Nació en Puebla el 24 de abril de 1897. Seis años duró en el poder ejecutivo y su gobierno se manifestó por una generosa tolerancia para lasa creencias religiosas y un absoluto respecto a la ley. Además, fue el creador de la campaña de alfabetización. Y entrego la presidencia el 1° de diciembre de 1946. Murió el 13 de octubre de 1995.
Manuel Ávila Camacho (Teziutlán, Puebla; 24 de abril de 1896 – Ciudad de México; 13 de octubre de 1955). Fue un militar y político mexicano que se desempeñó como el 54° Presidente de los Estados Unidos Mexicanos del 1 de diciembre de 1940 al 30 de noviembre de 1946. El pueblo lo llamó “El Presidente Caballero”.
Fue en la pequeña ciudad de Teziutlán donde nació el Gral. Manuel Ávila Camacho, un 24 de abril de 1896. Ávila Camacho fue el tercer hijo de los nueve procreados por don Manuel Ávila Castillo y doña Eufrosina Camacho Bello. El padre era arriero y la madre se dedicaba al cuidado de su hogar y de su numerosa prole.
Estudios
Efectuó sus estudios primarios en el Liceo Teziuteco, colegio laico que comenzó a tener renombre entre la sociedad de la región. Ávila Camacho no hizo estudios universitarios, pues la Revolución Mexicana apenas le permitió concluir sus estudios de bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria.
Participación en la Revolución Mexicana
En 1914 se unió a la Revolución Mexicana como segundo teniente al mando de tropa y alcanzó el grado de coronel en 1920. Ese mismo año se desempeñó como jefe del estado mayor del general Lázaro Cárdenas quien se desempeñaba como jefe militar y gobernador de Michoacán. Cárdenas y Ávila Camacho se hicieron buenos amigos. El 16 de diciembre de 1925, se casó con Soledad Orozco, originaria de Zapopan, Jalisco.
Para 1929 aparece combatiendo bajo las órdenes de Cárdenas contra la rebelión escobarista, sus acciones en campaña le permitieron alcanzar ese mismo año el grado de general de brigada. En 1933–1934, a horcajadas entre las administraciones de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, Ávila Camacho se desempeñó como oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina, antecedente de la actual Secretaría de la Defensa Nacional, a la que regresaría dos años después para actuar como titular del ramo desde 1936 y hasta 1939, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Ávila Camacho saldría de esa dependencia para ser nombrado candidato a la presidencia de la República, del recién creado Partido de la Revolución Mexicana.
Candidato presidencial
Más temprano de lo que Cárdenas hubiera querido, se desata la carrera de la sucesión. Las fuerzas internas del PNR se orientan por los generales Manuel Ávila Camacho y Francisco J. Múgica. Los grupos anticardenistas postulan a Juan Andrew Almazán por el Partido Revolucionario de Unificación Nacional. Aparentemente, se pensaba que la elección lógica de Cárdenas sería Francisco Múgica. Sin embargo, el presidente hace a un lado a dicho hombre y se decide por un militar moderado, su antiguo y fiel lugarteniente, Manuel Ávila Camacho. Cárdenas mismo reveló los motivos de su decisión.
”El señor general Múgica, mi muy querido amigo, era un radical ampliamente conocido. Habíamos sorteado una guerra civil y soportábamos, a consecuencia de la expropiación petrolera, una presión internacional terrible. ¿Para qué un radical?”
Lázaro Cárdenas
La elección era clara. El general Múgica renuncia a su precandidatura y Ávila Camacho queda como candidato oficial; siendo su contrincante Juan Andrew Almazán, el líder de la oposición que cuenta con el apoyo de muchos sectores anticardenistas. En medio de las movilizaciones, choques, violencia y balazos, Ávila Camacho triunfó en las elecciones del 7 de julio de 1940, con 2 476 641 votos a favor.
Presidente de México (1940 – 1946)
El general Ávila Camacho tomó posesión del cargo la mañana del domingo 1 de diciembre de 1940, en una ceremonia que tuvo lugar en la Cámara de Diputados. En su discurso inaugural el presidente afirmó:
“El clamor de la República entera demanda ahora la consolidación material y espiritual de nuestras conquistas sociales en una economía próspera y poderosa, demanda una era de construcción, de vida abundante y de expansión económica”. Para ello ofreció: “Combatir la pobreza, elevar el nivel nacional, dar garantías a la propiedad rural, defender la salud del pueblo y apoyar a la juventud” y pidió “cooperación y concordia para hacer una Patria más grande”.
