El artista venezolano Jesús Rafael Soto ha investigado las posibilidades plásticas del Op Art y del arte cinético en relación con el espectador. En este environment tridimensional, que en ocasiones incluye luz y sonido, el movimiento del público llega a formar parte de la propia obra.
Jesús Rafael Soto (1923-2005), pintor y escultor venezolano, figurativo en sus comienzos, que derivó al cubismo, la abstracción geométrica y el cinetismo virtual. Junto al también venezolano Carlos Cruz Díez encabezó la escuela cinética, donde el espectador se integra en la obra a través de espacios penetrables.
Nació en 1923 en Ciudad Bolívar, Venezuela, donde realizó estudios en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas entre 1942 y 1947, año en que es nombrado director de la Escuela de Artes Plásticas 'Julio Arraga' de Maracaibo (1947-1950). Desde 1950 vivió en París, pero viajaba periódicamente a Venezuela. En sus primeras obras se acusa la influencia de Paul Cézanne y el gusto por la geometrización de las formas en los paisajes (Paisaje de Maracaibo, 1949), naturalezas muertas, retratos (La dama griega, 1949), pero con su traslado a París, donde toma contacto con las vanguardias y estudia a Kazimir Malévich y Piet Mondrian, evoluciona hacia una abstracción geométrica. Las primeras obras parisinas corresponden a su preocupación por crear superficies de dinamismo visual en base al color, la forma geométrica y la ambigüedad forma-fondo (Composition dynamique, 1951). A partir de 1953 realiza los primeros trabajos de cinetismo virtual, efecto obtenido tras separar el fondo y la forma: la primera sobre una placa transparente de plexiglás y la segunda sobre una placa de madera colocada a 10 centímetros y ambas fijadas con varillas metálicas. De esos años son: Desplazamiento (1953), La cajita de Villanueva (1955) y Espiral con plexiglás (1955), considerada el punto de partida del arte cinético. En 1955 junto a Agam, Tinguely y Pol Bury, formula en sus trabajos los principios del cinetismo. En principio trata el espacio como materia plástica (Structure cinétique, 1957) y más tarde incorpora a sus piezas elementos de desecho que combina con tramas geométricas (Cubos ambiguos, 1958). A finales de la década de 1950 crea las primeras obras vibrantes y la serie Esculturas, a base de varillas que cuelgan de hilos de nailon frente a un fondo trama, con un movimiento natural que, combinado con la percepción del espectador al moverse frente a la obra, producen el efecto cinético (Estructura cinética de elementos geométricos, 1958). Profundizando en esta línea consigue incorporar totalmente al espectador en la obra a través de los Penetrables (Penetrable amarillo, 1969). Realizó también algunas obras públicas como los murales del edificio de la UNESCO en París, 1970. A partir de esta fecha realizó distintas estructuras cinéticas integradas en la arquitectura: Hall de la fábrica Renault de Boulogne-Billancourt (1975); Volumen suspendido en el Centro Banaven de Caracas (1979); Volumen virtual en el Centro Pompidou de París (1987). En la década de 1980 vuelve a estudiar la ambivalencia del color sobre el plano, según los principios de Wassily Kandinsky y de la última etapa de Piet Mondrian, a través de cuadros de diferentes formatos sobre una trama blanca y negra (Rojo central, 1980). Uno de los grandes logros de Soto fue convertir al espectador de la obra en sujeto activo, que se mueve en torno a la obra, y debido también a la movilidad de la imagen envuelta en la materia creada por el artista. La visualización del movimiento y la luz constituyeron las principales motivaciones de su obra. En 1973 el gobierno de Venezuela construyó el Museo de Arte Moderno de la Fundación Jesús Soto. Falleció en enero de 2005 en París.
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