Alejandro III
(1105?-1181), papa (1159-1181), que defendió con gran energía la supremacía del
Papado frente al Sacro Imperio Romano Germánico.
Rolando Bandinelli,
su verdadero nombre, nació en Siena y cursó estudios de leyes con el erudito
italiano Graciano, fundador del Derecho canónico. Fue profesor en la
Universidad de Bolonia y sus escritos jurídicos y teológicos le proporcionaron
fama de sabio. Nombrado cardenal en 1150, llegó a ser canciller papal en 1153.
Ese mismo año fue enviado como representante pontificio para negociar el
Tratado de Constanza con el emperador Federico I Barbarroja.
Tras morir el papa
Adriano IV en 1159, Bandinelli le sucedió en el solio pontificio con el nombre
de Alejandro III, pero con la firme oposición de Federico I. Gran parte de su
pontificado estuvo marcado por la compleja política internacional de la época
(que incluso le obligó a exiliarse a Francia), especialmente por la pugna
mantenida con Federico I. Obligó a Enrique II de Inglaterra a hacer penitencia
pública por el asesinato de Tomás Becket, arzobispo de Canterbury. Después de
una larga contienda con tres sucesivos antipapas (Víctor IV, Pascual III y
Calixto III), nombrados y apoyados por Federico I (que fue excomulgado en
1165), Alejandro III, ayudado por la Liga Lombarda (que derrotó a las fuerzas
imperiales en la batalla de Legnano en 1176), obligó a Federico I a reconocer
la legitimidad de su pontificado. Considerado como uno de los grandes papas
medievales, presidió el III Concilio de Letrán (1179) e impulsó el renacimiento
del escolasticismo.
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