Manuel Ávila Camacho en La Suerte de la Consorte de Sara Sefchovich
Política gubernamental
Durante su administración, el discurso oficial fue a favor de la unidad nacional y el modelo socialista fue olvidado. En este periodo se libró la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945); así estaba latente la amenaza del nazifascismo, que pretendía el predominio de las ideas totalitarias de la raza “aria”. El gobierno fue apoyado por organizaciones de diversos ámbitos; de esta manera se manifestaba la unidad nacional. Vicente Lombardo Toledano fue remplazado por Fidel Velázquez para dirigir la Secretaría General de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Se decretó la Ley del Seguro Social y al mismo tiempo se creó el Instituto Mexicano del Seguro Social y diversos centros hospitalarios, como el Hospital Infantil de México y el Instituto Nacional de Cardiología.
La unidad nacional frente al divisionismo político
Como una muestra más de que la Unidad Nacional pretendía erradicar los divisionismos políticos, el 15 de septiembre de 1942, Ávila Camacho convocó una Asamblea de Acercamiento Nacional, a la que fueron invitados todos los expresidentes: Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas. El hecho de reunir en un mismo evento a estos personajes – que a pesar de militar en el mismo Partido de la Revolución, tenían profundas diferencias ideológicas entre sí – llevaba la intención de hacer público el logro de la Unidad Nacional, y de que tal acontecimiento sirviera de ejemplo para quienes aún persistían en la discordia.
Política económica
El gobierno avilacamachista se favoreció debido a su aportación de materias primas agrícolas y minerales para la producción de materiales de guerra. A cambio, recibió maquinaria, herramientas, capitales y créditos, que activaron la industria, la agricultura y la minería. De esta manera, el modelo económico capitalista favoreció a la burguesía, que se convirtió en una clase poderosa y rica.
Política agraria
La política agraria cardenista no tuvo seguimiento. El ejido dejó de ser prioritario y se benefició a los terratenientes que recibieron tierras con sistemas de riego, canales, presas, etc.; se amplió la extensión de tierras en propiedad con carácter de inafectable, por tanto, el reparto agrario quedó suspendido. La Confederación Nacional Campesina (CNC) fue un instrumento del Estado y el campesino despojado de sus tierras. De esta manera esa central campesina apoyaba la política gubernamental.
Política obrera
El político mexicano Fidel Velázquez y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) se sujetaron al gobierno, los obreros ayudaron con motivo a la guerra, y se desatendieron la justicia y el derecho de huelga. Así, el Estado fue el árbitro de la vida sindical.
Educación, ciencia y cultura
En la gestión de Ávila Camacho se canceló la educación socialista, la CNC agrupó al magisterio rural; se creó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que agrupó a la totalidad del personal que laboraba dentro del sistema educativo nacional. Así, la educación y la instrucción fortalecieron la economía, al preparar a individuos para el trabajo eficiente y productivo. El gobierno permitió instituciones educativas privadas y con tendencias religiosas, que proliferaban; se incrementó la matrícula así como las instalaciones en todos los niveles educativos.
Obras públicas
Se amplió la red de carreteras para conectar ciudades importantes, se construyeron vías férreas en diversos lugares de la República Mexicana, se ampliaron las redes de correo y telégrafos, las transmisiones de radio llegaron a un auditorio más numeroso, se edificaron obras de riego y se impulsó la campaña alfabetizadora. También se fundó la Secretaría de Trabajo.
Problemas pendientes
Los problemas pendientes con los Estados Unidos eran, esencialmente, de orden económico: la compensación a las compañías petroleras expropiadas en 1938 y el pago de las deudas externa y ferrocarrilera. El gobierno ajustó la economía y así tuvo estrecha cooperación con su vecino, empeñado en ganar la guerra. Este apoyo continuó: Estados Unidos redujo un 20% aproximadamente la deuda externa de México, a cambio, se devaluó el peso $4.85 por dólar, de esa manera el gobierno estadounidense pudo adquirir materias primas y mercancías a un menor costo.
