Biografía de George W. Bush




George W. Bush
El 20 de enero de 2001, George W. Bush tomó posesión del cargo de presidente de Estados Unidos. En su discurso de investidura incidió en el tema de la compasión y enfatizó la necesidad de cortesía de la sociedad moderna.
Cortesía de Gordon Skene Sound Collection. Todos los derechos reservados./Ron Edmonds/AP/Wide
George W. Bush (1946- ), político estadounidense, presidente de Estados Unidos (2001- ).
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TRAYECTORIA PREVIA A LA PRESIDENCIA
George Walker Bush nació el 6 de julio de 1946 en New Haven (Connecticut), hijo de George Bush, que sería presidente de Estados Unidos entre 1989 y 1993. Pasó su juventud en las ciudades texanas de Midland y Houston, obtuvo su graduación en Historia por la Universidad de Yale y, tras servir como piloto en la Guardia Nacional Aérea del estado de Texas (1968-1973), completó su formación académica en la Escuela de Negocios de Harvard (1973-1975). En 1975 comenzó en Midland su andadura en el mundo de los negocios, centrada hasta 1986 en el sector de las industrias energéticas, en especial las petrolíferas. En 1977 fracasó en su intento para ser elegido miembro de la Cámara de Representantes, razón por la que decidió abandonar la política. No obstante, en 1988 participó en la exitosa campaña presidencial de su padre. Al año siguiente formó parte del grupo de socios que adquirió la franquicia del equipo de béisbol Texas Rangers. Fue uno de los mánager generales de dicho club hasta que el 8 de noviembre de 1994 resultó elegido gobernador del estado de Texas, tras obtener el 53,5% de los votos. El 3 de noviembre de 1998 se convirtió en el primer gobernador de Texas que lograba la reelección, en esa ocasión con el 68,6% de los sufragios. Durante sus dos mandatos se incrementó de forma notable el número de ejecuciones en aplicación de la pena de muerte, lo que le granjearía severas críticas, tanto en su país como en el exterior.
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CAMPAÑA PRESIDENCIAL
El 14 de marzo de 2000 consiguió ser elegido candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, poco después de que su principal rival, John McCain, decidiera abandonar la campaña. Con un antiguo colaborador de su padre, Richard Cheney, como candidato vicepresidencial, presentó un programa electoral de centro-derecha, en el que se defendía un proyecto político de talante conservador, sólo matizado por algunos planteamientos del Partido Demócrata, como la renuncia a desmantelar la protección social. Aunque las elecciones se celebraron el 7 de noviembre de 2000, Bush no fue reconocido ganador de los comicios por su más destacado oponente, el demócrata y vicepresidente en funciones Al Gore, hasta el 13 de diciembre. Tan inusual demora en la apreciación de la victoria presidencial se debió a un polémico recuento de sufragios en el que hubieron de intervenir las más altas instancias judiciales. Un día antes, el 12 de diciembre, el Tribunal Supremo había decidido suspender el recuento manual de votos en el estado de Florida (donde, para mayor polémica, el hermano de George, Jeb, era gobernador), principal escollo restante en la aclaración del escrutinio. Pese a que Gore obtuvo un mayor número de votos que Bush (el 48,3% frente al 48,1%), este último logró 271 de los 538 compromisarios del Colegio Electoral, que le proclamó nuevo presidente el 18 de diciembre. De esa forma, George W. Bush se convirtió en el segundo hijo de presidente en acceder a la más alta dignidad política de su país (el primero fue John Quincy Adams, en 1825).
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PRESIDENCIA
El 20 de enero de 2001, tomó posesión del cargo y sucedió de forma oficial en la presidencia estadounidense al demócrata Bill Clinton.
4.1
Primer mandato presidencial
Primer gabinete de George W. Bush
El 31 de enero de 2001, el presidente estadounidense George W. Bush celebró en la Casa Blanca la primera reunión con su gabinete. En esta fotografía, que corresponde a dicho encuentro, se puede ver, de izquierda a derecha, a la secretaria de Interior, Gale Norton; al secretario de Estado, Colin Powell; al propio Bush; y al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Frente a este último, al otro lado de la mesa, se encuentra el vicepresidente Richard Cheney.

