MIGUEL ANGEL BUENARROTTI (1475-1564)




El final de la Edad Media se señala con la caída en 1453 de Constantinopla, y la desaparición  del Imperio Bizantino, en poder ahora de los turcos. A partir de este hecho, comienza una serie de cambios en todos los órdenes de la cultura, que modificó e influyó notablemente  en todos los pueblos de Occidente, y que se engloba bajo el nombre de Renacimiento.

Entre los siglos XV y XVI se produjo en Europa una especie de renovación intelectual, que indujo a los afectados a ver la vida de desde otra óptica más abierta, más iluminada , muy opuesta a la acostumbrada durante diez siglos, en que duró la Edad Media.


El Renacimiento fue un movimiento intelectual y espiritual, por el cual las artes, la literatura, las ciencias, la letras, la propia vida de los pueblos tomaron un cambio relevante hacia la búsqueda de la belleza y la verdad.


Las causas que originaron este trascendental cambió fueron múltiples, algunos de tipo material y otros de tipo religioso.


La riqueza fue la primera causa que permitió una espléndida floración de artistas y pensadores. Al comenzar la edad moderna, había tres clases sociales: los nobles, el clero y la burguesía, o sea los habitantes de la ciudades que ya poseían una buena posición económica productos de su comercio. Luego con el surgimiento de las industrias apareció la clase proletaria u obrera. La gente estaba libre de miseria y de presión feudal, propia de la edad media. Las primeras ciudades que resplandecieron por este crecimiento cultural, fueron: Valencia, Florencia, Roma y Milán. El dinero era muy abundante, se comenzaron con grandiosos proyectos comerciales y edilicios, como hermosos palacios, las damas lucían su ropa y joyas y los artistas eran  venerados , respetados y protegidos. Todos los artistas tenían su "mecenas" es decir, su señor (Papa, Rey, Príncipe) que lo mantenía con dinero, comida y vivienda. Además después de la toma de Constantinopla, los griegos trasladaron su cultura a Italia, y con la invención de la imprenta y el perfeccionamiento del papel, se pudo difundir todo su saber. Además muchos sabios, también del imperio vencido, fueron arrimándose a Italia. Las cruzadas también permitieron la unión entre oriente y occidente, fomentando todo este proceso cultural. Todo este profundo cambio, no sólo afectó a la gente de los pueblos, sino también la iglesia fue incluida en este movimiento, haciendo que su prestigio medieval, pierda popularidad. La autoridad del Papa, ya no era a veces, reconocida, y muchas veces sus mandatos no fueron escuchados.


Los trabajadores italianos buscaron afanosamente todo tipo de "reliquias" del mundo antiguo, cualquier pedazo de mármol labrado, estatua, utensilio, era valioso, y podían recibir como pago, el peso del elemento encontrado, en oro. Lo clásico se puso de moda. Se comenzó a escribir griego y latín, que estaban olvidados. Así como en la Edad Media había una búsqueda permanente de los espiritual y místico, tratando de llegar a Dios, ahora existía un exagerado amor a la belleza  natural. Se valorizó lo corpóreo, el cuerpo desnudo del hombre, actitud que el siglo XIII hubiese sido censurado indiscutiblemente. Numerosas anécdotas recuerdan la  reverencia hacia los artistas de esta época. Por ejemplo Carlos I, dueño de media Europa, se agachó a recoger un pincel que se le había caído a Ticiano, en su presencia. La admiración por el genio era total y plena.


El Renacimiento fue una lucha permanente por superar la belleza, el ingenio, la audacia y el valor.


En las artes, sobresalió en forma contundente un pintor, escultor y arquitecto, llamado Miguel Angel Buonarrotti, conocido como Michelangelo.





Nació el 6 de marzo de 1475 en un pueblo cercano a Florencia, por lo cual mantuvo fuertes lazos con esta ciudad que podríamos considerarlo como prácticamente un florentino. También paso mucho tiempo en Roma, pero su cuerpo descansa en la Iglesia de Santa Croce en Florencia, según expresas indicaciones del artista.


Su padre era un oficial florentino al servicio de la familia Médicis, por lo que su hijo de 13 años de edad se paseaba por los jardines de esta familia estudiando esculturas antiguas. Enseguida Michelangelo sintió una fuerte atracción por este arte  y además pudo relacionarse con diversos artistas contemporáneos que acudían a las fiestas que Lorenzo el magnífico organizaba. También conoció a los Médicis más chicos, dos de los cuales llegaron a ser Papas, León X y Clemente VII.


