Adriano VI (1459-1523),
papa (1522-1523). Adrian Florensz, su verdadero nombre, nació en Deel, una
localidad próxima a la ciudad de Utrecht (por lo que también sería conocido,
tanto en su tiempo, como por la historiografía posterior, por el nombre de
Adriano de Utrecht). Cursó estudios filosóficos y teológicos en la Universidad
de Lovaina. Ejerció la docencia en este centro, del cual llegó a ser nombrado
canciller, hasta ser elegido por el emperador Maximiliano I como tutor y
preceptor de su nieto Carlos de Gante (futuro Carlos I de España y V del Sacro
Imperio Romano).
En 1515 marchó a la
península Ibérica para hacer valer los derechos sucesorios de su pupilo ante su
otro abuelo, Fernando el Católico (entonces rey de Castilla con el nombre de
Fernando V y de Aragón como Fernando II), más proclive hacia su también nieto,
y hermano de Carlos, Fernando (que llegaría a ser emperador con el nombre de
Fernando I, en 1558). Tras la muerte de Fernando el Católico en 1516, Adriano
de Utrecht representó a Carlos ante el cardenal Cisneros (nombrado por Fernando
el Católico, en su testamento, regente y gobernador de los territorios
hispánicos hasta que llegara Carlos). Ese mismo año, convertido ya en Carlos I,
el nuevo soberano realizó determinados nombramientos (muy criticados por sus
nuevos súbditos) entre sus consejeros más allegados. Como consecuencia de lo
anterior, Adriano fue nombrado obispo de Tortosa e inquisidor general de la
Corona de Aragón y del reino de Navarra. En 1517 alcanzó el capelo cardenalicio
y, un año después, Carlos I le convirtió en inquisidor general de la Corona de
Castilla. Tras morir Maximiliano I (1519), el monarca tuvo que abandonar España
para poder ser coronado emperador, por lo que nombró regente de Castilla a
Adriano durante su ausencia. En el ejercicio de tal cargo (1520-1522) hubo de
hacer frente a la revuelta de las Comunidades.
Debido a la
obligación de permanecer en los territorios que regía, no pudo asistir al
cónclave convocado, en enero de 1522 en Roma, tras el fallecimiento del papa
León X. Pese a ello, y para su sorpresa, fue elegido papa. Durante su breve
pontificado intentó iniciar diversas reformas eclesiásticas tendentes a poner
fin a la relajación de costumbres que caracterizaron a su predecesor. Asimismo,
pretendió aplicar un cierto tono conciliatorio frente al emergente problema del
luteranismo.
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