Pedro I el Grande
(1672-1725), zar de Rusia (1682-1725), cuyas campañas militares y esfuerzos de
modernización convirtieron a Rusia en un imperio con amplia presencia en los
asuntos europeos.
Nació en Moscú el 9
de junio de 1672, hijo del zar Alejo Mijáilovich. Durante su infancia, le
educaron profesores particulares; más tarde, estudió artes técnicas y
mecánicas, en particular ciencias militares y navales. Desde 1682 hasta 1689,
bajo la regencia de su hermanastra Sofía Alexéievna, compartió el trono con su
hermanastro mayor, Iván V, pero en 1689 los partidarios de Pedro derrocaron a
Sofía y le instalaron a él como único dirigente (oficialmente Iván continuó
reinando hasta su muerte).
Durante el reinado de
Pedro, Rusia se convirtió en una gran potencia europea, en parte debido a la
introducción de muchas ideas y prácticas científicas, tecnológicas, culturales
y políticas de Europa occidental. En 1696, después de crear la primer flota
rusa, Pedro arrebató a los turcos la fortaleza de Azov, que dominaba el mar de
Azov y permitió a Rusia acceder al mar Negro. Al año siguiente, en un intento
de ganar aliados entre las potencias europeas contrarias a los turcos y a los
suecos, y para familiarizarse con la tecnología occidental, acompañó a una
misión diplomática a las principales capitales de Europa occidental. Durante
sus viajes, persuadió aproximadamente a 900 artesanos, artistas, consejeros
técnicos y otros expertos para que emigraran a Rusia. Más tarde, envió a muchos
rusos jóvenes al extranjero para aprender las técnicas militares y comerciales
de la Europa Occidental.
Cuando regresó a
Moscú en 1698, decidió controlar la parte oriental del mar Báltico, y realizó
preparativos militares para atacar Suecia. Aunque la guerra del Norte
(1700-1721) al principio le resultó poco propicia, con una derrota aplastante
en Narva (1700), obtuvo una de las victorias militares más grandes de la
historia rusa, en la batalla de Poltava (en 1709). Mediante las condiciones de
la Paz de Nystad (1721), que puso fin a la guerra, Rusia logró el control de
una zona considerable del litoral báltico, más tarde llamada las Provincias
Bálticas. En 1703, durante la guerra, Pedro fundó San Petersburgo como una
‘ventana a Europa’, convirtiéndola en capital de Rusia en 1715.
Fue proclamado
emperador en 1721 y de esta manera estableció el Imperio Ruso. Introdujo reformas
internas que implicaron la modernización de Rusia de acuerdo con criterios de
la Europa occidental: la subordinación de los boyardos (nobleza rusa) y de la
Iglesia al trono, el fomento de la industria, el comercio y la educación, y la
reorganización del aparato administrativo del Estado para hacerlo más moderno y
eficiente, creando ministerios especializados. Especial trascendencia tuvo la
reforma del Ejército, que permitió a personas sin título nobiliario la
posibilidad de acceder al cuerpo de oficiales, acabando así con el monopolio
nobiliario en esos cargos. Durante el reinado de Pedro se sustituyó el alfabeto
eslavo por uno similar al latino, se introdujeron los números arábigos, se
publicó el primer periódico en ruso, se fundaron escuelas y la Academia de
Ciencias.
Rusia se convirtió
así en un Estado reglamentado siguiendo principios absolutos. Tanto sus
reformas como sus rápidas, y a veces crueles, represalias causaron un efecto
imborrable sobre la vida rusa. Murió el 8 de febrero de 1725 en San
Petersburgo.
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