Primeros años (1452-1470)
Leonardo Da Vinci nació el 15 de abril de 1452, en Anchiano, una aldea cerca de la ciudad de Vinci en el valle del Arno, dentro de los territorios de Florencia, aunque para otros nació en Vinci, de ahí su "apellido", antes de que se adoptaran las convenciones de nombres actualmente vigentes en Europa, por lo que a su nombre de pila se añadió el de su padre (Ser Piero) y la localidad de nacimiento siendo entonces "Leonardo di Ser Piero da Vinci". Sin embargo, Leonardo acostumbraba firmar sus trabajos como Leonardo o Io, Leonardo (yo Leonardo), es decir, sin emplear el nombre de su padre, lo que induce a pensar que era hijo ilegítimo. Su madre se llamaba Caterina, y el abuelo paterno, Antonio, escribió que: «Nació un nieto mío, hijo de ser Piero mi hijo el día 15 de abril en sábado [a las 22.30 horas] [...] Se llama Lionardo. Lo bautizó Piero di Bartolomeo da Vinci, en presencia de Papino di Nanni, Meo di Torino, Pier di Malvolto, Monna Lisa di Domenico di Brettone».En el catastro de Vinci, en las notas del año 1457, se refleja que el llamado Antonio tenía 85 años y vivía en el pueblo de Santa Croce, marido de Lucía, de 64 años, y tenía dos hijos Francesco y Piero, de 30 años, casado con Albiera, de 29, y con ellos vivía «Lionardo hijo del dicho ser Piero no legítimo nacido de él y de Chataria actualmente casada con Achattabriga di Piero del Vacca da Vinci, de 5 años».
Poco se sabe de sus primeros años, que han sido tema de conjeturas históricas por Vasari y otros. Leonardo más tarde sólo hablaría de dos incidentes de su infancia. Uno de ellos, que él consideraba como una profecía, fue que un halcón bajó del cielo y sobrevoló su cuna, con las plumas de la cola rozándole el rostro.[ Desde niño mostró aptitudes para las artes plásticas, principalmente el dibujo, así como la geometría, la mecánica y la música. Poseía una gran capacidad de observación lo que le valió no sólo a su obra artística sino también a otros temas que estudió como la física (principalmente la mecánica), la música o el naturalismo (ahora biología), un gran realismo y una naturalidad sobresaliente.
Parece ser que en el año 1466, Leonardo y su familia marcharon a vivir a Florencia. El abuelo Antonio murió en el año 1468 y en las actas catastrales de Vinci, Leonardo, que tenía 17 años, resulta ser su heredero, junto con la abuela Lucía, el padre Piero, la madrina Francesca, y los tíos Francesco y Alessandra. Al año siguiente la familia del padre, convertido en notario de la Señoría florentina, junto a la del hermano Francesco, que estaba inscrito en el Arte della seta, se domiciliaron en una casa florentina, derribada ya en el siglo XVI, en la actual via dei Gondi.
Sus primeros bocetos eran de tal calidad que tan pronto como su padre los mostró al pintor Andrea del Verrocchio, éste tomó al joven de catorce años como aprendiz en su taller, ya frecuentado por futuros artistas de la talla de Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y Lorenzo di Credi. Así lo dice Vasari, referido al año 1462; no obstante, el ingreso de Leonardo en el taller de Verocchio fue posterior, encontrándosele como aprendiz en ese taller en 1469 ó 1470.
En un taller del Quattrocento como el de Verrocchio, los artistas eran considerados sobre todo como artesanos y sólo un maestro como Verrocchio tenía una posición social. Los productos de un taller incluían escudos de torneo decorados, cofres de dote pintadas (cassoni), fuentes de bautizo, placas votivas, pequeños retratos, y pinturas devocionales. Los mayores encargos eran los retablos para iglesias y estatuas conmemorativas. Los contratos más importantes eran los ciclos de frescos para capillas. Como un aprendiz de catorce años, Leonardo habría sido enseñado en todas las innumerables habilidades que se empleaban en un taller tradicional.
Aunque muchos artesanos se especializaban en tareas tales como la realización de marcos, el dorado o los baños de bronce, Leonardo habría estado expuesto a un amplio conjunto de habilidades técnicas y habría tenido la oportunidad de aprender a hacer proyectos, química, metalurgia, trabajo en metales, enyesado, trabajo en cuero, mecánica y carpintería, así como las habilidades artísticas evidentes del dibujo, la pintura, la escultura y el modelado.
Juventud (1471-1481)
En la Compañía de los pintores florentinos de San Jesus, Leonardo aparece mencionado por vez primera en el año 1462.
El 8 de abril de 1476 se presentó una denuncia anónima contra diversas personas, por sodomía consumada con el diecisieteañero Jacopo Saltarelli. Aunque había cierta tolerancia hacia la homosexualidad en la Florencia de la época, la pena prevista en estos casos era severísima, directamente morir quemado. Además de Leonardo, entre los otros acusados estaban Bartolomeo di Pasquino y sobre todo Leonardo Tornabuoni, joven vástago de la potentísima familia florentina de los Tornabuoni, emparentada con los Médicis. Según algunos estudiosos fue la implicación de este último lo que jugó a favor de los acusados. El 7 de junio, la denuncia se archivó y los imputados fueron todos absueltos.
Más tarde, Leonardo montó su propio taller como escritor independiente en Florencia. El 10 de enero de 1478 recibió el primer encargo público, un retablo para la capilla de San Bernardo en el Palacio de la Señoría; recibió 25 florines de adelanto, pero no inició el trabajo, confiado en 1483 a Domenico Ghirlandaio y luego a Filippino Lippi, que lo acabó en 1485.
Al menos desde el año 1479 ya no vivía con la familia del padre Piero, como resulta de un documento del catastro florentino.
En 1480, según el Anónimo Gaddiano, "estaba [...] con Lorenzo el Magnífico y, dándole provisiones, le hacía trabajar en el jardincillo sobre la plaza de San Marcos en Florencia": la adquisición del terreno por parte de Lorenzo fue aquel año y por lo tanto, Leonardo tuvo que ejecutar trabajos de escultura y restauración.
En marzo de 1481 le encargaron la Adoración de los Magos, que no acabó, por partir hacia Milán, quedando la tabla incompleta en casa de su amigo Amerigo Benci, el padre de Ginevra, en el año 1482.