Acuerdo bilateral de comercio
Otro aspecto importante en las relaciones mexicano – estadounidense en tiempos de Ávila Camacho fue un acuerdo comercial, firmado en diciembre de 1942. Mediante el convenio con México, el gobierno de Estados Unidos tendría la venta exclusiva de toda la producción exportable de materiales estratégicos para la guerra y de fibras duras; en cambio, Estados Unidos se comprometía a vender a México productos necesarios para su desarrollo industrial.
México en la Segunda Guerra Mundial
El 13 de mayo de 1942 el buque mexicano Potrero del Llano fue hundido cerca a las costas de Florida] en el Golfo de México. Ante este hecho, México demanda al Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia que si en el plazo de 7 días, contados a partir del 14 de mayo de 1942, el país responsable de la agresión no procede a pagar los daños y perjuicios causados, el gobierno mexicano adoptaría las medidas que reclame el honor nacional. Esa misma noche, el presidente Ávila Camacho emitió un anuncio dirigido a la nación comunicándole que un submarino de las Potencias del Eje habría hundido en el Atlántico el buque de matrícula mexicana Potrero del Llano, y que de no satisfacerse las reclamaciones planteadas a los países del Eje, a partir del día 22 existirá un estado de guerra ente México y las potencias del Eje. El 20 de ese mismo mes, otro buque – tanque llamado Faja de Oro es hundido. Italia y Japón no respondieron a la protesta, y la cancillería alemana se rehusó a recibirla. México entró así a la Segunda Guerra Mundial. El gobierno mexicano envió al Heroico Escuadrón 201, integrado por 300 hombres, que fue una agrupación de la fuerza aérea mexicana, que fue enviada a combatir por México como parte de los aliados.
El Gral. Ávila Camacho declaró ante el Congreso de la Unión el 28 de Mayo de 1942 al declarar la guerra a las Potencias del Eje:"El estado de guerra es la guerra. Sí, la guerra, con todas sus consecuencias; la guerra, que México hubiera querido proscribir para siempre de los métodos de convivencia civilizada, pero que en casos como el presente, y en el actual desorden del mundo, constituye el único medio para reafirmar nuestro derecho a la independencia y de conservar intacta la dignidad de la República"
Corría el día 10 de abril de 1944, como siempre, el Gral. Ávila Camacho estaba en el Palacio Nacional y se dirigía a sus oficinas para comenzar sus labores. Fue ahí donde un teniente de filiación extremista llamado Antonio de la Lama y Rojas disparó contra el primer mandatario. Por fortuna, el "Presidente Caballero" logró detener al agresor y resultó ileso. Se rumora que el hermano de don Manuel, Maximino Ávila Camacho, ordenó asesinar al magnicida quien había sido encerrado en la penitenciaría.
Después de la Presidencia, últimos años y muerte
Una vez terminado su sexenio, el Gral. Ávila Camacho se retiró de la política y se fue a vivir a su rancho "La Herradura". Una vez ahí, él y su esposa se dedicaron a una intensa vida social. A su residencia llegaron personajes de las altas esferas, entre ellos: Rita Hayworth, Emil Ludwig, Carlos Chávez, José Clemente Orozco, Juan Rulfo, Dolores del Río, Carlos Pellicer, Eleanor Roosevelt, Harry S. Truman, los príncipes Felipe de Edimburgo y Bernardo de Holanda, los duques de Windsor, Fulgencio Batista, Orson Welles. Para ese tiempo, el general y su esposa radicaban en un enorme terreno en el que había un rancho ganadero y una lujosa residencia, compuesta por tres hermosas edificaciones. Todas amuebladas y adornadas espléndidamente con muebles finos italianos y franceses, cuadros y esculturas, porcelanas y platerías, vajillas y candiles componían la residencia de los Ávila Camacho. Tan grande era la propiedad que tiempo después fue convertida en un fraccionamiento que lleva el mismo nombre del rancho de los Ávila Camacho. El matrimonio conservó más de cinco mil metros de jardín. Además, el lujoso hogar de don Manuel y de doña Soledad estaba dotado de una biblioteca con libros de la disciplina militar. El Gral. Manuel Ávila Camacho, aquél hombre que había sido llamado "El Presidente Caballero", aquel ilustre personaje que pudo pacificar y conciliar al país en una época conflictiva; falleció en su rancho el 13 de octubre de 1955. Sus restos reposan en el panteón Francés de San Joaquín.