Durante su primer año de mandato, tuvo que hacer frente a una situación de especial gravedad: el 11 de septiembre de 2001 dos aviones comerciales secuestrados por terroristas colisionaron contra las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York, que poco después se derrumbaron, causando miles de muertes. De forma casi simultánea, y en una acción suicida muy similar, otra aeronave se estrellaba contra el Pentágono. Tras estos hechos, Bush adoptó como eje prioritario de su política la lucha global y continuada contra el terrorismo a escala mundial. Después de lograr del Congreso plenos poderes, inició la formación de una gran coalición internacional, y la preparación de un despliegue militar (denominado Operación Libertad Duradera), cuyo primer objetivo era que el régimen talibán de Afganistán entregara al saudí Osama bin Laden, líder de la red terrorista Al-Qaeda, refugiado en aquel país y al que Washington responsabilizó de los atentados.
El gabinete de Bush (con Cheney, y los secretarios de Estado, Colin Powell, y Defensa, Donald Rumsfeld, como principales artífices) desplegó numerosas iniciativas diplomáticas para conseguir que la coalición fuera lo más amplia posible y quedara legitimada por el conjunto de la comunidad internacional. Entre los más firmes aliados de Estados Unidos se encontraron el Reino Unido y los demás países de la OTAN (que por primera vez aplicó el artículo 5 de su tratado) y la Unión Europea; además se consiguieron adhesiones muy especiales, como la de Rusia y numerosos países musulmanes (por ejemplo Pakistán, uno de los pocos estados que reconocían al régimen talibán). El 7 de octubre de 2001, ante la negativa de Kabul a entregar a Bin Laden, fuerzas estadounidenses y británicas iniciaron el bombardeo de objetivos estratégicos en Afganistán. Esta operación, apoyada por el avance terrestre de la Alianza del Norte (el conjunto de guerrillas afganas opuestas a los rigoristas) se desarrolló de forma continuada y propició, dos meses más tarde, la caída de los talibanes.
Ataque terrorista contra Estados Unidos
El 11 de septiembre de 2001, 19 secuestradores aéreos perpetraron una serie de atentados suicidas en Estados Unidos que segaron la vida de aproximadamente 3.000 personas, en el que fue el más grave acto de terrorismo en la historia de dicho país. Esta serie de fotografías y documentos sonoros dan testimonio de los hechos acaecidos durante aquel día y de sus consecuencias.

El 13 de diciembre de 2001, cuando tenían lugar los hechos recién referidos, anunció la retirada de Estados Unidos del Tratado de Misiles Antibalísticos (o Tratado ABM; véase Conversaciones para la Limitación de Armas Estratégicas, SALT). Este hito se enmarcaba en la aplicación de una nueva política de defensa nacional frente a ataques exteriores, cuyo pilar básico era el progresivo desarrollo de un escudo antimisiles. Con anterioridad, y también en el ámbito de la política internacional, la Administración de Bush había mantenido la oposición de Estados Unidos a la constitución del Tribunal Penal Internacional de Naciones Unidas y a la ratificación del Protocolo de Kioto.
En las elecciones legislativas celebradas el 5 de noviembre de 2002 para renovar parte del Senado y toda la Cámara de Representantes, los republicanos incrementaron su mayoría en esta última y pasaron a controlar la cámara alta. En opinión de muchos analistas, estos resultados demostraban el fuerte respaldo de los ciudadanos a su gestión. En el transcurso de ese mismo mes, Bush promovió la constitución del denominado Departamento de Seguridad Interior (que, con Tom Ridge como secretario, estaría integrado por más de 20 agencias federales y comenzaría a funcionar de manera plena a partir de 2004) y de una comisión encargada de investigar los atentados del 11 de septiembre del año anterior (para presidirla eligió al ex secretario de Estado Henry Kissinger, aunque éste renunció días después). Asimismo, en diciembre de ese mismo año, Bush decidió centrar su atención en la política económica; las medidas tomadas en este sentido durante sus dos primeros años de gestión habían tenido como eje básico la reducción fiscal, siendo sus principales problemas el incremento del déficit presupuestario y comercial, y el aumento del desempleo. Ante ello, renovó su equipo de gobierno en esta materia (nombrando secretario del Tesoro a John Snow para sustituir a Paul O’Neill) y, en enero de 2003, anunció un programa destinado a reactivar la economía y fomentar la creación de puestos de trabajo.
Tras la intervención en Afganistán, Bush centró su atención en Irak. En 1991, una fuerza multinacional bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya había derrotado a dicho país en la guerra del Golfo Pérsico, pero el presidente iraquí, Saddam Husayn, permaneció en el poder. Finalizado aquel conflicto, la ONU, a través de su resolución 687, conminó a Irak a que destruyera sus armas de destrucción en masa y misiles de largo alcance, y envió un equipo de inspectores (Comisión Especial de Naciones Unidas, Unscom) para que controlara tal proceso de desarme. En 1998, Irak decidió no seguir cooperando con los inspectores y cesaron las actividades de vigilancia, inspección y verificación. En 2002, Bush consideró al régimen iraquí una grave amenaza para la seguridad global y solicitó pruebas que demostraran que había destruido las armas que le fueron prohibidas 11 años antes (la Administración de Bush temía que, de no haber sido así, aquéllas podían terminar en posesión de grupos terroristas). En octubre de 2002, el Congreso estadounidense aprobó una resolución que autorizaba a su gobierno a utilizar la fuerza para hacer cumplir las resoluciones de la ONU relativas a Irak. Durante el mes siguiente, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó su resolución 1.441, que disponía el regreso a Irak de su equipo de inspectores (desde 1999, Comisión de las Naciones Unidas de Vigilancia, Verificación e Inspección, Unmovic), y que incluía la advertencia a este Estado de que la no-verificación de su desarme implicaría “graves consecuencias”. Irak aceptó su cumplimiento y durante ese mismo mes los inspectores reanudaron sus trabajos. Pese a ello, Bush argumentó que Irak no estaba cooperando de modo satisfactorio y que ocultaba armas prohibidas. Con el apoyo de otros países (especialmente Reino Unido), solicitó a la ONU la autorización para emprender una acción de fuerza. Sin embargo, algunos estados (como Francia, Alemania, Rusia y China) fueron firmes partidarios de dar más tiempo al equipo de inspectores y de agotar la vía diplomática. Ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo en el marco del Consejo de Seguridad, Bush decidió renunciar a la aprobación de la ONU para una acción bélica y efectuarla junto a otros países dispuestos a tal propósito. Finalmente, en marzo de 2003, una coalición dirigida por Estados Unidos comenzó la ofensiva aérea y terrestre contra Irak. A mediados del mes siguiente, estas fuerzas habían tomado Bagdad y las principales ciudades iraquíes, y el régimen de Husayn había caído. Un general estadounidense retirado, Jay Garner, fue designado para dirigir la Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria, organismo encargado de restaurar las infraestructuras destruidas y de promover la formación de un gobierno iraquí provisional. En mayo, un diplomático, Paul Bremer, sustituyó a Garner como administrador civil del país. En diciembre, fuerzas estadounidenses capturaron a Husayn, quien había permanecido oculto en territorio iraquí desde su derrocamiento. No aparecieron, en cambio, las armas de destrucción masiva que se atribuían a Irak, lo que sirvió a los sectores de la comunidad internacional que habían condenado la intervención militar para reiterar sus críticas a la Administración de Bush.
4.2
Reelección
En los comicios presidenciales que tuvieron lugar el 2 de noviembre de 2004, Bush, nuevamente candidato del Partido Republicano, logró vencer en 31 estados y se aseguró los votos favorables de 286 compromisarios del Colegio Electoral, lo que garantizaba su reelección. Fue respaldado por el 51% de los sufragios y se convirtió en el postulante presidencial con mayor número de votos populares en toda la historia de Estados Unidos. Su principal rival, el demócrata John Kerry, ganó en 19 estados y en el Distrito de Columbia (que le reportarían 252 votos electorales). Los resultados de las elecciones legislativas desarrolladas ese mismo día, para la renovación total de la Cámara de Representantes y parcial del Senado, fueron igualmente satisfactorios para los intereses republicanos, ya que Bush iniciaría su segundo mandato contando con mayoría absoluta de su partido en ambas cámaras.
4.3
Segundo mandato presidencial
Nueva Orleans tras el huracán Katrina
La ciudad de Nueva Orleans, en Luisiana, quedó prácticamente inundada tras el paso del huracán Katrina en agosto de 2005. Como consecuencia de ello y de los efectos derivados, su población tuvo que ser evacuada. Este desastre natural, considerado uno de los más graves de la historia de Estados Unidos, marcó el inicio del segundo mandato de George W. Bush, cuya administración recibió numerosas críticas por su actuación ante la catástrofe.