En Milán (1482-1500)
Para la primavera y el verano de 1482 Leonardo se encontraba en Milán, una de las pocas ciudades en Europa que superaban los 100.000 habitantes, en el centro de una región populosa y rica. Decidió establecerse en Milán al darse cuenta de que los potentes señores tenían siempre necesidad de nuevas armas para la guerra interna, y consideraba que sus proyectos en la materia eran dignos de ser considerados por el ducado de Milán, aliado de los Médicis.
Leonardo, que según dice Vasari, era un músico de gran talento, creó una lira de plata en forma de cabeza de caballo, con la que Lorenzo de Médicis quedó tan impresionado que decidió enviarlos a los dos, la lira y su hacedor, a Milán, para asegurar la paz con Ludovico el Moro. «Tenía treinta años» - escribe el Anónimo - «cuando el llamado Lorenzo el Magnífico le envió al duque de Milán a presentarse él mismo con Atalante Migliorati una lira, pues era único en el arte de tocar tal instrumento». Es en Milán donde Leonardo escribió la llamada carta de recomendación a Ludovico el Moro (en realidad, sintiéndose inseguro sobre su modo de expresarse, la hizo escribir por un llamado "hombre cultivado"), conservada en su Códice Atlántico, describiendo ante todo sus proyectos de aparatos militares, de obras hidráulicas, de arquitectura, y sólo al final, de pintura y escultura. El duque se maravilló de todos los conocimientos que dominaba Leonardo: pintura, dibujo, mecánica, ingeniería militar y ciencias naturales. Podía hacer esculturas en mármol, bronce o terracota. También pequeños cañones (bombardas), trazar caminos y construir portones.
Virgen de las rocas, detalle, h. 1486, París, Louvre
El 25 de abril de 1483, con los hermanos pintores Evangelista y Giovanni Ambrogio De Predis, por un lado, y Bartolomeo Scorione, prior de la Confraternidad milanesa de la Inmaculada Concepción, por otro, estipuló el contrato para un retablo a colocar sobre el altar de la capilla de la Confraternidad en la iglesia de San Francesco Grande; es el primer documento relativo a La Virgen de las Rocas, que atestigua su presencia en Milán, huésped de los hermanos De Predis en Porta Ticinese. La elaboración de este cuadro llevó bastante tiempo, implicó un litigio y acabó habiendo dos versiones de la obra.
Mientras tanto, en 1485 Ludovico el Moro le había encargado un cuadro para enviarlo como regalo al rey de Hungría Matías Corvino. En 1487 le pagaron los proyectos para el cimborrio de la catedral de Milán.
En los primeros meses del año 1489 se ocupó de las decoraciones, en el Castillo Sforzesco, para las bodas de Gian Galeazzo Sforza e Isabel de Aragón, interrumpidas de repente por la muerte de la madre de la esposa, Hipólita de Aragón, y escribe su Libro titulado de figura humana. Este mismo año debieron empezar los preparativos para una estatua ecuestre de Francesco Sforza, antepasado de Ludovico el Moro, pues el 22 de julio Pietro Alamanni comunicó a Lorenzo el Magnífico la demanda de Leonardo de obtener la colaboración de fundidores de bronce florentinos.
La Belle Ferronière. El título, la bella esposa de un comerciante de ferretería, es consecuencia de un error del siglo XVIII que confundió la dama retratada. El fuerte contraste entre el fondo negro y la figura cálidamente iluminada por una luz difusa consigue un gran sentido plástico. 1490–1495, París, Louvre.[5]
El 13 de enero de 1490 se reanudaron las fiestas por las bodas Sforza - Aragón, en las cuales, escribe el poeta Bernardo Bellincioni en 1493, «se había fabricado, con el gran arte e ingenio del Maestro Leonardo da Vinci florentino, el "Paraíso" con todos los siete. El 13 de enero de 1490 se reanudaron las fiestas por las bodas Sforza - Aragón, en las cuales, escribe el poeta Bernardo Bellincioni en 1493, «se había fabricado, con el gran arte e ingenio del Maestro Leonardo da Vinci florentino, el "Paraíso" con todos los siete planetas que giraban y los planetas estaban representados por hombres»; el 21 de junio marchó a Pavia junto con Francesco di Giorgio Martini. Es la época en que ejecuta una serie de pinturas de caballete como el Retrato de dama, llamado La Belle Ferronnière del Louvre.
En 1491 tomó a su servicio a Gian Giacomo Caprotti da Oreno, de diez años, llamado Salaí –diablo, un mote tomado del Morgante de Pulci - a quien Leonardo definió un año más tarde como "ladrón, embustero, obstinado, glotón", pero al que tratará siempre con indulgencia.
Se encargó, en 1492, de los festejos para las bodas de Ludovico el Moro y Beatriz de Este y para las de Ana Sforza y Alfonso I de Este.
En 1493, estando en el séquito del cortejo que acompañaba a Alemania a Bianca Maria Sforza, esposa del emperador Maximiliano I de Habsburgo, vio el lago de Como, visitó la Valsassina, la Valtellina y el Valchiavenna. El 13 de julio parece haber recibido la visita de su madre, Caterina.
En 1494 ejecutó trabajos de mejora en una finca de los duques cerca de Vigevano.
Inició en 1495 la Última Cena, en el refectorio de Santa Maria delle Grazie y las decoraciones de las estancias en el Castillo Sforzesco que interrumpió en 1496. En este año, la detallada lista de gastos para una sepultura y funeral sugiere la muerte de su madre Caterina.
En su novella LVIII, Matteo Bandello, que conoció bien a Leonardo, escribe que lo vio a menudo
«la mañana temprano subir al andamio, porque la Última Cena estaba un poco en alto; solía desde que salía el Sol hasta la tarde oscurecida no quitarse nunca el pincel de la mano, olvidándose de comer y de beber, pintando continuamente. Después sabía estarse dos, tres o cuatro días, que no pintaba, y aún así se demoraba allí una o dos horas cada día y solamente contemplaba, consideraba y examinando para sí, sus figuras juzgaba. También lo ví (según que el capricho o antojo le tocase) marcharse a mediodía, cuando el Sol está en lo alto, a la corte vieja» - sobre el lugar del actual Palazzo Reale - «donde aquel asombroso Cavallo compuesto de tierra, y venirse derecho a le Grazie: y subiéndose al andamio tomar el pincel, y dar una o dos pinceladas a una de aquellas figuras, y luego de repente irse y andar a otro lugar».
