José Doroteo Arango Arámbula (mejor conocido por sus seudónimos Francisco Villa o el hipocorístico de éste, Pancho Villa) fue uno de los jefes de la revolución mexicana, cuya actuación militar fue decisiva para la derrota del régimen del entonces presidente Victoriano Huerta.
Originario del estado de Durango (se desconoce si era de Río Grande o de San Juan del Rio ), nació el 5 de junio de 1876 ó de 1878 y murió asesinado en una emboscada en Hidalgo del Parral (Chihuahua) el 20 de julio de 1923. Durante la revolución fue conocido como "El Centauro del Norte".
Si bien Pancho Villa, hijo de Agustín Arango y Micaela Arámbula, fue uno de los principales líderes y generales de la revolución mexicana entre 1911 y 1920,[3] destacado principalmente en el estado de Chihuahua, en el norte de México, donde su principal ideal consistía en frenar el abuso que ejercían los hacendados sobre los campesinos y peones, no ha podido determinarse verdaderamente cual fue su origen.
Entre las versiones acerca del origen de Pancho Villa se encuentran:
* Éste se encontraba fugitivo de la ley por un hecho que aconteció en 1894, cuando el propietario de una hacienda violó a su hermana mayor. En represalia, este tomó un revólver y disparó contra el terrateniente, fugándose a las montañas, donde pasó la mayor parte de su tiempo hasta 1910, sobreviviendo primero sólo, para luego ser rescatado por una pandilla de bandidos encabezada por un hombre llamado Francisco Villa, quien lo recogió y lo alimentó. Al no tener adonde ir, Arango empezó a operar con esta pandilla asaltando pueblos y delinquiendo en otras áreas. Por su lealtad se ganó la confianza del jefe de la banda. En una ocasión Francisco Villa (jefe de la banda) sufrió una herida de bala, por lo que, agonizando, nombró a Arango como jefe de la pandilla de bandidos. Fue entonces cuando Arango cambió su nombre a «Francisco Villa», a petición de la banda que ahora él encabezaría. Continuaron realizando actos de vandalismo, regresando a la hacienda donde Arango había matado a Agustín López Negrete, donde el cuñado del fallecido lo buscaba para matarlo. Doroteo Arango (ahora bajo el nombre de Francisco Villa) acabó con la vida de su rival y los hombres de éste, empezando a seguir una causa en defensa de la clase obrera que era fuertemente explotada, al punto de comparación con la esclavitud.
* Otra cuenta que su verdadero padre en realidad fue Luis Germán Gurrola,[8] pues su madre había sido su sirvienta y al no reconocer aquél a su hijo, fue bautizado por Agustín Arango, quien era hijo natural de don Jesús Villa, abuelo paterno del muchacho, siendo de él de quien adoptó su apellido, llamándose Francisco Villa..
* Y por último existe otra versión que cuenta que una mujer de apellido Arango tuvo amoríos con Jesús Villa, que había pasado de residir en San Gabriel, Jalisco, a San Juan del Río en el estado de Durango, y que de ellos nació Agustín Arango. Aunque éste se debió haber llamado Agustín Villa Arango, se desconocen las causas de por qué Jesús Villa no dio nombre a su hijo y de por qué éste recibió el apellido de su madre. Agustín Arango contrajo matrimonio con Micaela Arámbula y de ellos nace Doroteo Arango. Finalmente, Doroteo Arango retoma el que su padre le contaba era su apellido legítimo para así hacerse llamar Francisco Villa como medida para ocultar su identidad.
A partir de entonces inició una vida de bandidaje. Una vez que se unió al grupo de bandoleros dirigido por Ignacio Parra, operó con ellos hasta que José Solís, miembro de la banda, asesinó a un anciano; entonces Villa se desligó del grupo y trabajó en la mina de «El Verde» y como albañil en la ciudad de Chihuahua. La policía reanudó su persecución, por lo que Villa volvió a la sierra y a su negocio de robar y vender ganado.
En 1910 se unió al movimiento maderista, primero a través de su compadre Eleuterio Soto, y después mediante Abraham González, con quién tenía ligas comerciales. En ese entonces Pancho Villa era todavía un guerrillero, sin embargo, al conocer a Abraham González, representante político de Francisco I. Madero en Chihuahua, recibió de éste la educación básica que le hizo abrir los ojos al mundo político y cambiar su visión sobre su propia vida y su relación con los que estaban en el poder (en este caso, en Chihuahua, la familia Creel Terrazas). El 17 de noviembre de 1910 atacó la Hacienda de Cavaría; desde ese mismo día se dedicó a reclutar gente para sus tropas.
