Biografía de Gengis Kan




Esta miniatura india del siglo XVI muestra al gran conquistador mongol Gengis Kan repartiendo su Imperio entre sus hijos. Sus importantes conquistas le permitieron crear un Imperio mongol sin parangón con ningún otro en la historia. Sus dominios quedaron divididos posteriormente en numerosos kanatos, tales como la Horda de Oro, en el Oeste, y el imperio de la dinastía Yuan de Kublai Kan, en el Este.

Gengis Kan, nombre por el que es conocido Timuyin (c. 1167-1227), conquistador mongol, sus ejércitos nómadas crearon un vasto Imperio bajo su poder que se extendía desde China hasta Rusia. Nació cerca del lago Baikal (en la actual Rusia), hijo de Yesugei, jefe y dirigente mongol de una extensa región entre el río Amur y la Gran Muralla china. A la edad de trece años, Timuyin sucedió a su padre como jefe tribal. Su temprano reinado se vio marcado por las sucesivas revueltas de sus tribus y por una intensa lucha por mantener su liderazgo, pero el dirigente mongol mostró muy pronto su capacidad militar y no sólo conquistó a sus indisciplinados súbditos sino también a sus hostiles vecinos, asesinando despiadadamente a todos los que se le oponían. En 1206 Timuyin ya era el dueño de casi toda Mongolia. Ese mismo año, la asamblea de las tribus dominadas le proclamaron Gengis Kan (chêng-sze, en chino ‘guerrero valeroso’ en turco khān, ‘señor’), líder de las tribus mongoles y tártaras unidas, y la ciudad de Karakorum (Karakoram) fue designada como su capital.
Fue entonces cuando el kan inició la conquista de China, con el pretexto de buscar un lugar de pasto para sus caballos en los fértiles campos chinos. En 1208 ya había establecido un punto de apoyo dentro de la Gran Muralla, y en 1213 dirigió a sus ejércitos hacia el Sur y el Oeste y se adentró en el territorio dominado por la dinastía Jin (1122-1234), sin detenerse hasta alcanzar la península de Shandong. En 1215 sus ejércitos tomaron la ciudad de Yenking o Zhong-du (actual Pekín), la última fortaleza china al norte del país, y en 1218 la península coreana cayó en manos de los mongoles.
En 1219, en venganza por el asesinato de algunos comerciantes mongoles, Gengis Kan envió a sus ejércitos hacia el oeste, invadiendo Jwarizm, un extenso Imperio turco formado por los actuales países de Irak, Irán y parte del Turkestán occidental. Los mongoles arrasaron Turkestán y saquearon las ciudades de Bujara y Samarkand, adquiriendo con sus asesinatos fama de espantosa ferocidad. En lo que hoy en día es el norte de la India y Pakistán, los invasores conquistaron las ciudades de Peshawār y de Lahore así como sus territorios próximos. Al parecer, en aquellos años consejeros musulmanes habían enseñado a Gengis a apreciar el valor de las ciudades como fuentes de riqueza. En 1222 los mongoles entraron en lo que es en la actualidad Rusia y saquearon la región que se extendía entre los ríos Volga y Dniéper y desde el golfo Pérsico hasta casi el océano Ártico.
La grandeza del kan como líder militar no sólo se debió a sus conquistas sino también a la excelente organización, disciplina y maniobrabilidad de sus ejércitos. Además, el dirigente mongol fue un admirable hombre de Estado; su Imperio estaba tan bien organizado que, según se decía, los viajeros podían ir desde un extremo a otro de sus dominios sin ningún tipo de temor o peligro. Sin embargo, mostró un salvajismo sin límites hacia sus rivales y enemigos, y utilizó el asesinato como arma habitual en sus conquistas. A su muerte, ocurrida el 18 de agosto de 1227, el Imperio mongol quedó dividido entre sus tres hijos. Cuatro de sus nietos (especialmente Batu Kan y Kublai Kan) se convirtieron en grandes líderes mongoles por propio derecho. Las invasiones de Gengis Kan siguieron gozando de una gran importancia histórica mucho después de su muerte.


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