La última cena es una pintura de 460x880 cm que se encuentra en el comedor de los frailes de Santa María de las Gracias en Milán (Italia). El momento representado, después que Jesús les ha dicho uno de vosotros me traicionará, muestra las reacciones y consternación de los doce apóstoles. El empleo experimental de temple y óleo sobre yeso provocó su rápido deterioro.
En 1497 el duque de Milán solicitó al artista que concluyera la Última Cena, que terminó, probablemente, a finales de año.
En 1498 terminó al decoración de la Sala delle Asse del Castillo Sforzesco. Del 2 de octubre de ese año es el acta notarial en la que Ludovico el Moro le donó una viña cerca del monasterio de Santa María delle Grazie y San Vittore.
En marzo de 1499 consta que estaba en Génova junto a Ludovico, sobre el cual se ceñía la tempestad de la guerra que él mismo había contribuido a provocar; mientras Ludovico estaba en Innsbruck, buscando en vano hacerse aliado del emperador Maximiliano, Luis XII conquistó Milán el 6 de octubre de 1499. Leonardo se encontró una mañana con que los arqueros franceses estaban usando su modelo de arcilla a escala real del caballo de la estatua ecuestre de Francisco Sforza como blanco de práctica para el tiro. El 14 de diciembre Leonardo hizo depositar 600 florines en el Hospital de Santa María Nuova de Florencia, que actuaba como banca y abandonó Milán con su asistente Salaino y el matemático Luca Pacioli.
En Milán, Leonardo había pasado el periodo más largo de su vida, casi 20 años, y volvió luego por periodos más cortos en años sucesivos. Durante los años milaneses Leonardo mantuvo su propio taller, en el que trabajaron varios aprendices. Muchos de los más prominentes alumnos o seguidores de la pintura de Leonardo lo conocieron en Milán o incluso trabajaron con él, entre los que puede citarse a Bernardino Luini, Giovanni Antonio Boltraffio y Marco d'Oggiono.[7] Si bien al principio de su estancia debió tener algunas dificultades con la lengua hablada por el pueblo (en aquellos tiempos la lengua italiana como "toscano medio" no existía, todos hablaban sólo el dialecto propio), los expertos encuentran en sus escritos del final de esta época "lombardismos".
Leonardo permaneció primero en Vaprio d'Adda, cerca de Bérgamo, en la villa del conde Giovan Francesco Melzi.
Luego pasó por Mantua, siendo huésped de Isabel de Este, a la que hizo dos retratos a carboncillo. Llegó a Venecia en marzo de 1500. Allí fue empleado como un arquitecto militar e ingeniero, ideando métodos de defender la ciudad de un ataque naval, previsiblemente de los turcos. Decidió después regresar a Florencia.
Regreso a Florencia (1501-1508)
Leonardo volvió a Florencia a finales de abril del 1500.
Fue a Roma en marzo de 1501. En abril de ese año estaba de nuevo en Florencia, como huésped de los Servitas en la Santísima Anunciada; aquí dibujó el primer cartón de Santa Ana, la Virgen, el Niño y san Juanito, hoy en Londres; en dos cartas, Isabel de Este pide al carmelita Pietro di Nuvolaria un retrato de Leonardo o, subsidiariamente, "un cuadrito de la Virgen devoto y dulce como es su natural", pero el fraile le responde que "sus experimentos matemáticos le han distraído tanto de la pintura que no puede soportar el pincel".
Entró al servicio de César Borgia, hijo del papa Alejandro VI, en el año 1502, como arquitecto e ingeniero, siguiéndolo en las guerras de éste en Romaña; en agosto estuvo en Pavía, e inspeccionó las fortalezas lombardas de César. En Forlì conoció a Caterina Sforza, a la que algunos consideran que pudo ser el modelo de la Gioconda. También pasó por Cesenático.
Desde marzo de 1503 Leonardo se encuentra nuevamente en Florencia, donde, según Vasari, ejecuta La Gioconda y una Leda hoy perdida. En abril recibió el encargo del fresco de La batalla de Anghiari en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio; este mural público se ejecutaría junto con Miguel Ángel, que fue el elegido para ornar la pared opuesta.
En julio fue a Pisa, asediada por los florentinos, junto a Gerolamo da Filicaja y Alessandro degli Albizi para estudiar la posibilidad de desviar el río Arno y empantanar algunas zonas limítrofes con la ciudad y así lograr la capitulación.
El 9 de julio de 1504 murió su padre, Piero; Leonardo anotó varias veces este hecho, en aparente agitación: "Miércoles a la hora 7 murió Ser Piero da Vinci, el día 9 de julio de 1504, miércoles cerca de la hora 7" y más allá, "El día 9 de julio de 1504 el miércoles a la hora 7 murió Piero da Vinci notario en el Palacio del Podestà, mi padre, a la hora 7. Tenía 80 años de edad. Dejó 10 hijos masculinos y 2 femeninos". El padre no lo nombró heredero y, contra los hermanos que le oponían la ilegitimidad de su nacimiento, Leonardo busca en vano el reconocimiento de sus razones: después de la causa judicial por él promovida, sólo el 30 de abril de 1506 se liquida la herencia de Piero da Vinci, de la cual fue excluido Leonardo.
Formó parte de la comisión que debía decidir la colocación del David (1505). Se cree que la presencia de Leonardo fue de importancia capital para el cambio de sitio de la escultura, aunque Miguel Ángel estaba disgustado por ello. La batalla de Anghiari le ocupó todo un año, recibiendo pagos de la República de Florencia por la obra hasta febrero de 1505.
En 1506 dejó Florencia y marchó nuevamente a Milán, comprometiéndose volver al cabo de tres meses, lo que no hizo, prolongándose su estancia en Lombardía más de lo previsto. Milán estaba entonces en manos de Maximiliano Sforza después de que mercenarios suizos expulsasen a los franceses. Tuvo dos estancias en Milán: de junio a octubre de 1506 y de enero a septiembre de 1507.
En este año de 1506 entró a formar parte de la casa de Leonardo Francesco Melzi, joven de quince años, hijo de un aristócrata de Lombardía y que poseía una gran apostura. Después de tempestuosas escenas de celos, Salai aceptó un nuevo arreglo en su relación con Leonardo, y los tres llevan a cabo varias giras a través de Italia. Aunque Salai fue siempre presentado como su discípulo, jamás produjo la más mínima obra. Melzi, en cambio, se convirtió en su discípulo y compañero de toda la vida. Viajó a Francia con Leonardo y estuvo con él hasta su muerte.
