Atahualpa del Cioppo
(1905-1996), director de teatro y pedagogo uruguayo, considerado uno de los
pilares básicos del actual teatro latinoamericano junto a Enrique Buenaventura,
Santiago García y Augusto Boal.
Su trayectoria
profesional aparece vinculada, casi en su totalidad, a la gestión y dirección
de los espectáculos del teatro El Galpón. Sus montajes, siempre elegantes y
polémicos, abundan en comparaciones históricas, citas visuales refinadas e
imágenes cercanas y bellas. Son espectáculos abiertos, siempre ocupados en
comprender y transformar la realidad. El teatro uruguayo de la segunda mitad
del siglo XX y por extensión el latinoamericano (y en algunos casos el español)
son herederos directos de sus enseñanzas.
A finales de la
década de 1970 y principios de la de 1980, por presiones de los militares
uruguayos, El Galpón y Atahualpa tuvieron que dejar la sala, sus casas y en
algunos casos sus familias para salir del país y trasladarse como grupo teatral
asilado en México. Este exilio, que se prolongó por varios años, no pudo acabar
con su producción teatral y teórica.
Durante muchos años
la mayoría de sus montajes recurrían a textos de Bertolt Brecht, por ejemplo: Un
hombre es un hombre (1926), La vida de Galileo Galilei (1938-1939), El
círculo de tiza caucasiano (1944-1945), El señor Puntilla y su criado
Matti (1948) y Schweik en la II Guerra Mundial (1978). También dirigió
espectáculos escritos por autores uruguayos como Mario Benedetti. Después de
algunos montajes de obras del absurdo o líricas, se centró en la producción de
teatro épico.
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