GENERAL DON ANTONIO LÓPEZ DE SANTA ANNA.




Nació el 21 de Febrero de 1781, en Jalapa, Veracruz, ocupó once veces la presidencia del 16 de Mayo al 1° de julio de 1833; del 18 de Junio al 5 de Julio del mismo año; del 28 de Octubre al 4 de Diciembre del mismo año; del 24 de Abril de 1834 al 27 de Enero de 1835; del 18 de Marzo al 9 de Julio de 1839; del 9 de Octubre de1843; del 4 de Junio al 11 de Septiembre de 1844; del 21 al 31 de Marzo de 1847; del 20 de Mayo al 15 de Septiembre de 1847; del 20 de Abril de 1853 al 9 de Agosto de 1855. Murió el 21 de Junio de 1876.
Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (21 de febrero de 1794 – 21 de junio de 1876) fue un político y militar mexicano, en 11 ocasiones presidente de México. A lo largo de su larga carrera política se unió en distintas ocasiones a realistas, insurgentes, monárquicos, liberales y conservadores.
La infancia de Santa Anna discurre entre Jalapa, ciudad en la que nace en 1794 y Veracruz. Fue hijo del notario Antonio López de Santa Anna y de su señora esposa Manuela Pérez de Lebrón. Ambos deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado como correspondía a un joven de ascendencia española. Pero por su carácter aventurero y sus grandes deseos de sobresalir, consiguió a fuerza de tenacidad ingresar al Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años de edad. En 1811 su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo.
La carrera política empieza en 1821, fecha en el que el Plan de Iguala de Iturbide consagra la independencia de la Nueva España. Inicia entonces, de manera espectacular, una larga serie de imprevisibles adhesiones ideológicas. Enviado por el gobierno colonial a dar auxilio a la ciudad de Orizaba que estaba sitiada por los rebeldes, los derrota y es condecorado por el virrey y ascendido a teniente coronel. Es nombrado comandante del puerto de Veracruz y horas después se levanta en armas contra el gobierno realista, uniéndose a los insurgentes, siendo derrotado en esa plaza, pero haciéndose fuerte en Córdoba. Bajo su mandato en Veracruz, logra retirar a los españoles hasta el fuerte de San Juan de Ulúa, último reducto de éstos. Como muchos otros militares se unió a Iturbide, solo como una estrategia política, para obtener apoyos personales. Santa Anna estaba de acuerdo con la independencia, pero no aceptaba que la dirigiera la clase alta, pues según él no eliminarían los privilegios de los peninsulares que aún quedaban en México.
La conversión de Nueva España a México no iba a ser fácil. España desconoció en principio la independencia de su colonia y esto hizo que aumentara el fervor de libertad en las principales ciudades. Luego de firmar Iturbide los Tratados de Córdoba, en los que España reconocía a México como país soberano, empezó la polarización de políticos y militares mexicanos. Había en el recién nombrado congreso constituyente representantes monárquicos, republicanos e iturbidistas.
Iturbide se corona emperador gracias a un levantamiento armado en la Ciudad de México que presionó al congreso para instituir el Imperio la nueva forma del Estado. En el momento que Iturbide disuelve el congreso por atacar a su figura y dictaminar ideas que iban en su contra, Santa Anna reaparece en la vida pública. Mediante las armas toma Veracruz, declarando ilegal la elección del emperador y pronunciándose a favor de los republicanos.
Desterrado Iturbide en 1823 y restaurado el Congreso, comienzan las pugnas entre centralistas y federalistas, a los que se une de inmediato. En esta ocasión fracasa un levantamiento que surgió en San Luis Potosí. Santa Anna como su principal comandante, es enviado a la Ciudad de México para ser juzgado y absuelto por influencias que tenía en la Corte.
Durante los años siguientes al juicio, los acontecimientos ayudan a Santa Anna en su imparable ascenso. Los levantamientos de 1827 le dieron la posibilidad de ponerse del lado del gobierno de forma algo sorprendente, pues que Manuel, su hermano participara del lado rebelde hacia suponer que Santa Anna se retiraría de su hacienda en Veracruz para apoyarlo. La suerte de los dos hermanos fue muy distinta a raíz de este acontecimiento: mientras Manuel era desterrado, Antonio obtenía el gobierno de Veracruz. Poco mas tarde se le brinda una nueva oportunidad. La convocatoria a las elecciones de 1828 nacía con la controversia entre las posturas representadas por Manuel Gómez Pedraza y Vicente Guerrero. Los partidarios del primero se oponían a hacer efectiva la expulsión de los españoles restantes en el país. Apenas once días después de que Gómez Pedraza ganara las elecciones, Santa Anna se reveló exigiendo la sustitución del presidente electo por el general Vicente Guerrero.