En 1508 está en Florencia, pero después regresa a Milán, ocupándose entre otros proyectos de una estatua ecuestre en honor de Gian Giacomo Trivulzio - en septiembre de 1508 habitando en la zona de la iglesia de San Babila; obtiene durante casi un año una provisión de 390 sueldos y 200 francos del rey de Francia.
Últimos años (1509-1519)
Estudios anatómicos.
En el año 1509 hace estudios geológicos de los valles lombardos.
El 28 de abril de 1509 escribe haber resuelto el problema de la cuadratura del ángulo curvilíneo y al año siguiente estudió anatomía con Marcantonio della Torre en la universidad de Pavía.
Partió de Milán con dirección a Roma el 24 de septiembre de 1513, junto con sus alumnos Melzi, Salai, un tal Lorenzo y el Fanfoja. Se alojó en el Vaticano, en un estudio del Belvedere, bajo la protección de Juliano II de Médicis, hermano del papa León X. En la Ciudad Eterna trabajaban en aquella época pintores como Rafael, que estaba pintando al fresco los apartamentos papales, o Miguel Ángel, del cual estaba separado por una antigua enemistad; arquitectos como Bramante y Giuliano da Sangallo se ocupaban de la construcción de San Pedro. Pero Leonardo no tuvo mucho contacto con estos artistas, pues se dedicó a estudios matemáticos y científicos (mecánica, óptica). También buscó fósiles en el cercano Monte Mario, pero se lamentó con Giuliano que le impidiesen estudiar anatomía en el Hospital del Santo Espíritu. Se ocupó del proyecto de desecación de las Lagunas Pontinas - y fue aprobado por el papa León X el 14 de diciembre de 1514, pero no fue ejecutado por la muerte tanto de Giuliano como la del papa. También se ocupó de la sistematización del puerto de Civitavecchia.
En 1515 Francisco I de Francia volvió a tomar Milán. Leonardo recibió el encargo de hacer un centro de mesa, un león mecánico, para las conversaciones de paz entre el rey francés y el papa León X en Bolonia, donde probablemente conoció al rey.
En Roma comenzó a trabajar en un viejo proyecto de espejos que campasen los rayos de sol para calentar una cisterna de agua. Tuvo, no obstante, dificultades con los trabajadores alemanes, especialistas en espejos. Se cree que fueron ellos quienes estaban detrás de una carta anónima en la que se le acusaba de brujería. En ausencia de la protección de Giuliano de Médicis y teniendo en frente una situación preocupante, Leonardo se vio constreñido, una vez más, a marcharse. Esta vez había decidido abandonar Italia. Era anciano, necesitaba tranquilidad y alguien que lo apreciase y ayudara.
La última noticia de su periodo romano data de agosto de 1516, cuando medía las dimensiones de la Basílica de san Pablo.
En 1517 Francisco I lo invitó a su país, donde en mayo, junto a Melzi y el sirviente Battista de Vilania, se alojó en el castillo de Clos-Lucé, cerca de Amboise, honrado con el título de premier peintre, architecte, et mecanicien du roi y de una pensión de 5.000 escudos. La alta consideración de que gozaba queda demostrada incluso por la visita que recibió, el 10 de octubre de ese año, del cardenal de Aragón, Antonio de Beatis, y de su séquito; Leonardo le mostró una serie de pinturas que causaron su admiración y que han sido identificadas como la Gioconda, San Juan Bautista y La Virgen, Santa Ana y el Niño.
Proyectó el palacio real de Romorantin, que Francisco I pretendía erigir para su madre Luisa de Saboya: sería una pequeña ciudad, para la cual previó el desvío de un río que la enriqueciera con agua y fertilizase la campiña vecina. En 1518 participó en las celebraciones del bautizo del Delfín y de las bodas de Lorenzo de Médicis con una sobrina del rey francés. Ese mismo año Salai abandonó a Leonardo y retornó a Milán, donde más adelante (el 19 de enero de 1524) perecería en un duelo.
Tumba de Leonardo da Vinci, Castillo de Amboise (Francia)
Leonardo falleció el 2 de mayo de 1519, en la mansión o castillo de Clos Lucé (Francia). Francisco I se había convertido en un amigo muy cercano. Vasari recoge que el rey sostuvo la cabeza de Leonardo en sus brazos al tiempo que moría, aunque esta historia, amada por los franceses y representada por Ingres en una pintura romántica, parece más una leyenda que realidad. Vasari también dice que en sus últimos días, Leonardo pidió que un sacerdote recibiera su confesión y le diera la extremaunción.
De acuerdo a sus deseos, 60 mendigos siguieron su ataúd. Fue enterrado en la capilla de Saint-Hubert en el Castillo de Amboise. Cincuenta años más tarde, violada su tumba, sus despojos se dispersaron en los desórdenes de las luchas religiosas entre católicos y hugonotes.
El 23 de abril Leonardo había redactado su testamento ante el notario Guillermo Boreau. Melzi fue su principal heredero y albacea, pero Salai no fue olvidado: recibió la Gioconda y la mitad del viñedo de Leonardo, correspondiéndole la otra mitad al sirviente De Vilanis. A su criada Maturina diez paños y dos ducados; a sus medio hermanos, 400 escudos depositados en Florencia y un poder en Fiesole.
Vida personal
Leonardo tuvo muchos amigos que fueron figuras destacadas en sus campos respectivos, o por su influencia en la historia. Entre ellos hay que incluir al matemático Luca Pacioli con quien colaboró en un libro en los años 1490 y César Borgia, a cuyo servicio estuvo los años 1502 y 1503. Durante esa época conoció también a Nicolás Maquiavelo, con quien más adelante desarrollaría una gran amistad. Entre sus amigos estuvieron Franchinus Gaffurius e Isabel de Este. Isabel fue probablemente su amiga femenina más cercana.
Más allá de la amistad, Leonardo fue reservado respecto a su vida privada. Afirmaba también tener una falta de interés en las relaciones físicas involucradas en la procreación humana:
"el acto de la procreación y todo lo que está relacionado con ella es tan desagradable que los seres humanos se extinguirían pronto si no existieran los rostros hermosos y las disposiciones sensuales".
Salai sirvió de modelo para San Juan Bautista, 1508-1513.