A los 16 años ya había realizado dos obras en relieve: El Combate de Lapitas y Los Centauros de la Virgen de la Escalera, donde demostró su increíble habilidad como escultor. Al morir Lorenzo, su mecenas, Miguel Angel se establece en Bolonia y allí esculpe 3 estatuas en mármol para el Arca de Santo Domingo en la catedral del mismo nombre.


De allí se dirigió a Roma donde realizó la escultura a gran escala de Baco, uno de los pocos temas paganos , no cristianos que este maestro esculpió.


Entre 1498 y 1500 esculpió en mármol la monumental obra de la: Piedad para San Pedro en el Vaticano, la terminó antes de los 25 años y aún se conserva en su lugar original.





Cuando regresa a Florencia esculpe en mármol el: David gigantesca  obra  de 4.34 m. de altura, que tardó 3 años para acabarla. Con esta obra Miguel Angel confirmó su talento y demostró a  sus colegas  contemporáneos que los había superado notablemente, como así también había dejado atrás a todos los artistas antiguos del periódo greco -


romano.





El Papa Julio II le encarga el trabajo de construir su tumba planeada para ser la más grande y magnífica de toda la cristiandad, la cual sería construida en la Basílica de San Pedro. Miguel Angel comenzó su tarea con gran entusiasmo, ya que era un verdadero desafío, porque incluía la talla de más de 40 figuras, pasando varios meses en las canteras de Carrara para obtener el mármol necesario. Con el tiempo la escasez de dinero llevó al Papa a desistir  de esta obra a favor del proyecto de pintar la bóveda de la capilla Sixtina.


Aquí Miguel Angel pintó nueve escenas del Libro Génesis, comenzando por la Separación de la Luz y las Tinieblas, luego la Creación del Sol y la Luna, Creación de los Arboles y las Plantas, la Creación de Adán y Eva, El Pecado Original, El Sacrificio de Noé, El Diluvio Universal, y por último la Embriaguez de Noé.  Estas son las escenas principales las cuales se alternan con diversos temas del Antiguo Testamento y de los antepasados de Cristo. Michelangelo debió pintar acostado de espaldas al suelo sobre un elevado andamiaje, lo cual le dificultó muchísimo plasmar esta obra. Miguel Angel prefería la escultura a la pintura. Pintar el techo de la Capilla Sixtina, le llevó 4 años y medio. En un principio tenía ayudantes, pero como no estaba conforme con sus trabajos, decidió seguir solo. La mayoría del tiempo estaba acostado cerca del techo, que no alcanzaba a ver lo que estaba haciendo.





En 1515 retoma la tumba de Julio II, pero la rediseña a una escala mucho menor y logró terminar algunas de las figuras entre la que se destaca el patriarca: Moisés. Esta obra es la figura central de la nueva tumba, hombre musculoso, con una larga barba, en posición vigilante dentro del nicho, sosteniendo las Tablas de la Ley con sus poderosas manos.


Otras dos estatuas dedicadas a esta tumba fueron: El Esclavo Moribundo y El Esclavo Rebelde, que son como seres atrapados en el mármol.





Como arquitecto diseño la fachada de la Iglesia de San Lorenzo en Florencia, que nunca se realizó, al igual diseño una sala de lectura para una Biblioteca vecina de esta Iglesia, pero que su obra no fue acabada hasta varias décadas después.





En Florencia entre 1519 y 1534 se dedica a construir las tumbas de los Médicis en la Sacristía de San Lorenzo. Son dos tumbas una para Lorenzo y la otra par Giuliano. Dispuso sobre ellas figuras desnudas personificando a la Aurora y el Crepúsculo, el Día y la Noche. Estos trabajos continuaron mientras Miguel Ángel estaba en Roma, fue su última obra en esta ciudad.





En Roma, en 1536 Miguel Angel se dispuso a pintar el Juicio Final para decorar la pared situada detrás del altar de la Capilla Sixtina.La obra cumbre como arquitecto fue la Basílica de San Pedro en el Vaticano, con una impresionante cúpula, que se convirtió en modelo para todo el mundo occidental.





Vivió hasta los 88 años. Siempre sirviendo al arte, Ludovico Ariosto escribió: "Miguel Angel, más que mortal, divino".








OTRA BIOGRAFIA


(Caprese, actual Italia, 1475-Roma, 1564)





Escultor, pintor y arquitecto italiano. Habitualmente se reconoce a Miguel Ángel como la gran figura del Renacimiento italiano, un hombre cuya excepcional personalidad artística dominó el panorama creativo del siglo XVI y cuya figura está en la base de la concepción del artista como un ser excepcional, que rebasa ampliamente las convenciones ordinarias.





