Sexagésimo segundo virrey JUAN ODONOJÚ




Sexagésimo segundo virrey
JUAN ODONOJÚ
(Teniente general del Ejército Real)
(1821)

Este personaje de origen irlandés nació en el puerto de Sevilla a mediados de 1762. Desde muy joven se alistó en el ejército, sirvió en él con distinción y obtuvo los grados por servicios en campaña hasta llegar al empleo de teniente general.
Habiéndose distinguido en la guerra de Independencia fue nombrado por la Junta de Cádiz, ministro de la Guerra y al regreso de Fernando VII éste lo hizo su ayudante de campo. Era liberal y amigo de don Rafael de Riego, así que cuando se restableció la Constitución de 1812 se le dio el mando de las provincias andaluzas, donde demostró su gran capacidad para el ejercicio de los cargos militares.
En 1821 el gobierno español lo nombró capitán general de la Nueva España y aunque ya no con el nombramiento propiamente dicho de virrey, sí con todos los privilegios a que tenían estos gobernantes. Llegó a Veracruz el 3 de agosto, allí mismo prestó el juramento ceremonial y recibió honores de virrey. Inmediatamente quedó enterado de que casi toda la Nueva España estaba con Agustín de Iturbide. Sabía que las Cortes habían resuelto dar a las posesiones españolas de ultramar gobiernos un tanto autónomos, tal y como lo proclamaba el Plan de Iguala, aunque sin dejar de pertenecer a la Corona española, sobre todo en los aspectos político y administrativo.
Estando en Veracruz dio una proclama dirigida al pueblo de la Nueva España, en la que manifestaba sus principios liberales que había aprendido en las logias masónicas y en la efervescencia política de la península; dirigió una carta a Iturbide por conducto del teniente coronel don Manuel Gual y del capitan don Pedro Pablo Vélez, invitándolo a una conferencia en el lugar que aquél eligiera. Aceptada la proposición por el general Iturbide, se designó a la ciudad de Córdoba para la reunión. Marchó O'Donojú en un coche, acompañado por el coronel Antonio López de Santa Anna, por el camino de Jalapa, y llegó el 23 a Córdoba; al día siguiente se entrevistó con Iturbide, se pusieron de acuerdo y firmaron los tratados que llevan el nombre de esa ciudad. Fue aceptado con apenas algunas correcciones lo convenido en Iguala, habiendo la posibilidad, muy segura, de que ningún miembro de la familia Borbón aceptase la Corona de Nueva España y ésta recayera en el propio Iturbide.
Los jefes españoles no aceptaron desde luego lo contenido en los Tratados de Córdoba, desconocieron la autoridad de O'Donojú y ocuparon militarmente las plazas de México y Veracruz, la fortaleza de San Carlos de Perote y el castillo de San Diego en Acapulco. Bloqueadas esas plazas se rindieron, menos la de Veracruz. El coronel Santa Anna, con la tropa a sus órdenes, atacó al brigadier Garíca Dávila que con su guarnición se estableció en San Juan de Ulúa, donde iba a durar cuatro años. El general don Francisco Novella se encontraba prácticamente sitiado en la capital por el Ejército de las Tres Garantías al mando de los generales don Vicente Guerro y don Nicolás Bravo, porque se negaba a reconocer como valederos los Tratados de Córdoba. O'Donojú simplemente le exigía que lo reconociera como autoridad, argumentando que el general Novella no tenía cargo legal alguno puesto que se había hecho del gobierno destituyendo a Apodaca con una rebelión.
El 13 de septiembre se concertó una reunión en la hacienda de La Patera, cercana a la Villa de Guadalupe, entre Iturbide, O'Donojú y Novella; allí acordaron de inmediato una suspensión de hostilidades; el 15 Novella dio a reconocer a O'Donojú como virrey y capitán general de la Nueva España y éste dispuso que las tropas realistas salieran de la capital. Cuando éstas partieron rumbo a Veracruz, el brigadier don José Joaquín de Herrera ocupó Chapultepec el 23, con la columna de granaderos y al día siguiente el general don Vicente Filisola, con 4,000 hombres, entró en México. Las tropas estacionadas en diferentes rumbos hicieron su entrada en la capital formando una columna al frente de la cual iba don Agustín de Iturbide. Era el jueves 21 de septiembre de 1821.
El Ejército Trigarante estaba formado por 7,616 infantes, 7,755 de caballería y 763 artilleros con 68 cañones. Al día siguiente se instaló la Junta Provisional Gubernativa compuesta por 34 personas, la cual después de decretar el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, nombró una regencia compuesta por Iturbide como presidente y O'Donojú, con Manuel de la Bárcena, don José Isidro Yáñez y don Manuel Velázquez de León, quedando así consumada la Independnecia de México. O'Donojú, quien tenía 59 años, enfermó de un padecimiento pulmonar y murió el 8 de octubre de ese año, siendo sepultado con los honores de virrey en la Catedral de México.

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