María II de Braganza (1819-1853), reina de Portugal
(1826-1853). Hija del rey Pedro IV de Portugal y I de Brasil, en 1836 casó en
segundas nupcias con Fernando de Sajonia-Coburgo-Gotha (conocido como Fernando
II de Portugal). Recibió el trono portugués, en 1826, tras la abdicación en su
persona de su padre, quien había otorgado previamente la Carta Constitucional
al país, derogada por su tío, don Miguel (el futuro Miguel I), que pretendía
imponerse como rey absoluto. La vida de María II transcurrió durante la época
de las grandes luchas entre el liberalismo y el absolutismo, y los signos de su
reinado fueron los golpes políticos y las movilizaciones sociales, de entre los
que sobresalieron precisamente las vicisitudes respecto de la pretensión
monárquica de su tío, quien se tituló rey en 1828, y que obligó al padre de
María a reinstaurarla en el trono en 1833. Se mantuvo firme en la defensa del
régimen constitucional y en el apoyo a las medidas de progreso adoptadas por
sus ministerios, entre los cuales se destacó el de António Bernardo da Costa Cabral,
jefe de gobierno, favorito y protegido de la reina. Le sucedió su hijo Pedro.
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