Fue en la pequeña ciudad de Teziutlán donde nació el Gral. Manuel Ávila Camacho, un 24 de abril de 1896. Ávila Camacho fue el tercer hijo de los nueve procreados por don Manuel Ávila Castillo y doña Eufrosina Camacho Bello. El padre era arriero y la madre se dedicaba al cuidado de su hogar y de su numerosa prole.
Estudios
Efectuó sus estudios primarios en el Liceo Teziuteco, colegio laico que comenzó a tener renombre entre la sociedad de la región. Ávila Camacho no hizo estudios universitarios, pues la Revolución Mexicana apenas le permitió concluir sus estudios de bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria.
Participación en la Revolución Mexicana
En 1914 se unió a la Revolución Mexicana como segundo teniente al mando de tropa y alcanzó el grado de coronel en 1920. Ese mismo año se desempeñó como jefe del estado mayor del general Lázaro Cárdenas quien se desempeñaba como jefe militar y gobernador de Michoacán. Cárdenas y Ávila Camacho se hicieron buenos amigos. El 16 de diciembre de 1925, se casó con Soledad Orozco, originaria de Zapopan, Jalisco.
Para 1929 aparece combatiendo bajo las órdenes de Cárdenas contra la rebelión escobarista, sus acciones en campaña le permitieron alcanzar ese mismo año el grado de general de brigada. En 1933–1934, a horcajadas entre las administraciones de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, Ávila Camacho se desempeñó como oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina, antecedente de la actual Secretaría de la Defensa Nacional, a la que regresaría dos años después para actuar como titular del ramo desde 1936 y hasta 1939, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Ávila Camacho saldría de esa dependencia para ser nombrado candidato a la presidencia de la República, del recién creado Partido de la Revolución Mexicana.
Candidato presidencial
Más temprano de lo que Cárdenas hubiera querido, se desata la carrera de la sucesión. Las fuerzas internas del PNR se orientan por los generales Manuel Ávila Camacho y Francisco J. Múgica. Los grupos anticardenistas postulan a Juan Andrew Almazán por el Partido Revolucionario de Unificación Nacional. Aparentemente, se pensaba que la elección lógica de Cárdenas sería Francisco Múgica. Sin embargo, el presidente hace a un lado a dicho hombre y se decide por un militar moderado, su antiguo y fiel lugarteniente, Manuel Ávila Camacho. Cárdenas mismo reveló los motivos de su decisión.
”El señor general Múgica, mi muy querido amigo, era un radical ampliamente conocido. Habíamos sorteado una guerra civil y soportábamos, a consecuencia de la expropiación petrolera, una presión internacional terrible. ¿Para qué un radical?”
Lázaro Cárdenas
La elección era clara. El general Múgica renuncia a su precandidatura y Ávila Camacho queda como candidato oficial; siendo su contrincante Juan Andrew Almazán, el líder de la oposición que cuenta con el apoyo de muchos sectores anticardenistas. En medio de las movilizaciones, choques, violencia y balazos, Ávila Camacho triunfó en las elecciones del 7 de julio de 1940, con 2 476 641 votos a favor.
Presidente de México (1940 – 1946)
El general Ávila Camacho tomó posesión del cargo la mañana del domingo 1 de diciembre de 1940, en una ceremonia que tuvo lugar en la Cámara de Diputados. En su discurso inaugural el presidente afirmó:
“El clamor de la República entera demanda ahora la consolidación material y espiritual de nuestras conquistas sociales en una economía próspera y poderosa, demanda una era de construcción, de vida abundante y de expansión económica”. Para ello ofreció: “Combatir la pobreza, elevar el nivel nacional, dar garantías a la propiedad rural, defender la salud del pueblo y apoyar a la juventud” y pidió “cooperación y concordia para hacer una Patria más grande”.
