A la muerte de los Reyes Católicos, la sucesora al trono de todas las tierras y reinos de España fue su hija Doña Juana I de Castilla, apodada "la loca", quien a su vez se casó con un descendiente directo de los Habsburgo, el rey Felipe “El Hermoso”. El hijo de ambos instauraría la Casa de Austria en España reinando con el nombre de Carlos I de España (V de Alemania).
Carlos I pasó toda su infancia, adolescencia y primeros años de su vida adulta en Flandes, su país natal. Posteriormente viajó a España, siendo aún muy joven, para ser proclamado rey, a pesar de no conocer el país ni, prácticamente, el idioma.
Carlos I pasó toda su infancia, adolescencia y primeros años de su vida adulta en Flandes, su país natal. Posteriormente viajó a España, siendo aún muy joven, para ser proclamado rey, a pesar de no conocer el país ni, prácticamente, el idioma.
Con el reinado de Carlos I y, posteriormente, de su hijo Felipe II, España conoció uno de los periodos más florecientes de su historia, llegando a ser el centro de un gran imperio que se extendía por todo el mundo.
La unidad y primacía de este imperio dependía, casi exclusivamente, de los éxitos militares. El fracaso de la armada invencible en el intento de invadir Inglaterra diezmó a la mitad de los efectivos de esta gran flota. A pesar de la herencia recibida por Felipe III, la política llevada a cabo por este soberano y por su descendiente Felipe IV provocaron el paulatino desmembramiento del imperio español.
La unidad y primacía de este imperio dependía, casi exclusivamente, de los éxitos militares. El fracaso de la armada invencible en el intento de invadir Inglaterra diezmó a la mitad de los efectivos de esta gran flota. A pesar de la herencia recibida por Felipe III, la política llevada a cabo por este soberano y por su descendiente Felipe IV provocaron el paulatino desmembramiento del imperio español.
La decadencia de los Austrias tuvo su trágico colofón con el reinado de Carlos II, apodado “El Hechizado”, cuya muerte sin descendencia originó la guerra de sucesión y la llegada de los Borbones al trono de España.
Esta lámina muestra el árbol genealógico completo de la casa de Habsburgo, o casa de Austria, que comienza con la unión en 1496 de Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, con Felipe I de Habsburgo, nieto del emperador Maximiliano I; y que finaliza con la muerte sin descendencia de Carlos II.
En ella aparecen, por primera vez en un trabajo de estas características, las imágenes de todos los reyes pertenecientes a esta dinastía, así como sus cónyuges, y se completa con otras imágenes significativas de este periodo histórico.
Los Habsburgo o Casa de Austria, gobernaron Austria desde 1278 hasta 1918. En sus comienzos, su poder se limitaba al norte de Suiza donde fue emplazado en el siglo XI el castillo de Habichtsburg, que le otorgó el nombre a la dinastía, y a Alsacia.
Esta lámina muestra el árbol genealógico completo de la casa de Habsburgo, o casa de Austria, que comienza con la unión en 1496 de Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, con Felipe I de Habsburgo, nieto del emperador Maximiliano I; y que finaliza con la muerte sin descendencia de Carlos II.
En ella aparecen, por primera vez en un trabajo de estas características, las imágenes de todos los reyes pertenecientes a esta dinastía, así como sus cónyuges, y se completa con otras imágenes significativas de este periodo histórico.
Los Habsburgo o Casa de Austria, gobernaron Austria desde 1278 hasta 1918. En sus comienzos, su poder se limitaba al norte de Suiza donde fue emplazado en el siglo XI el castillo de Habichtsburg, que le otorgó el nombre a la dinastía, y a Alsacia.
Incorporaron varios territorios a su dominio, en muchos casos por alianzas matrimoniales. Entre los años 1478 y 1506, reinó Felipe I, el Hermoso, quien contrajo matrimonio con Juana I la Loca, heredera de los Reyes Católicos, convirtiéndose por esta unión en rey de Castilla.
Su hijo, Carlos I, reinó en España, coronado en 1518, a la muerte de su abuelo, Fernando II de Aragón de quien heredó ese reino y el de Castilla, y luego fue electo emperador del sacro Imperio romano germánico en 1519, como Carlos V. Era nieto por vía paterna de Maximiliano I de Austria y de María de Borgoña, de quienes recibió el territorio austríaco y los Países Bajos, y por vía materna, era nieto de los Reyes católicos, de quienes heredó el Reino de Castilla, Nápoles, Sicilia, las Indias, Aragón y Canarias.
Organizó el país en diecisiete provincias, estableciendo la capital federal en Bruselas. Fue un gobierno de tinte popular, ya que respetó la autonomía de las ciudades. Sin embargo, se mantuvo duro en materia religiosa, ejerciendo la Inquisición y persiguiendo a los protestantes.
Abdicó en el año 1556, otorgando sus dominios en Austria, a su hermano Fernando y los de España, a su hijo, Felipe, quien asumió como Felipe II, cuya madre era Isabel de Portugal, gobernando desde 1556 a 1598. En 1581, se proclamó rey de Portugal, donde asumió como Felipe I. Contrajo enlace en cuatro oportunidades: con María Manuela de Portugal, María Tudor, Isabel de Valois y Ana de Austria.
Le fueron adjudicados además de Castilla y Aragón, las posesiones de Italia, los Países Bajos y el Franco Condado, ejerciendo una política de lucha contra la reforma protestante, para lo cual firmó un concordato con el Papa.
Su gobierno debió afrontar rebeliones en los Países Bajos, encabezadas por el príncipe Guillermo de Orange, el conde Egmont y el conde Hoorn, que fueron reprimidas por un poderoso ejército, a cuyo mando colocó al duque de Alba. Egmont y Hoorn fueron ejecutados y Guillermo de Orange huyó hacia Alemania, con el objetivo de rearmarse.
Guillermo logró ser electo estatúder o gobernador de Holanda, como Guillermo I, sumándose Zelanda al grupo rebelde.
El duque de Alba inició una feroz represión, por orden de Felipe II pero los holandeses abrieron los diques lo que obligó a huir a las tropas españolas. Las siete provincias septentrionales bajo el liderazgo de Guillermo de Orange proclamaron la república de Holanda.
El duque de Alba inició una feroz represión, por orden de Felipe II pero los holandeses abrieron los diques lo que obligó a huir a las tropas españolas. Las siete provincias septentrionales bajo el liderazgo de Guillermo de Orange proclamaron la república de Holanda.
Su sucesor, Felipe III, inició la serie conocida como los “Austrias menores”, época en que comienza un período de decadencia, donde se valieron de personas de su confianza llamadas validos para gobernar. El duque de Lerma se destacó en este período, sustituyendo en la práctica la función real.
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