Guadalajara, Alcalá de Henares y Madrid. El alto contenido simbólico de la reconquista de Toledo le hizo titularse emperador de las dos religiones.
Los reyes de taifas, que se vieron seriamente amenazados por la presión castellana, decidieron pedir ayuda a los almorávides del norte de África. El emir de estos últimos, Yusuf ibn Tasfin, consiguió vencer a Alfonso VI, el 23 de octubre de 1086, en la batalla de Sagrajas, cerca de Badajoz. Esta derrota no supuso pérdida territorial alguna en un primer momento, pero sí un considerable freno a su política expansiva. El monarca castellano-leonés volvería a ser derrotado el 30 de mayo de 1108, en esta ocasión en la batalla de Uclés, donde además moriría Sancho, su único hijo varón, y esta vez la rendición sí se tradujo en la pérdida de las tierras adyacentes, incluida la propia ciudad de Cuenca.
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ACTIVIDAD POLÍTICA
En otro orden de cosas, durante su reinado nació el antecedente directo del reino de Portugal, el condado Portucalense, al unirse en 1096 los territorios cuyo gobierno Alfonso VI había otorgado a Enrique de Borgoña, casado desde 1095 con una hija ilegítima del rey castellano-leonés, Teresa de Portugal. Por otra parte, también intervino en los avatares políticos del condado de Barcelona, cuando en 1096 participó activamente en el juicio seguido contra el conde Berenguer Ramón II, acusado de asesinar a su hermano Ramón Berenguer II y obligado a abandonar el título condal.
En el terreno cultural, Alfonso VI fomentó la seguridad del Camino de Santiago e impulsó la introducción de la reforma cluniacense en los monasterios de sus reinos. Asimismo, sustituyó la liturgia mozárabe o toledana por la romana. De otro lado, Alfonso VI es considerado el primer rey cristiano de la península Ibérica que acuñó moneda propia, pues fundó sendas cecas en Toledo y León, donde se acuñaba una moneda de vellón hecha con la plata procedente de las parias musulmanas y aleada con cierta cantidad de cobre. De la importancia que la repoblación adquirió durante su reinado dan prueba fueros tan significados como los otorgados a Burgos (1073), Sepúlveda (1076) o, especialmente, Logroño (1095).
Alfonso VI falleció el 30 de junio de 1109, en Toledo. Su hija Urraca I, hija de su matrimonio celebrado en mayo de 1081 con Constanza de Borgoña, heredó los dos reinos, el de León y el de Castilla.



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