Gustavo II Adolfo
(1594-1632), rey de Suecia (1611-1632), apodado el León del Norte por su
liderazgo de las fuerzas protestantes en la guerra de los Treinta Años.
Perteneciente a la
dinastía Vasa, era hijo del rey sueco Carlos IX y nació el 9 de diciembre de
1594 en Estocolmo. Cuando accedió al trono en 1611, tras el fallecimiento de su
padre, su reino se encontraba en guerra con Dinamarca y Rusia. Aunque Gustavo
II Adolfo firmó un acuerdo de paz con los daneses en 1613, Suecia tuvo que
acceder a pagar importantes indemnizaciones para recuperar sus provincias del
sur. Emprendió una guerra contra Rusia (1613-1617), que le proporcionó el
territorio necesario para cortar, por completo, el acceso ruso al mar Báltico.
Entre 1621 y 1629 emprendió una guerra contra su primo, Segismundo III Vasa,
rey de Polonia, quien reclamaba el trono de Suecia. En 1629, Polonia fue
obligada a ceder ciudades y territorios situados a lo largo de la costa
meridional y oriental del mar Báltico, con lo que se reafirmó el derecho de
Gustavo II Adolfo al trono sueco.
Destacó no sólo como
un gran general, que revolucionó las tácticas militares y el uso de un Ejército
propio formado por disciplinados luteranos naturales de su reino, sino también
como un hábil administrador. En 1619 fundó la ciudad portuaria de Göteborg. Con
la ayuda de su canciller, Axel Gustavsson Oxenstierna, quien se encargaba de
los asuntos internos y de la diplomacia cuando el Rey se hallaba en alguna
campaña militar, Gustavo II Adolfo desarrolló un sistema de gobierno eficaz y
centralizado. Con ese fin, al inicio de su reinado consiguió la alianza de la
nobleza sueca al garantizarla sus privilegios, y llevó a cabo una notable labor
para aprovechar los recursos minerales de su país.
Su interés religioso
por la causa protestante y la creencia de que la conquista del norte de
Alemania por parte del Sacro Imperio Romano Germánico suponía un peligro
militar y económico para Suecia, le impulsó a tomar parte en la guerra de los
Treinta Años. Estableció una alianza con Francia, desembarcó en 1630 con su
ejército en la costa de Pomerania y logró hacer retroceder a las fuerzas
imperiales del Báltico. Su victoria ante las tropas de Jean t’Serclaes, conde
de Tilly, en la batalla de Breitenfeld, obtenida el 17 de septiembre de 1631,
proporcionó a los protestantes una ventaja militar que les permitió seguir
avanzando hasta ocupar Baviera y Bohemia. En 1632 volvió a derrotar a las
fuerzas católicas en el río Lech, el 14 de abril, en el transcurso de cuyo
combate el conde de Tilly recibió heridas que le causarían la muerte. A
continuación conquistó la ciudad bávara de Munich. En la batalla de Lützen, que
tuvo lugar en esa localidad de Sajonia el 16 de noviembre de 1632, derrotó a
los ejércitos imperiales comandadas por Albrecht von Wallenstein, pero resultó
gravemente herido y falleció. Le sucedió en el trono su hija Cristina.
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