Décimo séptimo virrey
DIEGO LÓPEZ PACHECo CABRERA Y BOBADILLA (Marqués de Villena, conde de Xiquena y duque de Escalona)
(1640-1642)
(1640-1642)
Este personaje pertenecía a una de las familias más aristocráticas de España.
Era gente de armas y de letras, educado en la Universidad de Salamanca y sirvió en los Tercios españoles en donde llegó al grado de coronel de infantería. Era joven, alegre y le gustaban las fiestas y diversiones. Recibió las órdenes para venir como virrey en enero de 1640; llegó a Veracruz a fines de junio del mismo año, pero allí se entretuvo por los festejos con que fue recibido, haciendo su entrada ceremonial en México hasta el 28 de agosto. En Veracruz se dio cuenta de la imperiosa necesidad de reforzar la Armada de Barlovento, ante la presencia constante de barcos corsarios. Intensificó la construcción de naves de guerra, fundición de cañones y hechura de municiones, aparejos y pólvora y obtuvo que buques de línea de las bases de La Habana y Cartagena pasaran a formar parte de dicha armada.
Desgraciadamente los sucesos y las intrigas perjudicaron mucho al virrey, ya que en Portugal se produjo una sublevación para separarse de España y ocurrió que el duque de Braganza encabezara dicha revuelta alzándose como rey de Portugal. Braganza era primo hermano del virrey, por lo que sobre éste inmediatamente recayeron sospechas insidiosas de que quería levantarse con la Nueva España en apoyo de los portugueses. El virrey, para hacer desaparecer la murmuración, hizo que los portugueses residentes en Nueva España se presentasen ante las autoridades para ser vigilados estrechamente, pero ni esta medida dio resultado; las intrigas y sospechas siguieron y aumentaron.
El obispo don Juan de Palafox y Mendoza, quien tenía cierta amistad con el virrey puesto que viajaron juntos de España a Veracruz, fue quien encabezó las acusaciones en calidad de visitador real. Palafox, que era titular del obispado de Puebla y residenció al virrey marqués de Cadereyta, se prestó a servir de instrumento a la Audiencia de México, a los ricos comerciantes y al populacho, para acusar insistentemente al virrey marqués de Villena de tener nexos con los rebeldes portugueses. El 9 de junio de 1642 el arzobispo Palafox hizo rodear el palacio con guardias, a la medianoche, notificándole al marqués de Villena que había cesado en el cargo, que el propio arzobispo asumía para seguridad del reino con el embuste de que tenía las órdenes en la mano, las que nunca mostró. El virrey se retiró al convento de Churubusco y de allí a San Martín Texmelucan, en donde estuvo algunos meses tratando de arreglar asuntos personales puesto que el arzobispo-virrey, arbitrariamente, hizo que le fueran confiscados sus bienes y vendidos en pública subasta.
Aprovechó la salida de una flota hacia España y embarcó en Veracruz, Se presentó en la Corte, fue recibido pr el rey quien le dio la razón en sus quejas y quizo reponerlo en el gobierno de la Nueva España, pero Villena ya no aceptó. Se le dio en parte el dinero que había perdido con la confiscación de sus bienes y fue enviado como gobernador primero a la isla de Sicilia y después al reino de Navarra, muriendo en Pamplona el 27 de febrero de 1653.
Desgraciadamente los sucesos y las intrigas perjudicaron mucho al virrey, ya que en Portugal se produjo una sublevación para separarse de España y ocurrió que el duque de Braganza encabezara dicha revuelta alzándose como rey de Portugal. Braganza era primo hermano del virrey, por lo que sobre éste inmediatamente recayeron sospechas insidiosas de que quería levantarse con la Nueva España en apoyo de los portugueses. El virrey, para hacer desaparecer la murmuración, hizo que los portugueses residentes en Nueva España se presentasen ante las autoridades para ser vigilados estrechamente, pero ni esta medida dio resultado; las intrigas y sospechas siguieron y aumentaron.
El obispo don Juan de Palafox y Mendoza, quien tenía cierta amistad con el virrey puesto que viajaron juntos de España a Veracruz, fue quien encabezó las acusaciones en calidad de visitador real. Palafox, que era titular del obispado de Puebla y residenció al virrey marqués de Cadereyta, se prestó a servir de instrumento a la Audiencia de México, a los ricos comerciantes y al populacho, para acusar insistentemente al virrey marqués de Villena de tener nexos con los rebeldes portugueses. El 9 de junio de 1642 el arzobispo Palafox hizo rodear el palacio con guardias, a la medianoche, notificándole al marqués de Villena que había cesado en el cargo, que el propio arzobispo asumía para seguridad del reino con el embuste de que tenía las órdenes en la mano, las que nunca mostró. El virrey se retiró al convento de Churubusco y de allí a San Martín Texmelucan, en donde estuvo algunos meses tratando de arreglar asuntos personales puesto que el arzobispo-virrey, arbitrariamente, hizo que le fueran confiscados sus bienes y vendidos en pública subasta.
Aprovechó la salida de una flota hacia España y embarcó en Veracruz, Se presentó en la Corte, fue recibido pr el rey quien le dio la razón en sus quejas y quizo reponerlo en el gobierno de la Nueva España, pero Villena ya no aceptó. Se le dio en parte el dinero que había perdido con la confiscación de sus bienes y fue enviado como gobernador primero a la isla de Sicilia y después al reino de Navarra, muriendo en Pamplona el 27 de febrero de 1653.
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