La variedad de recursos con los que contaba Santa Anna para financiar su levantamiento fue amplia. Contándose que, necesitado de dinero, se apoderó del convento de San Francisco de Oaxaca disfrazó a sus soldados de frailes y convocó a misa. Una vez en la iglesia, mandó cerrar las puertas y exigió a los ricos presentes una retribución económica, con lo que consiguió los fondos suficientes.
Nombrado presidente Guerrero, Santa Anna tomó las riendas del ejército nacional.
En 1829, una expedición española desembarcada en Tampico, comandada por el brigadier Isidro Barradas que tenía por objetivo la reconquista de México fue derrotada por Santa Anna que desde entonces se hizo llamar El Héroe de Tampico.
Al ser derrocado el gobierno de Guerrero por Anastasio Bustamante, Santa Anna hace un pacto con Gómez Pedraza, (el presidente que derrocara años antes) para que este alcanzara la presidencia de 1830 a 1833 mediante nuevos levantamientos. En 1833, Santa Anna alcanza por fin la presidencia.
Al ser nombrado presidente, en un hecho sorprendente, Santa Anna alegó mala salud y se retiró a su hacienda en Veracruz, desde donde planeó una supuesta invasión a Cuba. Entre 1833 y 1835, Santa Anna iba y venía del poder. En diversos periodos Valentín Gómez Farías ocupó la vacante de Santa Anna y aprovechó para hacer reformas liberales a la Constitución de 1824.
Santa Anna, presionado por una delegación de conservadores que no estaban de acuerdo con las reformas, volvió a la presidencia y disolvió el congreso. Promulgo las Siete Leyes las cuales dieron paso a un periodo de conservadurismo, qué ocasionó varios levantamientos, de los cuales sólo tuvo éxito el texano.
Los colonos estadounidenses, establecidos en territorio mexicano (Texas) desde fechas anteriores a la independencia de México, empezaron a ser más numerosos que los habitantes mexicanos del mismo territorio, debido a la fuerte filosofia nacional del Destino Manifiesto del siglo XIX que el gobierno estadounidense respaldaba, para que ciudadanos americanos habitaran la provincia del noreste mexicano, estos discrepaban con el gobierno en temas como la religión (eran protestantes y no aceptaban una iglesia estatal), la esclavitud (prohibida en México y que ellos apoyaban), la representatividad parlamentaria (frente a un régimen autoritario) y el libre comercio que tenía grandes partidarios en el sur de EEUU. Empezaron a formar sus propias juntas de gobierno, pero al establecerse el gobierno centralista, los texanos perdieron su autonomía.
Los texanos, motivados por Austin y apoyados indirectamente por el gobierno de los Estados Unidos, empezaron a atacar posiciones mexicanas, llegando a controlar la mayor parte del territorio de Texas. Cuando estas noticias llegaron a la Ciudad de México, Santa Anna organizó un ejército comandado por él mismo, que marchó desde el centro del país para detener a los texanos. Pese a su rápida victoria en El Álamo a los pocos días de que Texas se declarara independiente,El Napoleón del Oeste, fue vencido en menos de veinte minutos en San Jacinto por el texano Samuel Houston. Santa Anna fue capturado al final de la batalla obligado en prisión a reconocer la independencia de Texas, a retirar sus fuerzas del otro lado del Río Bravo, a entregar a los esclavos negros que les había liberado y a no tomar jamás de nuevo las armas contra el Estado de Texas. La cuestión texana marcó quizá el periodo mas negativo de la trayectoria de Santa Anna.
A su vuelta a Veracruz, al ser liberado por los texanos, Santa Anna es destituido como presidente. Cuando ciudadanos franceses exigieron al gobierno mexicano una indemnización por los daños causados por tropas de Santa Anna años atrás en sus negocios, el nuevo gobierno se rehusó a pagarles, diciéndoles que eso era responsabilidad de la anterior administración.
El gobierno de Francia pidió al gobierno mexicano que se cubrieran los daños a sus ciudadanos, pero no hubo respuesta por parte mexicana, así que en 1838 mandaron una expedición que bloqueó Veracruz y ocupó la plaza hasta que el daño no fuera pagado. Santa Anna tomó de nuevo las riendas del ejército y se dirigió a Veracruz, donde hizo retroceder a los invasores hasta el muelle, pero en ese momento, los barcos franceses abrieron fuego de artillería contra los mexicanos, resultando herido en una pierna. La gente se conmovió ante el sacrificio de Santa Anna, que perdió la pierna y lo aclamó como héroe de la Patria.
Esto le dio una gran publicidad, lo que le permitió ocupar la presidencia de nuevo en 1839, 1841 y 1844, anunciando ya el estilo totalitario que distingue su último periodo.
