Felipe V
El francés Jean Ranc pintó este retrato
ecuestre del rey de España Felipe V, que se encuentra en el madrileño Museo del
Prado, hacia 1723. Nieto del monarca francés Luis XIV, Felipe de Anjou se
convirtió en el primer Borbón que se coronó rey español, no sin vencer en la
llamada guerra de Sucesión al candidato de la Casa de Habsburgo: el archiduque
Carlos, el cual, como Carlos VI, accedería al título de emperador del Sacro
Imperio.
Felipe V (1683-1746), rey de España
(1700-enero de 1724; agosto de 1724-1746), de origen francés, primer monarca de
la Casa de Borbón, la cual sustituyó a la Casa de Habsburgo en el reinado sobre
los territorios españoles gracias al testamento definitivo del último rey de
ésta, Carlos II.
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EL LINAJE DE FELIPE V Y SU ACCESO AL
TRONO
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Guerra de Sucesión española
El mapa muestra los territorios europeos
inmersos en la guerra de Sucesión española (1702-1714), incluidas las
posesiones perdidas por el rey Felipe V tras la firma del Tratado de Utrecht
que ponía fin a la misma.
Nieto del monarca francés
Luis XIV y bisnieto del rey español Felipe IV, era el segundo hijo del gran
delfín (heredero del trono francés) Luis y de María Ana Cristina de Baviera.
Nació en Versalles, el 19 de diciembre de 1683. Hasta su acceso al trono
español, fue más conocido por el título regio francés de duque de Anjou, o
también, simplemente, como Felipe de Anjou. De su primera esposa, María Luisa
Gabriela de Saboya, con quien contrajo matrimonio (ya como rey español) en
1701, tuvo cuatro hijos, de los cuales sobrevivirían solamente dos: Luis (rey
efímero de España como Luis I) y Fernando, que sucedería al padre a su muerte
como Fernando VI. Casó en segundas nupcias con Isabel de Farnesio (1714), que
le dio siete hijos: entre ellos, el que sería Carlos III, y Felipe, con el
tiempo duque de Parma.
Aunque fue jurado como rey
por las Cortes castellanas y catalanas, conflictos dinásticos entre Habsburgos
y Borbones así como la alineación de los antiguos reinos de la Corona de Aragón
en favor de los Austrias (nombre por el que son también conocidos los miembros
españoles de la Casa de Habsburgo), desencadenaron la Guerra de Sucesión
española, a la vez peninsular, europea y colonial. Acabada ésta en 1714, por
los tratados de Utrecht y de Rastadt la monarquía española perdió los
territorios europeos en Italia y en los Países Bajos que tanto habían costado
económica y humanamente a Castilla durante los siglos anteriores, pero se
afianzó su poder en los restantes dominios españoles.
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LA POLÍTICA INTERIOR
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Por enajenación temporal, por
exigencias de su religiosidad o por aspirar al reino de Francia, o por todas
estas causas a la vez, en enero de 1724 Felipe V tuvo la extraña ocurrencia de
abdicar de su corona de forma inesperada y con votos solemnes de no retorno.
Tras la muerte temprana de Luis I, en agosto del mismo año, Felipe volvió a
reinar. A pesar de las condiciones personales y de su enfermedad, que le sumía
en intermitentes y largas demencias, supo elegir a sus ministros: desde los
primeros gobiernos franceses, seguidos por el de Julio Alberoni y, tras la
aventura del barón de Ripperdá, por los ministros españoles, entre los que
destacó, por su programa de gobierno interior y por su acción diplomática, José
Patiño. Actuaban desde las secretarías de Estado y de Despacho, el equivalente
más cercano a los ministerios posteriores, que suplantaron a los consejos del
régimen polisinodial de los Austrias, reservados para honores y consideraciones
pero vaciados de poder, a excepción del Consejo de Castilla, creciente en sus
atribuciones. Por ello, la oposición a los gobiernos de Felipe V provino
siempre de los nobles relegados.
Durante su largo reinado,
consiguió cierta reconstrucción interior en lo que respecta a la Hacienda, al
Ejército y a la Armada, prácticamente recreada por exigencias de la explotación
racional de las Indias y como medio inevitable para afrontar las rivalidades
marítimas y coloniales de Inglaterra. El logro fundamental, no obstante, fue el
de la centralización y unificación administrativa y la creación de un Estado
moderno, sin las dificultades que supusieran antes los reinos históricos de la
Corona de Aragón, incorporados al sistema fiscal y con sus fueros y derecho
público (no así el privado) abolidos con la aplicación de los Decretos de Nueva
Planta y de un cierto derecho de conquista. Se gobernó España desde Madrid.
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LA POLÍTICA EXTERIOR
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La acción exterior estuvo
determinada, en un primer momento, por el revisionismo de las decisiones de
Utrecht, por los intereses maternales de Isabel de Farnesio, empeñada en lograr
acomodo para sus hijos en Italia, y por la alianza familiar con Francia (firma
de los dos primeros Pactos de Familia, en 1733 y 1743, respectivamente). Patiño
supo manejar todos estos factores, integrados por él en un programa nacional.
Por los compromisos en las guerras de Sucesión polaca (1733-1735) y austriaca
(1740-1748), y por la acción del Ejército español aliado con el francés, el
hijo mayor de Isabel de Farnesio, Carlos, se convirtió en rey de Nápoles y
Sicilia —más tarde llegó a ser rey de España como Carlos III—, y el otro,
Felipe, en duque de Parma, Plasencia (Piacenza) y Guastalla. De otro lado, la
política exterior del primer monarca Borbón español fracasó en los intentos de
recuperar Menorca y Gibraltar. Felipe V falleció el 9 de julio de 1746, en
Madrid.
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