Arturo Ripstein

Arturo Ripstein (1944- ), director, productor y guionista de cine mexicano. Hijo del productor Alfredo Ripstein, nació en la ciudad de México. Debutó en el medio como director a los 21 años con Tiempo de silencio, sobre un guión de Gabriel García Márquez. Tres años después, las modificaciones que su padre le hace en el montaje de Los recuerdos del porvenir, sobre la novela de Elena Garro, provocan la ruptura de la relación familiar y con la propia industria mexicana, pasándose al cine independiente y de corte experimental, como demuestra en La hora de los niños (1969).

Su primera película internacional es Foxtrot (1975), a la que siguen una serie de adaptaciones brillantes que culminan en La seducción (1980). Pero entre este año y 1984, cuando hace El otro, la quiebra económica mexicana le obliga a dedicarse a encargos poco atractivos. Superada la crisis, dirige El imperio de la fortuna (1986), brillante adaptación de Juan Rulfo, con la que logra un éxito internacional que aumenta con Principio y fin (1993), adaptación de la novela del egipcio Naguib Mahfuz, y La reina de la noche (1994). En 1996 estrenó dos nuevas películas, La mujer del puerto y Profundo carmesí, esta última seleccionada en la 44 edición del Festival Internacional de cine de San Sebastián. En 1998 rodó El evangelio de las maravillas, con Francisco Rabal, y un año después El coronel no tiene quien le escriba, sobre el relato homónimo del escritor colombiano Gabriel García Márquez. En 2000 ganó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián por la película La perdición de los hombres y en 2002 obtuvo una mención especial en el Festival Internacional de Cine de Venecia por La virgen de la lujuria.

Como productor, ha sido responsable de películas como El callejón de los milagros (1994), de Jorge Fons, también adaptación de una novela de Naguib Mahfuz, que consiguió el Goya de la Academia de Cinematografía Española a la mejor película. Para este director también escribió el guión de Cinco mil dólares de recompensa (1974). En 1999 debutó en la Ópera de Bellas Artes de México como director operístico con la obra de Richard Strauss Salomé.