Ángel María Garibay Kintana
(1892-1967), religioso, filólogo e historiador mexicano. Nacido en Toluca
(estado de México), inició su formación eclesiástica a los 14 años y se
especializó en el estudio de la cultura náhuatl y de la literatura griega
clásica. Tras ejercer como párroco en distintas localidades de su estado natal,
en 1941 se trasladó a la ciudad de México, en cuya basílica de Guadalupe
ejerció como canónigo. Se le considera el iniciador de las investigaciones
científicas acerca de la literatura náhuatl. Su interés por el mundo indígena
precolombino y por las culturas de la antigüedad clásica se plasmó en su
dominio de las lenguas náhuatl, otomí, latina, griega y hebrea, así como de los
idiomas modernos más destacados.
Doctor honoris causa por la
Universidad Nacional Autónoma de México (1951), fue profesor de su Facultad de
Filosofía y Letras. Además de escribir numerosas obras sobre las culturas
precolombinas del área mesoamericana (Historia de la literatura náhuatl,
de 1953 y 1954; o La literatura de los aztecas, 1964), preparó ediciones
de obras clásicas acerca del pasado de los territorios mexicanos, como las de
Bernardino de Sahagún o Diego de Landa, tradujo a distintos autores de la
antigüedad griega (Esquilo y Eurípides entre ellos) y publicó varias obras
sobre la cultura judía. Académico de la Lengua y de la Historia, así como
colaborador asiduo de diarios mexicanos, le fue concedido el Premio Nacional de
Literatura en 1966, un año antes de su fallecimiento en la ciudad de México.
Desde 1964 era el director del Diccionario Porrúa, cuyas dos primeras
ediciones estuvieron a su cargo.
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