Parece que no tuvo relaciones íntimas con las mujeres más allá de su amistad con Isabel de Este. Sus relaciones más cercanas fueron sus discípulos Salai y Melzi, habiendo escrito Melzi que los sentimientos de Leonardo hacia él eran amorosos y apasionados. Desde el siglo XVI se ha interpretado que estas relaciones eran de naturaleza homoerótica y desde esa fecha se ha escrito mucho sobre este aspecto (su posible homosexualidad) de la vida de Leonardo. Cabe señalar que la experiencia traumática sufrida en su juventud -el haber sido encarcelado durante dos meses acusado de sodomía- pudo haberlo llevardo a ser muy cauteloso con cualquier expresión sincera o indiscreta de su sexualidad.
A lo largo de su vida, Leonardo se mantuvo como vegetariano por razones éticas referentes, al parecer, al respeto a la vida de los animales. El florentino Andila Corsali, que había viajado a la India, dijo
«Los habitantes de este país, como nuestro Leonardo, no permiten que se haga daño a ninguna criatura viviente».
Obra artística
La Gioconda o Mona Lisa. La aplicación de su famosa invención, el sfumato o contorno borroso, en los dos rasgos principales de la expresión, la comisura de los labios y los extremos de los ojos, consigue esa ambigüedad en su sonrisa y en su mirada.
La admiración hacia Leonardo como científico e inventor es reciente, puesto que a lo largo de cuatrocientos años su enorme fama se debió a sus logros como pintor y a unas pocas obras, que o bien se había autenticado que eran obra suya, o bien se le atribuyeron, pero que en cualquier caso han sido consideradas obras maestras de la pintura.
De sus obras, quizás sobreviven 15 pinturas, junto con sus diarios, que contienen dibujos, diagramas científicos, y notas. Planeó frecuentemente pinturas grandiosas con muchos dibujos y esbozos, dejando los proyectos inacabados.
Sus pinturas son famosas por una serie de cualidades que han sido muy imitadas por estudiantes y discutidas ampliamente por los aficionados y los críticos: sus técnicas innovadoras, su detallado conocimiento de anatomía, luz, botánica y geología, su interés en fisionomía y la forma en que los humanos registran emoción. Su gran aportación es el esfumado, artificio pictórico que consiste en prescindir de los contornos netos y precisos del "Quattrocento" y envolverlo todo en una especie de niebla imprecisa que difumina los perfiles y produce una impresión de inmersión total en la atmósfera.[13] Prestando atención, se puede percibir en varios cuadros un efecto característico de la pintura de Leonardo: la delicada transición de la luz a la sombra, cuando un tono más claro se funde con otro más oscuro, como bellos acordes musicales. Leonardo usa la llamada "perspectiva aérea", esto es, representar la sensación de profundidad haciendo menos nítidos los planos del fondo porque las partículas en suspensión que hay en la atmósfera hace que se vean con más nitidez los objetos del primer plano y de una manera más difuminada lo que queda al fondo. Todas estas características están presentes en sus obras más famosas: La Gioconda (Mona Lisa), (actualmente en el museo del Louvre de París), La última cena y La Virgen de las Rocas.
Primeras obras
Las primeras obras de Leonardo comienzan con el ángel que aparece en primer plano, a la derecha, así como el paisaje, del Bautismo de Jesús (Uffizi). La obra que se atribuye en su conjunto a Botticini, a Verrocchio y a Botticelli.
Del periodo 1474-1476 es el Retrato de mujer de Washington, identificada con Ginevra Benci.
Dos pinturas parecen datar de su época en el taller de Verrocchio, dos Anunciaciones, ambas siguiendo la colocación tradicional que proviene de las conocidas obras de Fra Angélico. Una es pequeña, de 59 centímetros de largo y sólo 14 de alto. Es una predela que iría en la base de una composición más grande, en este caso un cuadro de Lorenzo di Credi del cual ha quedado separado. María aparta sus ojos y cruza las manos en un gesto que simboliza la sumisión al deseo de Dios. Data aproximadamente de 1478. La otra Anunciación es una obra mucho más grande, de 217 cm de largo; en ella, María no es en modo alguno sumisa, sino que acepta su destino con confianza.
En 1478, según él mismo escribió, empezó a pintar dos Vírgenes con Niño, creyéndose que son la Madona Benois y la Virgen del clavel.
San Jerónimo
Pinturas de los años 1480
En los años 1480, Leonardo recibió tres encargos muy importantes, y comenzó otra obra que tenía una trascendental importancia en términos de composición. Desafortunadamente, dos de las tres nunca se acabaron y la tercera le llevó tanto tiempo que quedó sometida a largas negociaciones sobre su acabado y pago.
Una de estas pinturas es la de San Jerónimo (Museos Vaticanos). El sereno diseño de esta composición, los elementos del paisaje, y el drama personal vuelven a aparecer en su gran obra maestra inacabada, La adoración de los magos, un encargo de los monjes de San Donato a Scopeto. Para esta compleja composición Leonardo realizó numerosos dibujos y estudios preparatorios, incluyendo uno detallado en perspectiva lineal de una arquitectura clásica en ruinas que forma parte del fondo de la escena. Pero en 1482 Leonardo marchó a Milán a requerimiento de Lorenzo de Médici para obtener el favor con Ludovico Sforza y la pintura quedó abandonada. Es un ejemplo de Leonardo como pintor compulsivo que a menudo planeaba grandes obras pictóricas para abandonarlas sin terminar.
Virgen de las rocas, Londres.
La tercera obra importante de este periodo es La Virgen de las Rocas que fue encargada en Milán por la Fraternidad de la Inmaculada Concepción. El cuadro, que hizo con la ayuda de los hermanos Predi, iba a llenar un retablo complejo y grande, ya construido. Hizo dos versiones del mismo tema, una para la capilla de la Fraternidad y la otra que Leonardo llevó a Francia.
De los años 1485-1490 es el Retrato de Cecilia Gallerani conocido como La dama del armiño, hoy en el Museo Czartoryski de Cracovia.
Pinturas de los años 1490
La más famosa obra de esta década es La Última Cena, también pintada en Milán. Representa la última cena que compartieron Jesús y sus discípulos antes de su captura y muerte. Muestra el momento en que Jesús ha dicho "uno de vosotros me traicionará". Véase la pintura en otro lugar de esta página.
