Helenio Herrera
Helenio Herrera (1916-1997), jugador y entrenador argentino (nacionalizado francés) de fútbol, uno de los personajes más controvertidos y pintorescos que ha dado este deporte.
Helenio Herrera Gavilán nació el 19 de abril de 1916 en Buenos Aires y era hijo de emigrantes españoles. Su carrera como jugador se inició en 1931, en el equipo juvenil del Boca Juniors. Tras emigrar con su familia a Casablanca, jugó en el Racing de esta ciudad marroquí (entonces francesa). Pasó después a Francia, cuya nacionalidad adoptó, para militar en diversos clubes (Stade Français, Red Star y Charleville), llegando incluso a ser internacional con Francia en dos ocasiones.
Pero Herrera destacó sobre todo como entrenador. Tras obtener el título en 1945, dirigió al Valladolid en 1948. Pasó después al Atlético de Madrid, al que condujo a la consecución de dos títulos consecutivos de la Liga española (1950 y 1951). Tras abandonar el club madrileño en 1953, ocupó los banquillos del Málaga, Deportivo de La Coruña, Sevilla y Os Belenenses (este último en Portugal), hasta ser contratado, en 1958, por el Barcelona. Entrenó hasta 1960 al club catalán (plagado de grandes figuras del fútbol internacional como Luis Suárez, Ladislao Kubala, Antonio Ramallets y Zoltan Czibor, entre otros) y ganó con él dos títulos de Liga (1959 y 1960), una Copa de España (1959) y una Copa de Ferias (1960).
En 1960 marchó a Italia tras ser contratado por el Inter de Milán. Permaneció en este club hasta 1968 y le condujo a vivir la mejor etapa de su historia, avalada por la consecución de dos Copas de Europa (1964 y 1965), dos Copas Intercontinentales (1964 y 1965) y tres títulos de la Liga italiana (1963, 1965 y 1966). Luis Suárez (fichado por el Inter en 1961 por recomendación del propio Herrera) y Sandro Mazzola eran las grandes figuras de aquel equipo. Durante esta etapa simultaneó la dirección de su club con el cargo de seleccionador nacional de España, a cuyo combinado dirigió en la Copa del Mundo disputada en 1962 en Chile. Tras entrenar a Roma y Rímini, problemas de salud le alejaron de los campos durante varios años. Durante dos breves periodos (en 1980 y en la temporada 1980-1981) regresó al banquillo del Barcelona (y todavía logró la Copa del Rey en 1981). Tras instalarse en Venecia, impartió cursos de entrenadores por cuenta de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA). Falleció el 9 de noviembre de 1997 en dicha ciudad italiana.
Buena parte de sus éxitos se debieron a la atención que prestó a la preparación psicológica de sus jugadores, aspecto en el que fue pionero. Curioso y polémico en sus manifestaciones, dejó frases que han pasado al lenguaje futbolístico, tales como “este partido lo ganamos sin bajarnos del autobús” o la más famosa de todas, aludiendo a las expulsiones, “con diez se juega mejor que con once”.
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