En la lucha armada maderista se distinguió por su audacia y organización. La revolución maderista comenzó a revelar el ingenio militar de Pancho Villa, en el Tecolote, engañó a las fuerzas del general Navarro poniendo sombreros sobre estacas para simular un contingente mayor, obligando al general Navarro a la retirada.
Sobresalió como Jefe de las Batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, Las Escobas y Estación Bauche, contra el general federal Manuel García Pueblita. Además, participó en el mayor triunfo al lado de Pascual Orozco: la batalla de Ciudad Juárez contra el general Juan N. Navarro, a quién intentó fusilar incluso en contra de Francisco I. Madero. Después de tomar Torreón por unos momentos, Villa se hace de los primeros trenes de sus fuerzas, que después servirían para transportar grandes contingentes de la División del Norte.
Después de intentar tomar Chihuahua y no poder hacerlo, logra su primer victoria: la toma de Ciudad Juárez.
La noche del 15 de noviembre de 1913, mientras los soldados y oficiales federales dormían en los cuarteles o descansaban en las casas de juego, una señal diminuta anunciaba el asalto, inmediatamente las tropas villistas tomaban el cuartel, la jefatura de armas, los puentes internacionales, el hipódromo y las casas de juego. Por lo acontecido se reunió con Madero en la Hacienda de Bustillos donde recibió el grado de Coronel. Después de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez abandonó las armas, entregó el mando de sus tropas a Raúl Madero y radicó en Chihuahua, dedicándose al comercio de ganado.
En 1912 dio muestras de su lealtad a Francisco I. Madero al rechazar la invitación de Pascual Orozco para rebelarse. Más aún, retomó las armas para defender al gobierno maderista. Combatió en Chihuahua y Durango, y en Torreón se incorporó a las filas de la División del Norte Federal, que comandaba Victoriano Huerta. A su lado participó en las Batallas de Tlahualilo, Conejos y Rellano. Por su actuación militar fue ascendido a general brigadier honorario, después de que se adhirió al Plan de Guadalupe, formando parte de su ejercito cabecillas como Tomás Urbina, Rosalío Hernández, Toribio Ortega Ramírez, Manuel Chao. Victoriano Huerta, receloso de su brillantez a pesar de no ser militar de carrera y molesto por su independencia, con el pretexto del robo de una yegua, lo procesó por insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le salvó la vida mediante la intervención de su hermano Raúl y de Guillermo Rubio Navarrete. Como alternativa, fue enviado a la Ciudad de México y encarcelado en Santiago Tlatelolco.
Originario del estado de Durango (se desconoce si era de Río Grande o de San Juan del Rio ), nació el 5 de junio de 1876 ó de 1878 y murió asesinado en una emboscada en Hidalgo del Parral (Chihuahua) el 20 de julio de 1923. Durante la revolución fue conocido como "El Centauro del Norte".
Si bien Pancho Villa, hijo de Agustín Arango y Micaela Arámbula, fue uno de los principales líderes y generales de la revolución mexicana entre 1911 y 1920,[3] destacado principalmente en el estado de Chihuahua, en el norte de México, donde su principal ideal consistía en frenar el abuso que ejercían los hacendados sobre los campesinos y peones, no ha podido determinarse verdaderamente cual fue su origen.
Entre las versiones acerca del origen de Pancho Villa se encuentran:
* Éste se encontraba fugitivo de la ley por un hecho que aconteció en 1894, cuando el propietario de una hacienda violó a su hermana mayor. En represalia, este tomó un revólver y disparó contra el terrateniente, fugándose a las montañas, donde pasó la mayor parte de su tiempo hasta 1910, sobreviviendo primero sólo, para luego ser rescatado por una pandilla de bandidos encabezada por un hombre llamado Francisco Villa, quien lo recogió y lo alimentó. Al no tener adonde ir, Arango empezó a operar con esta pandilla asaltando pueblos y delinquiendo en otras áreas. Por su lealtad se ganó la confianza del jefe de la banda. En una ocasión Francisco Villa (jefe de la banda) sufrió una herida de bala, por lo que, agonizando, nombró a Arango como jefe de la pandilla de bandidos. Fue entonces cuando Arango cambió su nombre a «Francisco Villa», a petición de la banda que ahora él encabezaría. Continuaron realizando actos de vandalismo, regresando a la hacienda donde Arango había matado a Agustín López Negrete, donde el cuñado del fallecido lo buscaba para matarlo. Doroteo Arango (ahora bajo el nombre de Francisco Villa) acabó con la vida de su rival y los hombres de éste, empezando a seguir una causa en defensa de la clase obrera que era fuertemente explotada, al punto de comparación con la esclavitud.