Cuando acabó, la pintura fue alabada como una obra maestra de diseño y caracterización. Pero también se denunció que nada más acabarse ya empezaba a desprenderse de la pared. Leonardo, en lugar de usar la fiable técnica del fresco había experimentado con diferentes agentes aglutinadores de la pintura, que fueron afectados por moho y se escamaron. A pesar de ello, la pintura se ha mantenido como una de las obras de arte más reproducidas, con innumerables copias realizadas en todo tipo de medios, desde alfombras hasta camafeos.
La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana
En este último decenio de siglo realizó importantes pinturas de caballete, como la Madona Litta (1490-1491), cuya atribución a Leonardo es, sin embargo, discutida; el Retrato de un músico (Josquin Des Pres o Franchino Gaffurio, en la Pinacoteca Ambrosiana) y el Retrato de dama llamado La Belle Ferronière (1490-1496), hoy en el Louvre.
Pinturas de los años 1500
Entre las obras de este periodo está el pequeño retrato conocido como la Mona Lisa o la Gioconda, la sonriente.
En La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana la composición de nuevo escoge el tema de figuras en un paisaje. Se remonta al cuadro de San Jerónimo con la figura dispuesta en un ángulo oblicuo. Lo que hace inusual a esta pintura es que hay dos figuras colocadas de forma oblicua, superpuestas. Leonardo muestra en esta obra una serie de rasgos que serían adoptados por los pintores venecianos como Tiziano y Tintoretto, así como Andrea del Sarto, Pontormo y Correggio.
De esta época final es la Leda y el cisne, que hoy sólo se conserva mediante copia.
Referencias para esta sección de Leonardo's painting: della Chiesa,[14] Wasserman.[15]
Dibujos
Leonardo no fue pintor prolífico, pero sí lo fue como dibujante, manteniendo diarios llenos de pequeños esbozos y detallados dibujos que documentan todo tipo de cosas que llamaran su atención. Además de los diarios, hay muchos estudios de sus pinturas, algunos de los cuales pueden identificarse como preparatorios de algunas obras concretas como La adoración de los Magos, La Virgen de las Rocas y La última Cena.
Paisaje del valle del Arno, el dibujo más antiguo de Leonardo, 1473
Un estudio para Leda y el Cisne.
El 5 de agosto de 1473 Leonardo fecha su primera obra cierta: un Paisaje del valle del Arno, que muestra el río, las montañas, el castillo de Montelupo y las granjas que quedan detrás, con gran detalle. Hoy está en los Uffizi.
Entre sus famosos dibujos está el Hombre de Vitruvio, un estudio de las proporciones del cuerpo humano, la Cabeza de un ángel, para La Virgen de las Rocas del Louvre, un estudio botánico de Estrella de Belén y un gran dibujo (160×100 cm.) en tiza negra sobre papel coloreado de La Virgen, el Niño Jesús, santa Ana y san Juan Bautista en la National Gallery de Londres. Este dibujo emplea la sutil técnica del sfumato para sombrear, al estilo de la Mona Lisa. Se cree que Leonardo nunca hizo con ello una pintura, siendo lo más parecido La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana del Louvre.
Otros interesantes dibujos incluyen numerosos estudios de deformidades faciales a los que frecuentemente se les llama "caricaturas" (Cabezas grotescas, h. 1490), cuando un examen detenido de las proporciones del esqueleto indica que la mayor parte están basadas en modelos reales.
Hay numerosos estudios del bello joven, Salaino, con sus raros y muy admirados rasgos faciales, el llamado "perfil griego". A menudo lo representa con disfraces. Se sabe que Leonardo diseñó decorados para cabalgatas, con lo que pueden relacionarse estos dibujos. Otros dibujos, a menudo meticulosos, muestran estudios de drapeados. Un marcado desarrollo en la habilidad de Leonardo de pintar los ropajes se aprecia en sus primeras obras.
Otro dibujo muy reproducido es el dibujo de un ahorcado, Figura d'impiccato, hoy en el Museo Léon-Bonnat de Bayona: es un esbozo macabro realizado en Florencia en 1479 mostrando el cuerpo de Bernado di Bandino Baroncelli, por su intervención en la conspiración de los Pazzi. Con la frialdad de un notario, Leonardo apunta junto al dibujo el tipo y color de las ropas que Baroncelli llevaba cuando murió.[17]
Hacia 1508 realizó el hermoso dibujo femenino conocido como La despeinada.
Referencia de esta sección, Popham
Escultura
No ha llegado a nuestros días ninguna de sus esculturas. El proyecto escultórico de Leonardo del que más se sabe es el que de una estatua ecuestre que representara a Francisco Sforza, padre de Ludovico el Moro. Sobrepasaba en tamaño las otras dos estatuas ecuestres de bronce del Renacimiento: Gattamelata de Donatello en Padua y Bartolomeo Colleoni de Verrocchio en Venecia.
Leonardo ejecutó en arcilla el modelo, conocido como el "Gran Caballo". Estaba previsto que fuera una estatua en bronce, de 8 metros de altura, y se alzaría en Milán. Se prepararon 70 toneladas de metal para moldearla. El monumento quedó sin acabar durante varios años, lo que no era inusual en Leonardo. Miguel Ángel dijo que Leonardo no era capaz de fundir la estatua.[4] En 1495 el bronce se usó para fabricar cañones para el Duque en un intento de salvar Milán de los franceses bajo el reinado de Carlos VIII de Francia en 1495.
Por iniciativa privada, se construyó en 1999 en Nueva York una estatua construida según sus planos que fue donada a la ciudad de Milán, donde se erigió.
Notas científicas y técnicas
Leonardo no fue un hombre culto al estilo de su época: no aprendió latín y no era el prototipo de humanista, llamándose a sí mismo "hombre sin letras", por lo que era ignorado por los estudiosos contemporáneos. Tampoco dominaba el álgebra, por lo que resulta excesivo considerarlo un matemático. Sin embargo, hoy en día aún sorprenden sus trabajos sobre ingeniería, los pájaros, el vuelo y otras áreas que suscitaron su insaciable curiosidad.
Registraba con minuciosidad sus elucubraciones sobre temas técnicos y científicos. Combinaba en ellas perfectamente el arte con la ciencia para representar de la mejor manera posible la materialización de sus ideas. Con cierto afán críptico, como si no quisiera desvelar del todo sus descubrimientos, Leonardo escribía de derecha a izquierda todos sus diarios, utilizando la llamada escritura especular, por ser zurdo, de manera que de no tener costumbre, para poder leer sus escritos, había que utilizar un espejo.