Al ocupar la presidencia de nuevo, Santa Anna sufrió un nuevo revés al suscitarse de nuevo la cuestión texana. Cuando en 1843, Estados Unidos planteó la incorporación de Texas a su territorio, Santa Anna intentó zafarse de la escena política para no sufrir descalificaciones de la opinión pública. Puso de pretexto la muerte de su esposa Inés García, para retirarse de la presidencia mientras pasaba el furor público por la anexión de Texas a la Unión americana. A los cuarenta días de luto por su mujer, Santa Anna volvió a casarse, escándalo que contribuyó a aumentar su descrédito en un momento en que se le recordaba su anterior episodio en Texas y se le pedían responsabilidades. El retiro de la escena política en ese momento lo pagó con un largo exilio en La Habana.
En ausencia de Santa Ana la situación interna en México estaba repartida entre hostilidades y caos político. Estados Unidos aprovechó esto para enviar sus tropas al Río Bravo. Aunque el límite de Texas en ese entonces era el río Nueces unos kilómetros más al norte. Este movimiento ofensivo por parte estadounidense presionó y orilló al gobierno mexicano a defender la soberanía del territorio nacional , dándose así inicio a la guerra entre estos dos países. Santa Anna fue llamado a dirigir los esfuerzos nacionales de nuevo; pero aunque logró reunir y organizar un ejército sorprendente, fue derrotado por su falta de sensatez en todos los enfrentamientos contra los estadounidenses. Casi logró una victoria en la Batalla de la Angostura; pero se retiró inexplicablemente a un paso de derrotar a Taylor Después en su natal estado de Veracruz fue derrotado en la Batalla de Cerro Gordo Después de evacuar la capital del país, Santa Anna se exilió de nuevo, esta vez en Colombia. Mediante el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, México perdió los estados de California, Nuevo México, Arizona, Nevada y Colorado a favor de Estados Unidos, que se comprometió a pagar una indemnización de 15 millones de pesos a México.
Tras la derrota, Santa Anna abandonó el país después de renunciar a la presidencia que había ocupado durante la guerra. El hambre, el descontento, las pugnas políticas hicieron caer en crisis al país. Los conservadores fueron imponiéndose en la mayoría de los estados y reclamaron de nuevo el regreso de Santa Anna. Santa Anna era el único que había demostrado, al menos, tener la suficiente fuerza para gobernar un país tan ingobernable y que en ese momento en algunas partes estaba sumido en la anarquía. Así en 1853 Santa Anna es nombrado presidente de nuevo. Carente de prejuicios e inmune a las críticas de sus adversarios, instituye una medida para obtener dinero, vende un trozo de territorio a Estados Unidos, La Mesilla. Hizo volver a los jesuitas expulsados por los españoles en la colonia, reinstauró la Orden de Guadalupe y se hizo llamar Alteza Serenísima a la vez que decretaba una ley para nombrarse dictador vitalicio. En su empeño por legislar, ningún asunto político escapó de sus designios: los impuestos afectaban a los perros de compañía y a las ventanas de las casas, dictaminó el color de uniforme de los empleados públicos, construyó innumerables monumentos autodedicados por todo el país y concentró todo el poder en su persona. Creció el descontento popular y con él comenzaron a fraguarse los planes de rebelión. Ebrio de poder, dio muestras de gran crueldad contra sus oponentes. Se cuenta que al derrotar en Guerrero a unos rebeldes, las tropas de Santa Anna colgaron a los oficiales rebeldes por los dedos de los pies y fueron dejados a la intemperie. Los soldados quemaron y saquearon comunidades de ese estado, desatándose matanzas de civiles y de prisioneros.
Era 1855 y el Plan de Ayutla de Juan Álvarez había dado resultado por todo el país. Santa Anna se vio obligado a renunciar y tomar de nuevo su camino a Colombia.
Acostumbrado a vaivenes políticos, el general se dio cuenta que el regreso esta vez sería imposible.
En los acontecimientos que siguieron, se dejó oír su voz desde el exilio, publicó diversos artículos que llegaron a México convocando a una rebelión contra los liberales que nunca sucedió. Estuvo a punto de ser parte de la Corte de Maximiliano, pues ofreció su apoyo a la monarquía que se estaba preparando desde Europa; pero el joven archiduque austriaco no lo admitió para participar en el Segundo Imperio Mexicano. De las dos veces que intentó volver, solo consiguió ser desterrado de nuevo. Finalmente en 1874, el presidente Lerdo de Tejada le permite volver al país, donde murió dos años mas tarde, en la Ciudad de México, olvidado por la gente que muchas veces lo apoyó.
Sobrenombres que se atribuyó o le atribuyeron.
  • Héroe del Pánuco
  • Benemérito de Veracruz
  • Padre de la Patria
  • Benemérito de Tampico
  • Alteza serenísima
  • Napoleón del Oeste (comúnmente los que sus partidarios inventaban, sin duda su favorito era éste)
  • Quince Uñas (debido a la pierna que perdió en Veracruz)
  • Héroe de Cuarenta Derrotas (despectivamente, de parte de los extranjeros)
  • Visible instrumento de Dios
  • El César mexicano

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