MANUEL ANTONIO FLORES
(Caballero de la Orden Militar de Calatrava)
(1787-1789)
Originario de Sevilla, hizo su carrera sirviendo en la marina de Su Majestad. Tuvo el mando de varias embarcaciones de guerra, para combatir a los piratas tanto en el Mediterráneo como en las posesiones españolas de América.
Se distinguió por su valor y conocimientos, fue comandante del Departamento Naval de El Ferrol y el 3 de diciembre de 1775 se le nombró virrey de la Nueva Granada, hoy Colombia, cargo que desempeñó con eficiencia durante 11 años.
En 1787 fue nombrado virrey de la Nueva España así como presidente de la Audiencia de México, puestos de los que tomó posesión el 17 de agosto del mismo año. Marinero organizador, puso sobre las armas a tres nuevos batallones de voluntarios: el de México, el de Puebla y el de Nueva España. No aceptó compartir su autoridad con un señor llamado Francisco Mangino, quien traía nombramiento de superintendente del Virreinato. Envió regularmente el dinero que la Corona dispuso se entregara en Nueva York al encargado de negocios.
Intervino en las disputas ocasionadas por las misiones de California y el gobernador militar de aquel territorio; hizo que los jóvenes de las familias de más arraigo cubrieran los puestos de oficiales en las tropas coloniales y logró que el gobierno español enviase 11 mineros alemanes, contratados en Dresde, para que como profesores prácticos facultativos implantaran los más recientes adelantos técnicos metalúrgicos. Asimismo contribuyó a que los vaciados destinados a la Academia de San Carlos llegaran de España con prontitud y en buen estado. El director del Real Colegio de Minas, don Fausto Elhuyar, se encargó de que se le diera buen trato a los mineros alemanes y se aprovechase su trabajo.
Muy ocupado el virrey en sus labores recibió la noticia de la muerte del rey Carlos III, ocurrida el 14 de diciembre de 1788, después de un largo reinado. En las suntuosas exequias en honor del monarca se gastaron en México fuertes cantidades de dinero. Al virrey mucho le afectó la muerte de Carlos III, quien fue su protector. La Audiencia informó a la Corona sobre la mala salud del gobernante novohispano, por lo que se ordenó fuera relevado dignamente, sin ser sometido al juicio de residencia y otorgándole seis meses de sueldo para que regresara a España el 16 de octubre de 1789. Fue premiado con la Cruz de la orden de Carlos III y con el nombramiento de capitán general de la Marina, más bien como cargo honorífico. Murió en Madrid el 20 de marzo de 1799.
En 1787 fue nombrado virrey de la Nueva España así como presidente de la Audiencia de México, puestos de los que tomó posesión el 17 de agosto del mismo año. Marinero organizador, puso sobre las armas a tres nuevos batallones de voluntarios: el de México, el de Puebla y el de Nueva España. No aceptó compartir su autoridad con un señor llamado Francisco Mangino, quien traía nombramiento de superintendente del Virreinato. Envió regularmente el dinero que la Corona dispuso se entregara en Nueva York al encargado de negocios.
Intervino en las disputas ocasionadas por las misiones de California y el gobernador militar de aquel territorio; hizo que los jóvenes de las familias de más arraigo cubrieran los puestos de oficiales en las tropas coloniales y logró que el gobierno español enviase 11 mineros alemanes, contratados en Dresde, para que como profesores prácticos facultativos implantaran los más recientes adelantos técnicos metalúrgicos. Asimismo contribuyó a que los vaciados destinados a la Academia de San Carlos llegaran de España con prontitud y en buen estado. El director del Real Colegio de Minas, don Fausto Elhuyar, se encargó de que se le diera buen trato a los mineros alemanes y se aprovechase su trabajo.
Muy ocupado el virrey en sus labores recibió la noticia de la muerte del rey Carlos III, ocurrida el 14 de diciembre de 1788, después de un largo reinado. En las suntuosas exequias en honor del monarca se gastaron en México fuertes cantidades de dinero. Al virrey mucho le afectó la muerte de Carlos III, quien fue su protector. La Audiencia informó a la Corona sobre la mala salud del gobernante novohispano, por lo que se ordenó fuera relevado dignamente, sin ser sometido al juicio de residencia y otorgándole seis meses de sueldo para que regresara a España el 16 de octubre de 1789. Fue premiado con la Cruz de la orden de Carlos III y con el nombramiento de capitán general de la Marina, más bien como cargo honorífico. Murió en Madrid el 20 de marzo de 1799.
No hay comentarios:
Publicar un comentario