Dotado de una aguda capacidad de observación, su aproximación a la ciencia nunca destacó por sus explicaciones teóricas ni por recurrir a experimentos; en cambio, para comprender los fenómenos que le interesaban los describía y dibujada hasta sus últimos detalles; planeando realizar una gran enciclopedia basada en detallados dibujos de todo lo conocido.
Relativamente pocos de sus diseños fueron construidos o eran posibles en vida del autor.
Hombre de Vitruvio
Estudios de embriones, hacia 1510-1513, pluma sobre tiza roja, 30,5 cm. × 20 cm., Biblioteca Real, Castillo de Windsor
Un diseño para una máquina voladora.
Sus detallados estudios de la anatomía son quizá más impresionantes que sus trabajos pictóricos. La formación de Leonardo en la anatomía del cuerpo humano comenzó durante su aprendizaje con Andrea del Verrocchio, pues este maestro insistía en que todos sus alumnos aprendieran anatomía. Como artista, rápidamente se hizo maestro de anatomía topográfica, dibujando muchos estudios de músculos, tendones y otros rasgos anatómicos visibles; igualmente, dibujó el corazón y el sistema vascular, los órganos sexuales, y otros órganos internos. Hizo uno de los primeros dibujos científicos de un feto in utero.
Como artista de éxito, obtuvo permiso para diseccionar cadáveres humanos en el Hospital de Santa Maria Nuova en Florencia y más tarde en hospitales de Milán y Roma. Produjo muchos dibujos anatómicos extremadamente detallados. El ejemplo más destacado es el Hombre de Vitruvio (h. 1490), estudio de las proporciones humanas basado en el tratado recién descubierto del arquitecto romano Marco Vitruvio.
Estudio anatómico del brazo.
De 1510 a 1511 colaboró en sus estudios con el doctor Marcantonio della Torre y juntos prepararon un trabajo teórico sobre la anatomía para la que Leonardo hizo más de 200 dibujos. Se publicó sólo en 1680 (161 años después de su muerte) con el título de Tratado sobre la pintura.
Igualmente estudió y dibujó la anatomía de muchos otros animales. Diseccionó vacas, pájaros, monos, osos, y ranas, comparando en sus dibujos su estructura anatómica con la de los humanos. Hizo también una serie de estudios de caballos.
Como artista, Leonardo observó atentamente y documentó los efectos de la edad y de la emoción humana sobre la fisiología, estudiando en particular los efectos de la ira. También dibujó muchos modelos de personas con significativas deformidades faciales o signos de enfermedad.
Sus notas contienen dibujos de numerosas innovaciones como diversas máquinas para volar, incluido un artefacto parecido el helicóptero. El 3 de enero de 1496 ensayó una de sus máquinas para volar sin éxito. Estudió o prefiguró armas de fuego, tanques armados, el esnórquel de buceo, el paracaídas, un submarino y un dispositivo con engranajes que se cree era una máquina para calcular.
En 1502 Leonardo proyectó un puente de 240 m de luz que formaba parte de un proyecto de construcción para el Sultán Bayaceto II de Constantinopla. La obra jamás se realizó, sin embargo, en 2001, la idea se resucitó para la construcción de un puente más pequeño en Noruega basado en el diseño de Leonardo.
Además hizo certeras observaciones sobre diversos restos de fósiles.
Leonardo nunca publicó o distribuyó los contenidos de sus manuscritos que permanecieron inéditos hasta el siglo XIX cuando pudieron conocerse sus contribuciones al desarrollo técnico y científico. Por esta razón L. Sprague de Camp le considera no como el primer ingeniero moderno, sino como el último de los ingenieros de la antigüedad, haciendo notar que tras la época de Leonardo se formalizó la publicación de los descubrimientos científicos. Sus contribuciones a otras artes, por ejemplo la escultura, y a ciencias como ingeniería, mecánica, física, biología, arquitectura, anatomía, geología y matemáticas fue decisiva. Considera a estas últimas como la llave de la naturaleza. Aunque su obra conocida en esta especialidad no está escrita con suficiente rigor ni los resultados obtenidos fueron decisivos en aquel momento, merece, sin embargo, ser considerado en la historia del pensamiento matemático universal por sus prodigiosas intuiciones, en particular, las de carácter geométrico. Algunas de ellas se plasmaron en realidades en los siglos posteriores.
Leonardo, la "Leyenda"
Durante la propia vida de Leonardo su fama era tal que el Rey de Francia se lo llevó a su servicio como un trofeo, y se dice que lo apoyó en su vejez y lo sostuvo en sus brazos mientras moría. La fortuna crítica del pintor fue inmediata, como puede verse en las siguientes citas, de autores del siglo XVI:
Castiglione, 1528
«...Otro de los primeros pintores del mundo, [Leonardo] desprecia el arte en el que es singularísimo...»
"Anonimo Gaddiano"
«Fue tan raro y universal que se puede decir que fue engendrado por un milagro de la naturaleza...»
"Vasari ", 1550
«Admirable y celestial fue Leonardo […] Quiso la Naturaleza favorecerlo tanto que, allá donde dirigiera su pensamiento, su cerebro y su ánimo mostraban tanta divinidad que no tuvo rival alguno en perfección, buena disposición, vivacidad, bondad, belleza y gracia»
"Lomazzo ", 1590
«En el dar la luz Leonardo muestra haberse guardado siempre de darla demasiado clara, y así reservarla para mejor lugar, y ha tratado de hacer muy intenso lo oscuro, para lograr los extremos. Y con tal arte ha conseguido en los rostros y cuerpos, que ha hecho verdaderamente admirables, todo lo que puede hacer la naturaleza. Y en esta parte ha sido superior a todos, de manera que en una palabra podemos decir que la luz de Leonardo es divina».
La última cena, detalle, 1497, Milán, Santa Maria delle Grazie
Numerosos autores posteriores han valorado el genio de Leonardo, como puede verse en el ejemplo de Goethe y Delacroix:
«Leonardo se revela grande sobre todo como pintor. Regular y perfectamente formado, parecía, en las comparaciones de la humanidad común, un ejemplar ideal de ésta. Del mismo modo que la claridad y la perspicacia de la vista se reflejan más apropiadamente en el intelecto, así la claridad y la inteligencia eran propias del artista. No se abandonó nunca al último impulso de su propio talento originario e incomparable y, frenando todo impulso espontáneo y casual, quiso que todo fuese meditado una y otra vez ».
