Pedro de Ribera
(1683?-1742), arquitecto español, principal representante de la arquitectura
barroca madrileña y continuador de la escuela churrigueresca.
Entre sus obras más
representativas destacan dos edificios públicos. El antiguo hospicio de Madrid,
y sobre todo su portada (1722-1729), de gran exuberancia decorativa y recargada
plasticidad, es una de las obras más significadas del artista. En la portada,
enmarcada por sendos estípites muy fragmentados y motivos escultóricos de
telas, el cuerpo bajo se enlaza con el superior a través de un conjunto
extremadamente decorado encuadrado en líneas curvas; el remate superior parte
en su ascenso el frontón curvo de coronación. Así mismo destaca la portada de
la fachada del cuartel del Conde Duque, vasta construcción organizada en torno
a patios. Es un esquema semejante al del hospicio: una rústica portada, muy
decorada con motivos militares y fuertes relieves bien combinados, se destaca
sobre una fachada desnuda de ladrillo.
También son obra de
Ribera la iglesia de Montserrat y la ermita de la Virgen del Puerto, ambas en
Madrid. En la primera interviene en la original torre y en la fachada, donde un
cuerpo bajo amplio se une con líneas curvas a otro superior más estrecho. Un
frontón clásico remata la portada. La torre, muy característica, arranca de
planta cuadrada para rematarse, con decoración intensificándose en altura, con
un motivo de chapitel que genera en un coronamiento más rugoso. La ermita de la
Virgen del Puerto es una pequeña iglesia de planta central con nichos y
capillas perimetrales y profusa decoración, con resaltos y recortes en los
muros. Del exterior, de gran sobriedad, destaca la portada de la fachada,
enmarcada por dos torres, y la cúpula con chapitel. La iglesia de San Antón,
uno de los templos más originales del maestro, fue muy modificada en el
neoclasicismo. El puente de Toledo es una colosal sucesión de arcadas de medio
punto, con tabernáculos decorados jalonando el central. Son interesantes las
fuentes ornamentales que Ribera dejó para Madrid, de las que sólo se conserva
la de la Fama, en el antiguo hospicio.
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