Pedro Lira
(1845-1912), pintor chileno, crítico de arte, escritor, investigador y abogado.
Miembro fundador del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago y director de
la Academia de Bellas Artes, desarrolló un arte romántico en espíritu y
realista en la morfología.
Nació en Santiago de
Chile en 1845. Estudió humanidades en el Instituto Nacional y cursó leyes en la
universidad de su ciudad natal. Discípulo de Cicarelli y Kirchbach en la
Academia de Pintura, completó su formación en Europa. En 1873 se trasladó a
París, donde permaneció diez años y estudió con Robert Delaunay, Henri Laurens
y José Antonio González, entre otros. Por admiración a Delacroix siguió un
estilo romántico y generó una importante producción de temas históricos (Entrada
de los cruzados en Constantinopla). Asimismo recibió la influencia de
Courbet, Corot, Owerveck y la Escuela de Barbizon. En 1882 obtuvo la Mención
Honrosa en el Salón de París por su cuadro Caín.
En 1884 volvió a
Chile y comenzó el periodo más importante de su carrera. Fundó la Unión
Artística, y con el escultor José Miguel Blanco organizó varias exposiciones y
salones permanentes. En 1892 fue nombrado director de la Escuela de Bellas
Artes y hasta su muerte ejerció una importante influencia sobre sus alumnos,
quienes le consideraban su jefe espiritual. Ejerció un magisterio férreo en el
que no había lugar a las innovaciones. Su teoría del arte fue difundida en
distintos artículos, ensayos y libros; también hizo crítica de arte y alguna
traducción. Su propia ideología quedó plasmada en el Diccionario biográfico
de pintores. Fue un artista fecundo y de temática variada: histórica (Felipe
II y el gran inquisidor), social en la línea de Courbet (Los canteros),
retratos (La dama del manto), paisajes (La quinta normal) y
naturalezas muertas. En sus cuadros se conjuga el romanticismo naturalista,
purista, con el realismo, que constituyen las bases de su personal estilo. Su
carrera estuvo siempre marcada por la búsqueda de la perfección.
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