Goethe (Italienische Reise, 1816-1829)
Leonardo «llega sin errores, sin debilidades, sin exageraciones y casi de un brinco al naturalismo juicioso y sabio, alejado por igual de la imitación servil y de un ideal huero y quimérico. ¡Cosa extraña! El más metódico de los hombres, el que, entre los maestros de su tiempo, más se ocupó de los métodos de ejecución, que los enseñó con tanta precisión que las obras de sus mejores alumnos se han confundido siempre con las suyas, este hombre, cuya “manera” es tan característica, no tiene “retórica”. Siempre atento a la naturaleza, consultándola sin tregua, no se imita jamás a sí mismo; el más docto de los maestros es también el más ingenuo, y ninguno de sus dos émulos, Miguel Ángel y Rafael, merece tanto como él ese elogio ».
Delacroix (Journal, 1857-1863)
El interés por Leonardo nunca se ha satisfecho. Las multitudes aún hacen cola por ver sus obras más famosas. Sus dibujos más famosos se divulgan en camisetas, y los escritores actuales, como Vasari en su tiempo, siguen maravillándose de su genio y especulan sobre su vida privada y, particularmente, sobre lo que alguien tan inteligente pensaba realmente.
Legado. Los manuscritos de Leonardo da Vinci
Después de la muerte de Leonardo, y al haberlo estipulado así en su testamento, algunos libros, todos sus cuadernos de notas, dibujos y otros papeles, que reflejaban cabalmente su obra y pensamiento, quedaron bajo la custodia de su fiel discípulo Francesco Melzi.
Melzi, quien, consciente de la magnitud de la obra del maestro, se entregó a la ardua tarea de ordenar y catalogar las miles de hojas con anotaciones y dibujos de diversa índole, escritas por ambas caras, salpicadas de numerosas ideas, dibujos y bocetos. Objetivo que logró satisfactoriamente, en la tranquilidad de su hermosa villa en Vaprio d'Adda, una localidad cerca de Milán, lugar a donde llevó su valiosa herencia, dándole al legado de su maestro una unidad bastante notable, utilizando para ello, un criterio lógico y simple. De lo recopilado, el resultado más coherente y terminado fue su "Tratado de la pintura", cuyo contenido se transcribió, años más tarde, a lo que se llamó el Códice de Urbino, conservado hasta hoy en la biblioteca del Vaticano.
Lamentablemente, lo que parecía ya seguro en manos de Melzi, comenzará a fragmentarse, lentamente, a partir de su muerte, acaecida en 1570, cuando sus bienes se reparten entre sus 5 hijos. Orazio Melzi, uno de ellos, fue quien se quedó con la totalidad de los cuadernos y papeles ordenados por su padre, pero ignorando el valor de estos y no sabiendo que hacer con ellos, los amontonó en una bodega, donde permanecieron deteriorándose.
En algún momento fueron hallados por Lelio Gavardi, preceptor de la Casa Melzi. Como juzga muy bien la importancia del descubrimiento, piensa en la manera de llevarse parte de este tesoro. Así, al poco tiempo, logra sustraer 13 manuscritos. Con el plan de obtener algún beneficio económico, intenta venderlos a algunos personajes notables, pero fracasa en varias oportunidades. Ya preocupado, y a causa de la intervención de un tercero, decide devolverlos. De esta forma comienza el ir y venir de los documentos y otros más, a manos de distintos interesados e inescrupulosos que se habían enterado del importante hallazgo, generándose la ya mencionada y ominosa fragmentación, y la inexorable dispersión de lo laboriosamente conseguido por Francesco Melzi.
Los destinos de los manuscritos fueron tomando, con el curso del tiempo y las circunstancias de la historia, diversos caminos. Hoy los principales manuscritos de Leonardo se encuentran repartidos por varios países. En Europa se distribuyen entre Italia, Francia, Inglaterra y España. Y en el nuevo mundo, podemos hallarlos en Estados Unidos. En tanto hojas sueltas están aún dispersas en distintos lugares del Viejo Continente.
Los Códices
En Italia
Detalle del Códice sobre el vuelo de los pájaros en escritura especular. Se escribe en dirección opuesta a la normal ("al revés") y aparece normal cuando es reflejada en un espejo.
- Códice Atlántico. Período comprendido entre 1483-1518. 1200 páginas distribuidas en 400 cartones de gran formato (Atlanticus, por el tamaño de los atlas, no por el océano). Ha sido restaurada y conservada en 12 volúmenes. Contenido: Misceláneo. Canales de navegación, máquinas de guerra, maquinas varias, fortificaciones. Este códice fue el resultado lamentable de la intervención del milanés Pompeo Leoni, escultor oficial del rey Felipe II, y coleccionista de obras de arte, quien, después de meticulosas indagaciones, que le llevaron a conseguir varios manuscritos, recortó las distintas hojas, les dio un orden según su propio criterio y las pegó en grandes cartones para darles mayor valor comercial.
- Códice Trivulziano. Realizado en 1489.
- Códice sobre el vuelo de los pájaros. Realizado en 1505.
12 Manuscritos. De la A a la M. (En la clasificación en latín se omite, intencionalmente, el uso de la J, puesto que en esta lengua muerta, no existe.)
( ms. = manuscriptum )
- ms.A Realizado probablemente en 1492.
- ms.B Realizado en 1489.
- ms.C Realizado en 1490.
- ms.D Realizado en 1508.
- ms.E Realizado entre 1513-1514.
- ms.F Realizado entre 1508-1509.
- ms.G Realizado entre 1510-1516.
- ms.H Realizado entre 1493-1494.
- ms.I Realizado entre 1497-1499.
- ms.K Realizado los años 1504,1509,1512.
- ms.L Realizado en 1497 y entre 1502-1503.
- ms.M Realizado en 1500.
- ms. Ashburnham 2038 (Dedicado por entero a la pintura, hojas extraídas del ms.A)
- ms. Ashburnham 2037 (Compuesto de hojas extraídas del ms.B)
- Códice Forster I. Realizado en 1505.
- Códice Forster II. Realizado entre 1495-1497.
- Códice Forster III. Realizado entre 1490-1493.
- Códice Arundel 263. Realizado entre 1504-1516.
- Códice Leicester (Posteriormente Hammer). Realizado entre 1504-1506. Adquirido en 1994 por Bill Gates, por 25 millones de dólares.
- Códice Madrid I. Realizado en 1493.
- Códice Madrid II. Realizado en 1491.
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