Alfredo
Arias (1944), hombre de teatro argentino. Nació en Buenos Aires y realizó
estudios teatrales en la Alianza Francesa de su ciudad natal. Montó su primer
espectáculo, Drácula, en 1966. A los veinticuatro años fundó en Buenos
Aires el TSE, compañía con la que desembarcó en París en 1970. En sus
creaciones se entremezclan géneros y registros, y se explotan a un mismo tiempo
la fantasía, la magia, el sueño y el humor.
En 1970
Arias montó Eva Perón, una pieza teatral del escritor y humorista de
origen argentino Copi, que se convirtió en uno de sus autores predilectos.
También llevará a la escena espectáculos escritos por él mismo, como Lujo
(1973), Veinticuatro horas (1975), Notas (1976), o en
colaboración con otros autores, como Trío (1982) Sortilegios
(1983) o Fuegos (1987). Artista ecléctico e inventivo, ha cultivado
tanto el teatro como por el music-hall, la opereta y la ópera, género al que
aplicará una inteligente labor de desacralización y popularización: The
Rake’s Progress, de Ígor Stravinski (1992), El sueño de una noche de
verano (1995), de Benjamin Britten, Les mamelles de Tirésias, de
Francis Poulenc, Los cuentos de Hoffmann, de Jacques Offenbach y, más
recientemente, El barbero de Sevilla (1999), de Gioacchino Antonio
Rossini.
Una de
las obras con la más que se dio a conocer entre el público fue la comedia
musical Males de amor de una gata francesa (1977), inspirada en una
novela corta de Honoré de Balzac. Con Mortadela recibió el Premio
Molière en 1993. En 1996 estrenó la parodia musical Fausto argentino, y
en 1998 El frigorífico y La mujer sentada, ambas de Copi. En 2001
llevó a los escenarios un montaje de Las criadas, de Jean Genet, donde
él mismo interpretaba el papel de señora.
Entre
1985 y 1991 fue director del Centro Dramático de Aubervilliers. En 1997 publicó
sus Memoires imaginaires.
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