Manuel Ávila Camacho en La Suerte de la Consorte de Sara Sefchovich
Política gubernamental
Durante su administración, el discurso oficial fue a favor de la unidad nacional y el modelo socialista fue olvidado. En este periodo se libró la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945); así estaba latente la amenaza del nazifascismo, que pretendía el predominio de las ideas totalitarias de la raza “aria”. El gobierno fue apoyado por organizaciones de diversos ámbitos; de esta manera se manifestaba la unidad nacional. Vicente Lombardo Toledano fue remplazado por Fidel Velázquez para dirigir la Secretaría General de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Se decretó la Ley del Seguro Social y al mismo tiempo se creó el Instituto Mexicano del Seguro Social y diversos centros hospitalarios, como el Hospital Infantil de México y el Instituto Nacional de Cardiología.
La unidad nacional frente al divisionismo político
Como una muestra más de que la Unidad Nacional pretendía erradicar los divisionismos políticos, el 15 de septiembre de 1942, Ávila Camacho convocó una Asamblea de Acercamiento Nacional, a la que fueron invitados todos los expresidentes: Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas. El hecho de reunir en un mismo evento a estos personajes – que a pesar de militar en el mismo Partido de la Revolución, tenían profundas diferencias ideológicas entre sí – llevaba la intención de hacer público el logro de la Unidad Nacional, y de que tal acontecimiento sirviera de ejemplo para quienes aún persistían en la discordia.
Política económica
El gobierno avilacamachista se favoreció debido a su aportación de materias primas agrícolas y minerales para la producción de materiales de guerra. A cambio, recibió maquinaria, herramientas, capitales y créditos, que activaron la industria, la agricultura y la minería. De esta manera, el modelo económico capitalista favoreció a la burguesía, que se convirtió en una clase poderosa y rica.
Política agraria
La política agraria cardenista no tuvo seguimiento. El ejido dejó de ser prioritario y se benefició a los terratenientes que recibieron tierras con sistemas de riego, canales, presas, etc.; se amplió la extensión de tierras en propiedad con carácter de inafectable, por tanto, el reparto agrario quedó suspendido. La Confederación Nacional Campesina (CNC) fue un instrumento del Estado y el campesino despojado de sus tierras. De esta manera esa central campesina apoyaba la política gubernamental.
Política obrera
El político mexicano Fidel Velázquez y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) se sujetaron al gobierno, los obreros ayudaron con motivo a la guerra, y se desatendieron la justicia y el derecho de huelga. Así, el Estado fue el árbitro de la vida sindical.
Educación, ciencia y cultura
En la gestión de Ávila Camacho se canceló la educación socialista, la CNC agrupó al magisterio rural; se creó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que agrupó a la totalidad del personal que laboraba dentro del sistema educativo nacional. Así, la educación y la instrucción fortalecieron la economía, al preparar a individuos para el trabajo eficiente y productivo. El gobierno permitió instituciones educativas privadas y con tendencias religiosas, que proliferaban; se incrementó la matrícula así como las instalaciones en todos los niveles educativos.
Obras públicas
Se amplió la red de carreteras para conectar ciudades importantes, se construyeron vías férreas en diversos lugares de la República Mexicana, se ampliaron las redes de correo y telégrafos, las transmisiones de radio llegaron a un auditorio más numeroso, se edificaron obras de riego y se impulsó la campaña alfabetizadora. También se fundó la Secretaría de Trabajo.
Problemas pendientes
Los problemas pendientes con los Estados Unidos eran, esencialmente, de orden económico: la compensación a las compañías petroleras expropiadas en 1938 y el pago de las deudas externa y ferrocarrilera. El gobierno ajustó la economía y así tuvo estrecha cooperación con su vecino, empeñado en ganar la guerra. Este apoyo continuó: Estados Unidos redujo un 20% aproximadamente la deuda externa de México, a cambio, se devaluó el peso $4.85 por dólar, de esa manera el gobierno estadounidense pudo adquirir materias primas y mercancías a un menor costo.
