Biografía de Roberto Baggio

Roberto Baggio

El delantero Roberto Baggio fue una de las figuras más brillantes de la Copa del Mundo de 1994. Aunque de complexión ligera, posee una técnica excelente y fue elegido mejor futbolista del año en 1993.

Roberto Baggio (1967- ), jugador italiano de fútbol. Nacido en Caldogno (Vicenza), empezó su carrera como futbolista en el Lanerossi Vicenza, en el que jugó, en la Serie C1 italiana, desde 1982 hasta 1985. Este último año fichó por la Fiorentina y en 1990, convertido en una de las más firmes promesas de su país, fue contratado por la Juventus de Turín. Este hecho provocó tres días de manifestaciones y disturbios en Florencia. Con su nuevo equipo conquistó la Copa de la UEFA en 1993, año en el que, además, fue galardonado por la revista francesa France Football con el Balón de Oro que le acreditaba como mejor futbolista de cuantos actuaban en competiciones europeas. Un año después recibió el Balón de Plata y en 1995 ganó el título de la Serie A italiana y llegó a la final de la Copa de la UEFA (que la Juventus perdió ante el también equipo italiano del Parma). En julio de 1995 fue traspasado al AC Milan (con el que consiguió también el triunfo en la Liga de su país en 1996) y, dos años más tarde, fue contratado por el Bolonia. Tras disputar una sola campaña con este club, en 1998 pasó a formar parte de la plantilla del Inter de Milán, que también integraban jugadores de la calidad de Ronaldo, Iván Zamorano y Diego Pablo Simeone, entre otros. Nada más iniciarse la temporada 2000-2001 recibió la carta de libertad del Inter, por lo que en septiembre de 2000 firmó por el Brescia.

Desde su demarcación preferida, la de media punta, Baggio interpreta el fútbol a partir de la fantasía y del talento. Magnifico pasador, su depurada técnica, su hábil regate y su eficacia ante el marco contrario le hicieron triunfar en la difícil competición de su país. Con la selección nacional absoluta italiana participó en tres fases finales de la Copa del Mundo, las disputadas en 1990 en Italia, en 1994 en Estados Unidos y en 1998 en Francia. En la segunda de ellas marcó cinco goles y condujo a Italia hasta la final; ésta enfrentó a su combinado nacional con Brasil y, tras acabar el partido con empate a cero goles, tuvo que dilucidarse desde el punto de penalti. Baggio falló su lanzamiento y empañó, sólo en parte, las sensacionales actuaciones que había cuajado en el transcurso de la competición.