* Otra cuenta que su verdadero padre en realidad fue Luis Germán Gurrola,[8] pues su madre había sido su sirvienta y al no reconocer aquél a su hijo, fue bautizado por Agustín Arango, quien era hijo natural de don Jesús Villa, abuelo paterno del muchacho, siendo de él de quien adoptó su apellido, llamándose Francisco Villa..
* Y por último existe otra versión que cuenta que una mujer de apellido Arango tuvo amoríos con Jesús Villa, que había pasado de residir en San Gabriel, Jalisco, a San Juan del Río en el estado de Durango, y que de ellos nació Agustín Arango. Aunque éste se debió haber llamado Agustín Villa Arango, se desconocen las causas de por qué Jesús Villa no dio nombre a su hijo y de por qué éste recibió el apellido de su madre. Agustín Arango contrajo matrimonio con Micaela Arámbula y de ellos nace Doroteo Arango. Finalmente, Doroteo Arango retoma el que su padre le contaba era su apellido legítimo para así hacerse llamar Francisco Villa como medida para ocultar su identidad.
A partir de entonces inició una vida de bandidaje. Una vez que se unió al grupo de bandoleros dirigido por Ignacio Parra, operó con ellos hasta que José Solís, miembro de la banda, asesinó a un anciano; entonces Villa se desligó del grupo y trabajó en la mina de «El Verde» y como albañil en la ciudad de Chihuahua. La policía reanudó su persecución, por lo que Villa volvió a la sierra y a su negocio de robar y vender ganado.
En 1910 se unió al movimiento maderista, primero a través de su compadre Eleuterio Soto, y después mediante Abraham González, con quién tenía ligas comerciales. En ese entonces Pancho Villa era todavía un guerrillero, sin embargo, al conocer a Abraham González, representante político de Francisco I. Madero en Chihuahua, recibió de éste la educación básica que le hizo abrir los ojos al mundo político y cambiar su visión sobre su propia vida y su relación con los que estaban en el poder (en este caso, en Chihuahua, la familia Creel Terrazas). El 17 de noviembre de 1910 atacó la Hacienda de Cavaría; desde ese mismo día se dedicó a reclutar gente para sus tropas.
En la lucha armada maderista se distinguió por su audacia y organización. La revolución maderista comenzó a revelar el ingenio militar de Pancho Villa, en el Tecolote, engañó a las fuerzas del general Navarro poniendo sombreros sobre estacas para simular un contingente mayor, obligando al general Navarro a la retirada.
Sobresalió como Jefe de las Batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, Las Escobas y Estación Bauche, contra el general federal Manuel García Pueblita. Además, participó en el mayor triunfo al lado de Pascual Orozco: la batalla de Ciudad Juárez contra el general Juan N. Navarro, a quién intentó fusilar incluso en contra de Francisco I. Madero. Después de tomar Torreón por unos momentos, Villa se hace de los primeros trenes de sus fuerzas, que después servirían para transportar grandes contingentes de la División del Norte.
Después de intentar tomar Chihuahua y no poder hacerlo, logra su primer victoria: la toma de Ciudad Juárez.
La noche del 15 de noviembre de 1913, mientras los soldados y oficiales federales dormían en los cuarteles o descansaban en las casas de juego, una señal diminuta anunciaba el asalto, inmediatamente las tropas villistas tomaban el cuartel, la jefatura de armas, los puentes internacionales, el hipódromo y las casas de juego. Por lo acontecido se reunió con Madero en la Hacienda de Bustillos donde recibió el grado de Coronel. Después de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez abandonó las armas, entregó el mando de sus tropas a Raúl Madero y radicó en Chihuahua, dedicándose al comercio de ganado.
En 1912 dio muestras de su lealtad a Francisco I. Madero al rechazar la invitación de Pascual Orozco para rebelarse. Más aún, retomó las armas para defender al gobierno maderista. Combatió en Chihuahua y Durango, y en Torreón se incorporó a las filas de la División del Norte Federal, que comandaba Victoriano Huerta. A su lado participó en las Batallas de Tlahualilo, Conejos y Rellano. Por su actuación militar fue ascendido a general brigadier honorario, después de que se adhirió al Plan de Guadalupe, formando parte de su ejercito cabecillas como Tomás Urbina, Rosalío Hernández, Toribio Ortega Ramírez, Manuel Chao. Victoriano Huerta, receloso de su brillantez a pesar de no ser militar de carrera y molesto por su independencia, con el pretexto del robo de una yegua, lo procesó por insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le salvó la vida mediante la intervención de su hermano Raúl y de Guillermo Rubio Navarrete. Como alternativa, fue enviado a la Ciudad de México y encarcelado en Santiago Tlatelolco.
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