Las Invasiones Inglesas:




Los orígenes. Durante el siglo XVIII sucesivos gobiernos ingleses estudiaron varios proyectos de diverso origen destinados a lograr la irrupción comercial en Hispanoamérica.
Estos proyectos contemplaron múltiples posibilidades, desde la simple conquista militar hasta la idea de fomentar insurrecciones locales que dieran origen a estados independientes, vinculados con la política inglesa.
En la segunda mitad del siglo XVIII los británicos se instalaron en las islas Malvinas, que luego debieron abandonar. En 1762, naves inglesas actuaron junto a los portugueses en las luchas por la Colonia del Sacramento.
Numerosos americanos partidarios de la independencia, vieron en el posible apoyo anglosajón, obtenido a cambio de la promesa de futuras ventajas comerciales, un medio para separarse de España. Estas concesiones económicas lejos de perjudicar, favorecían a la reciente burguesía criolla.
Así es como el venezolano Francisco de Miranda presentó sucesivos proyectos en 1790, 1798 1801 y 1804 al gabinete londinense para concretar esas ideas. Un audaz marino inglés, el comodoro Home Popham, estuvo íntimamente. vinculado con esas tentativas.
Ante esos hechos el gobierno británico tuvo motivos, para suponer que su acción en Hispanoamérica no sería mal recibida por algunos criollos. La posterior relación entre Inglaterra y las repúblicas americanas, después de la emancipación de éstas, prueba que los intereses de aquella nación y de los grupos mercantiles americanos eran comunes.
Hasta 1804 los británicos se abstuvieron de una acción concreta para no empeorar sus ya. tensas relaciones con España. El estallido de la guerra entre ambas naciones en 1 804, a raíz de la captura por parte de Inglaterra de naves españolas cargadas de oro destinado a brindar secretamente subsidios a Napoleón quit6 las barreras políticas que hasta entonces habían detenido los proyectos.
Sin embargo, la situación europea presentaba otra variante. Rusia esperaba atraer a España contra Napoleón y una acción hostil de Inglaterra estropearía esos planes.
La posición de Holanda como aliada de Napoleón dio excusa al gabinete dirigido por Willíam Pitt para ordenar la captura de la colonia de El Cabo, en Sudáfrica, punto de gran valor estratégico por cuanto controlaba la ruta a la India, a la vez que servía de base para futuras operaciones en el Atlántico Sur. Una escuadra al mando de¡ comodoro Home Pepham condujo al mayor general David Baird a aquellas aguas. Tras recalar en la costa del Brasil, la expedición ocupó la colonia holandesa el 18 de enero de 1806. Popham, que sabía favorable a los proyectos sobre América, creyó ver una oportunidad de realizarlos al enterarse del éxito de Nelson en Trafalgar, que eliminaba toda posibilidad de incursiones francesas sobre Af rica o la India, dejando así fuerzas disponibles y los mares libres para el pabellón inglés, al tiempo que se volvía estéril todo intento de atraer a España a una alianza.
A su modo de ver, los motivos que habían impedido la concreción de la empresa americana habían desaparecido.
Las versiones que recibió sobre disposiciones favorables de algunos criollos hacia Su Majestad Británica y sobre el malestar de la población contra la Corona española, decidieron al osado marino.
Logró convencer a Baird y éste le facilitó algunas tropas al mando del brigadier general William Carr Beresford.
En Londres, en tanto, Pitt había fallecido (23 de enero de 1806) y el nuevo gobierno integrado por miembros del partido Whig, bajo la dirección de lord Grenville, desconocía los proyectos de Pitt, que era miembro del partido tory.

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