Trigésimo virrey GASPAR DE LA CERDA SANDOVAL SILVA Y MENDOZA




Trigésimo virrey
GASPAR DE LA CERDA SANDOVAL SILVA Y MENDOZA
(Conde de Galve)
(1688-1696)

          Fue uno de los más jóvenes virreyes que tuvo la Nueva España; contaba con 35 años cuando recibió el nombramiento, en mayo de 1688. Llegó a Veracruz a mediados de octubre y en el camino encontró a su antecesor. Juró lealtad al rey ante la Audiencia y empezó a ejercer el gobierno a principios de diciembre. Este virrey se ocupó en combatir a la piratería y las invasiones de franceses en os dilatados y abandonados territorios del noreste del virreinato. Puso atención en mantener con mucha diligencia las obras del desagüe de la ciudad de México.
Al informarse de la presencia de mercaderes británcos en las costas de Tabasco y Campeche, los que cortaban maderas preciosas que embarcaban hacia Jamaica, envió fuerza armada para combatirlos; pero eran unos cuantos ingleses y los trabajadores eran mayas que recibían buena cantidad de aguardiente y de dinero para que cortasen la madera que era enviada a Jamaica y a Europa. Se ocupó de intensificar la enseñanza del idioma castellano entre los grupos indígenas, con buen provecho.
El gobernador del territorio de Coahuila y Texas fue ganándose pacíficamente a los grupos aborígenes que recorrían aquellos lugares, aunque de vez en cuando se levantaban en armas contra el maltrato que se les daba por parte de los soldados y colonos mestizos y españoles. Hubo un agudo periodo de sequía que hizo se perdieran las cosechas; los novohispanos lo relacionaron con la aparición de un cometa, no hubo maíz en la capital y apareció el hambre, por lo que la multitud se amotinó frente a la Plaza de Armas y apedreó el palacio de los virreyes. Como nadie intervenía para calmar los ánimos, el alboroto creció y el tumulto se convirtió en un motín que prendió fuego al palacio, a las casas del cabildo y a algunas tiendas de telas, que ardieron con gran rapidez. En el salón de cabildos se encontraba en forma desordenada mucha documentación importante del historial novohispano, la que en gran parte logró salvar de ese desastre, con gran peligro de su vida, el sabio mexicano don Carlos de Sigüenza y Góngora. El virrey, quien se escondió en el convento de San Francisco el Grande, se informó por algunas personas de su confianza sobre quienes habían sido los promotores de los desórdenes, los hizo aprehender y sin más juicio que la identificación personal, los mandó ahorcar. Eran cinco los responsables principales, todos ellos españoles.
En ese tiempo España estaba aliada con los ingleses en contra de Francia, así que con la ayuda de unos barcos de guerra de los aliados el virrey atacó a los franceses que se habían apoderado de la isla Española, les quitó muchos cañones y pólvora y aprovechó las construcciones para hacer algunos fuertes. En Texas, para evitar desembarcos de extranjeros, estableció la guarnición de Panzacola.
Con deseos de regresar a España el virrey conde de Galve pidió su relevo en septiembre de 1695, lo que le fue concedido. Quiso entregar al obispo de Puebla don Manuel Fernández de Santa Cruz, interinamente, el gobierno virreinal; pero Fernández se negó a aceptar por motivos de salud y por tener mucho trabajo en su obispado, por lo que el conde entregó el gobierno a don Juan de Ortega y Montañés, obispo de Michoacán.
De la Cerda y Sandoval murió en el puerto de Santa María, España, el 12 de marzo de 1697.

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