Andrea Palladio (1508-1580), arquitecto italiano
del renacimiento tardío, uno de los más importantes de la historia de la
arquitectura occidental.
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VIDA
Y OBRA
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Nació en Padua el 30 de noviembre de 1508 y comenzó
su formación como simple cantero. Su nombre auténtico era Andrea di Pietro
dalla Gondola, pero cambió su apellido por el de Palladio (en honor de Palas
Atenea, diosa griega de la sabiduría) a partir de la tutela del poeta Gian
Giorgio Trissino, quien supervisó sus estudios de arquitectura. Trissino lo
llevó a Roma, donde Palladio analizó las ruinas clásicas y estudió a fondo los
tratados de Vitrubio, el único legado teórico de la arquitectura romana. El
fruto de sus investigaciones fue la publicación del libro Le Antichità di
Roma (1554), considerado durante más de dos siglos como la mejor guía sobre
las ruinas de la ciudad eterna.
Una de sus primeras obras de gran envergadura fue
la transformación (comenzada en 1549) del recinto exterior del palacio della
Ragione o Basílica, el ayuntamiento de Vicenza. En esta ciudad y sus
alrededores construyó numerosos edificios residenciales y públicos. Entre ellos
destacan los palacios Chiericati, Thiene y Valmarana, y las villas Badoer,
Barbaro (en Maser), Emo, la Rotonda y Foscari, en Malcontenta di Mira. Entre
1560 y 1580 también construyó varias iglesias en Venecia, entre las que
sobresalen San Francesco della Vigna, San Giorgio Maggiore e Il Redentore. Su
última gran obra fue el teatro Olímpico de Vicenza, que finalizó Vincenzo
Scamozzi después de su muerte.
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VALORACIÓN
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Aunque su estilo arquitectónico tiene sus
antecedentes inmediatos en la obra de los maestros del alto renacimiento, como Donato
Bramante (que a su vez se inspiró en la tradición constructiva de la antigua
Roma), Palladio siempre cultivó una interpretación propia de los motivos
romanos, derivada del estudio directo de la arquitectura antigua. Combinó
libremente muchos de los elementos del lenguaje clásico, de acuerdo con las
exigencias del emplazamiento o de las necesidades funcionales de cada edificio,
y en este sentido se le puede considerar como un arquitecto manierista. Sin
embargo, al mismo tiempo compartió la búsqueda renacentista de las proporciones
armónicas, y sus fachadas se caracterizan por una excepcional elegancia basada
en la sencillez —casi austera— y la serenidad compositivas.
Palladio fue el primer arquitecto que desarrolló un
sistema organizado para la disposición de las habitaciones privadas. También
fue el primero que ubicó en edificios residenciales pórticos con frontones,
propios de los templos clásicos, como los que se pueden contemplar en las
cuatro fachadas idénticas de la villa Rotonda, compuestas por seis columnas
jónicas sobre un elevado podio precedido por una escalinata.
Los edificios de Palladio a menudo incorporaban
soluciones ingeniosas, en ocasiones para facilitar la entrada de luz o para
hacer más cómodos los tránsitos entre distintas estancias. En la Basílica de
Vicenza, por ejemplo, proyectó una elegante fachada formada por dos pisos de
arquerías donde empleó la ventana o motivo serliano, conocido también
como palladiano (un vano tripartito compuesto por una parte central arqueada y
más ancha que las dos laterales, separadas por delgadas columnas), gracias al
cual pudo estrechar los pilares estructurales y con ello captar mucha más luz
para el espacio interior.
Otra de sus aportaciones a la historia de la
arquitectura fueron los tratados, entre los cuales destaca I quattro libri
dell'Architettura (1570, segunda edición en 1580), que se convirtió en un
canon para la arquitectura occidental de los siglos venideros. Esta influencia
se extendió sobre todo por Inglaterra, donde apareció una corriente llamada
palladianismo, que seguía fielmente sus preceptos y reglas compositivas. Entre
los seguidores de esta tendencia se hallaban arquitectos de la importancia de
Inigo Jones o Christopher Wren, que a su vez fueron antecesores de algunos
estilos neoclasicistas, como el neopalladiano o el georgiano ingleses y el
federal de Estados Unidos.
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