Alfredo el Grande (849- 899), rey de
Wessex (871-899). Nacido en Wantage, al sur de Inglaterra, Alfredo era el más
joven de los cinco hijos del rey Ethelwulf. A la muerte de su hermano Ethelred
I, Alfredo fue nombrado rey, accediendo al trono durante una invasión danesa.
Aunque logró establecer la paz con los daneses, éstos reiniciaron sus
expediciones de rapiña cinco años más tarde, y a comienzos del 878, obtuvieron
éxitos en casi todos sus ataques. Hacia la Pascua de ese año, Alfredo se
refugió en Athelney y comenzó a reunir un ejército. A mediados de ese año
derrotó a los daneses y capturó su plaza fuerte, probablemente la actual
Edington. Durante los catorce años siguientes, Alfredo pudo dedicarse a los
asuntos internos de su reino. En torno al año 886 había tomado la ciudad de
Londres y poco tiempo después fue reconocido como rey de toda Inglaterra.
En el 893 los daneses volvieron a
invadir Inglaterra y los cuatro años siguientes estuvieron marcados por la
guerra. Con el tiempo, los daneses fueron obligados a retirarse del dominio de
Alfredo. Al ser el único gobernante que resistió las invasiones danesas con
éxito, Alfredo convirtió su reino en el punto de concentración para todos los
sajones, creando de este modo las raíces para la unificación de Inglaterra.
Alfredo fue un protector del saber e
hizo mucho en favor de la instrucción de su pueblo. Inició un aula palatina e
invitó a sabios británicos y extranjeros, especialmente al monje galés Asser y
al filósofo y teólogo de origen irlandés Juan Escoto Eriúgena , a instalarse en
su país. Alfredo tradujo al inglés obras tales como la Consolación de la
Filosofía, del político y filósofo romano Boecio, la Historia adversus
paganos del obispo español Paulo Orosio, y Pastoral del papa
Gregorio I. La legislación de Alfredo, la primera en promulgarse en más de un
siglo, fue la primera que no estableció distinciones entre los ingleses y los
galeses.
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