Durante los cerca de setenta años que duró su carrera, Miguel Ángel Buonarrotti cultivó por igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en cada una de estas facetas artísticas.





Sus coetáneos veían en las realizaciones de Miguel Ángel una cualidad, denominada terribilità, a la que puede atribuirse la grandeza de su genio; dicho término se refiere a aspectos como el vigor físico, la intensidad emocional y el entusiasmo creativo, verdaderas constantes en las obras de este creador que les confieren su grandeza y su personalidad inimitables.





La vida de Miguel Ángel Buonarrotti transcurrió entre Florencia y Roma, ciudades en las que dejó sus obras maestras. Aprendió pintura en el taller de Ghirlandaio y escultura en el jardín de los Médicis, que habían reunido una excepcional colección de estatuas antiguas.





Miguel Ángel dio sus primeros pasos haciendo copias de frescos de Giotto o de Masaccio que le sirvieron para definir su estilo. En 1496 se trasladó a Roma, donde realizó dos esculturas que lo proyectaron a la fama: el Baco y la Piedad de San Pedro. Esta última, su obra maestra de los años de juventud, es una escultura de gran belleza y de un acabado impecable que refleja su maestría técnica.





Al cabo de cinco años Miguel Ángel regresó a Florencia, donde recibió diversos encargos, entre ellos el David, el joven desnudo de cuatro metros de altura que representa la belleza perfecta y sintetiza los valores del humanismo renacentista.





En 1505, cuando trabajaba en el cartón preparatorio de la Batalla de Cascina (inconclusa) para el Palazzo Vecchio, el papa Julio II lo llamó a Roma para que esculpiera su tumba; Miguel Ángel trabajó en esta obra hasta 1545 y sólo terminó tres estatuas, el Moisés y dos Esclavos; dejó a medias varias estatuas de esclavos que se cuentan en la actualidad entre sus realizaciones más admiradas, ya que permiten apreciar cómo extraía literalmente de los bloques de mármol unas figuras que parecían estar ya contenidas en ellos.





Julio II le pidió también que decorase el techo de la capilla Sixtina, encargo que el artista se resistió a aceptar, puesto que se consideraba ante todo un escultor, pero que se convirtió finalmente en su creación más sublime. Alrededor de las escenas centrales, que representan episodios del Génesis, se despliega un conjunto de profetas, sibilas y jóvenes desnudos, en un todo unitario dominado por dos cualidades esenciales: belleza física y energía dinámica.





En 1516, Miguel Ángel regresó a Florencia para ocuparse de la fachada de San Lorenzo, obra que le dio muchos quebraderos de cabeza y que por último no se realizó; pero el artista proyectó para San Lorenzo dos obras magistrales: la Biblioteca Laurenciana y la capilla Medicea o Sacristía Nueva.





Ambas realizaciones son en el aspecto arquitectónico herederas de la obra de Brunelleschi, aunque la singular escalera de acceso a la biblioteca, capaz de crear un particular efecto de monumentalidad en el escaso espacio existente, sólo puede ser obra del genio de Miguel Ángel. La capilla Medicea alberga dos sepulturas que incluyen la estatua del difunto y las figuras magistrales del Día, la Noche, la Aurora y el Crepúsculo.





En 1534, Miguel Ángel se estableció definitivamente en Roma, donde realizó el fresco del Juicio Final en la capilla Sixtina y supervisó las obras de la basílica de San Pedro, en la que modificó sustancialmente los planos y diseñó la cúpula, que es obra suya. Su otra gran realización arquitectónica fue la finalización del Palacio Farnesio, comenzado por Sangallo el Joven.





Obras de Miguel Ángel


Baco (h. 1496-1497; Museo del Bargello, Florencia)


Piedad (1498-1499; San Pedro del Vaticano, Roma)


Batalla de Cascina (1504-1505; copia en Earl of Leicester Coll)


Tondo Doni (1504-1506; Uffizi, Florencia)


techo de la capilla Sixtina (1508-1512; Vaticano, Roma)


Esclavos (h. 1513; Museo del Louvre, París)


Moisés (h. 1515; San Pietro in Vincoli, Roma)


capilla Medícea (1520-1534; San Lorenzo, Florencia)


Juicio Final (1536-1541; capilla Sixtina del Vaticano, Roma)


Conversión de san Pablo (1542-1550; capilla Paulina del Vaticano, Roma)


Crucifixión de san Pedro (1542-1550; capilla Paulina del Vaticano, Roma)


Piedad de Palestrina (1553-1555; Galería de la Academia, Florencia)


cúpula de san Pedro del Vaticano (h. 1560; Roma)


Puerta Pía (1561; Roma)


Palacio Farnesio (Roma)



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