Saddam Hussein




Hussein, Saddam Político iraquí (Tikrit, 1937 - ). Estudió en las universidades de El Cairo y Bagdad. En 1957 se unió al Partido Baas, de inspiración socialista y panarabista. En 1959 participó en un atentado frustrado contra el dictador Kassem, por el que fue condenado a muerte y hubo de refugiarse en Siria; luego continuó su exilio en Egipto, ejerciendo un cierto liderazgo sobre el Partido Baas de aquel país. Regresó a Irak en 1963, al tomar el poder los baasistas; pero el golpe de Estado del general Aref le llevó a la cárcel al año siguiente. En la clandestinidad se convirtió en líder principal del Baas iraquí (secretario general en 1966), con el que organizó el golpe de 1968 que le llevó al poder. Inicialmente ejerció como vicepresidente del Consejo de la Revolución, pero su poder se fue fortaleciendo hasta convertirse en presidente de la República y del Gobierno en 1979. Enmendó la Constitución de 1970 con una Carta Nacional de 1980 y una nueva Constitución en 1990; pero, bajo estos textos formales, ha mantenido de hecho una dictadura de partido único con un poder autoritario personal, cuya principal víctima ha sido la minoría kurda. La economía iraquí, extremadamente dependiente de las exportaciones de petróleo, empeoraba continuamente agravando el problema de la deuda exterior; cuando Saddam Hussein lanzó al país a una guerra de resultado incierto contra el Irán de Jomeini (1980-88), los problemas económicos se agudizaron. La oposición de Kuwait en el seno de la OPEP a admitir la elevación de los precios del petróleo que habría permitido a Irak aliviar su situación, llevó a Saddam a la «huida hacia delante» de invadir y anexionar Kuwait, cumpliendo una vieja reivindicación iraquí (desde 1961) so pretexto de un conflicto por unos pozos petrolíferos fronterizos (1990). Insensible a todas las presiones internacionales, hubo de hacer frente en 1991 a la Guerra del Golfo, campaña conjunta de Estados Unidos y de sus aliados en Europa y en el mundo árabe, que aniquilaron las defensas iraquíes y obligaron a Saddam a aceptar las condiciones de paz impuestas por la ONU. Devuelta la independencia a Kuwait, Irak se encontró aislado y con sus problemas económicos agravados por un embargo comercial, al tiempo que su soberanía quedaba mermada por la protección internacional a las minorías kurda y chiíta del norte y del sur del país. No obstante, Saddam ha conseguido perpetuarse en el poder, explotando los restos de su carisma como héroe del nacionalismo árabe.







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