El 20 de enero de 2005, juró por segunda vez el cargo de presidente de Estados Unidos. Entre los principales miembros del gabinete con que afrontaría su nuevo mandato destacaban los nombres Cheney (quien seguiría siendo su vicepresidente), Rumsfeld (el cual se mantendría como secretario de Defensa), Snow (que continuaría al frente del Tesoro), Condoleezza Rice (nueva secretaria de Estado, relevando a Powell), Michael Chertoff (secretario de Seguridad Nacional), así como los hispanos Alberto Gonzales (titular de Justicia, como attorney general) y Carlos Gutiérrez (secretario de Comercio).
Pese a su triunfo electoral, la popularidad de Bush se vio erosionada progresivamente, acumulándose en su debe político actuaciones que merecieron severas críticas tanto en el ámbito doméstico como en el de la comunidad internacional. Entre tales casos pueden citarse el de la cárcel de Guantánamo para detenidos por su presunta vinculación a Al-Qaeda (cuyas “comisiones militares”, que actuaban como tribunales extraordinarios, fueron incluso condenadas por el Tribunal Supremo estadounidense); la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak; las torturas sufridas por presos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib (hecho que salió a la luz pública en abril de 2004); o la propia intervención en Irak, cuyo mantenimiento estaba suponiendo un altísimo coste humano y económico. A partir de agosto de 2005, este desgaste político se incrementó notablemente con motivo de una de las mayores catástrofes naturales de la historia de Estados Unidos; a finales de ese mes, el huracán Katrina dejó a su paso un luctuoso rastro de muerte y devastación que afectó principalmente a los estados de Mississippi, Luisiana y Alabama. La Administración de Bush sufrió numerosas acusaciones por la presunta pasividad y falta de reacción mostrada ante la tragedia, que se habría traducido en la escasa y tardía ayuda prestada a los afectados.
Como consecuencia de lo referido anteriormente, tras las elecciones legislativas del 7 de noviembre de 2006, los demócratas pasaron a controlar la Cámara de Representantes y el Senado. Dos días después, Bush nombró secretario de Defensa a Robert M. Gates para sustituir al dimisionario Rumsfeld.


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