Acuerdo bilateral de comercio
Otro aspecto importante en las relaciones mexicano – estadounidense en tiempos de Ávila Camacho fue un acuerdo comercial, firmado en diciembre de 1942. Mediante el convenio con México, el gobierno de Estados Unidos tendría la venta exclusiva de toda la producción exportable de materiales estratégicos para la guerra y de fibras duras; en cambio, Estados Unidos se comprometía a vender a México productos necesarios para su desarrollo industrial.
México en la Segunda Guerra Mundial
El 13 de mayo de 1942 el buque mexicano Potrero del Llano fue hundido cerca a las costas de Florida] en el Golfo de México. Ante este hecho, México demanda al Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia que si en el plazo de 7 días, contados a partir del 14 de mayo de 1942, el país responsable de la agresión no procede a pagar los daños y perjuicios causados, el gobierno mexicano adoptaría las medidas que reclame el honor nacional. Esa misma noche, el presidente Ávila Camacho emitió un anuncio dirigido a la nación comunicándole que un submarino de las Potencias del Eje habría hundido en el Atlántico el buque de matrícula mexicana Potrero del Llano, y que de no satisfacerse las reclamaciones planteadas a los países del Eje, a partir del día 22 existirá un estado de guerra ente México y las potencias del Eje. El 20 de ese mismo mes, otro buque – tanque llamado Faja de Oro es hundido. Italia y Japón no respondieron a la protesta, y la cancillería alemana se rehusó a recibirla. México entró así a la Segunda Guerra Mundial. El gobierno mexicano envió al Heroico Escuadrón 201, integrado por 300 hombres, que fue una agrupación de la fuerza aérea mexicana, que fue enviada a combatir por México como parte de los aliados.
El Gral. Ávila Camacho declaró ante el Congreso de la Unión el 28 de Mayo de 1942 al declarar la guerra a las Potencias del Eje:"El estado de guerra es la guerra. Sí, la guerra, con todas sus consecuencias; la guerra, que México hubiera querido proscribir para siempre de los métodos de convivencia civilizada, pero que en casos como el presente, y en el actual desorden del mundo, constituye el único medio para reafirmar nuestro derecho a la independencia y de conservar intacta la dignidad de la República"
Corría el día 10 de abril de 1944, como siempre, el Gral. Ávila Camacho estaba en el Palacio Nacional y se dirigía a sus oficinas para comenzar sus labores. Fue ahí donde un teniente de filiación extremista llamado Antonio de la Lama y Rojas disparó contra el primer mandatario. Por fortuna, el "Presidente Caballero" logró detener al agresor y resultó ileso. Se rumora que el hermano de don Manuel, Maximino Ávila Camacho, ordenó asesinar al magnicida quien había sido encerrado en la penitenciaría.
Después de la Presidencia, últimos años y muerte
Una vez terminado su sexenio, el Gral. Ávila Camacho se retiró de la política y se fue a vivir a su rancho "La Herradura". Una vez ahí, él y su esposa se dedicaron a una intensa vida social. A su residencia llegaron personajes de las altas esferas, entre ellos: Rita Hayworth, Emil Ludwig, Carlos Chávez, José Clemente Orozco, Juan Rulfo, Dolores del Río, Carlos Pellicer, Eleanor Roosevelt, Harry S. Truman, los príncipes Felipe de Edimburgo y Bernardo de Holanda, los duques de Windsor, Fulgencio Batista, Orson Welles. Para ese tiempo, el general y su esposa radicaban en un enorme terreno en el que había un rancho ganadero y una lujosa residencia, compuesta por tres hermosas edificaciones. Todas amuebladas y adornadas espléndidamente con muebles finos italianos y franceses, cuadros y esculturas, porcelanas y platerías, vajillas y candiles componían la residencia de los Ávila Camacho. Tan grande era la propiedad que tiempo después fue convertida en un fraccionamiento que lleva el mismo nombre del rancho de los Ávila Camacho. El matrimonio conservó más de cinco mil metros de jardín. Además, el lujoso hogar de don Manuel y de doña Soledad estaba dotado de una biblioteca con libros de la disciplina militar. El Gral. Manuel Ávila Camacho, aquél hombre que había sido llamado "El Presidente Caballero", aquel ilustre personaje que pudo pacificar y conciliar al país en una época conflictiva; falleció en su rancho el 13 de octubre de 1955. Sus restos reposan en el panteón Francés de San Joaquín.
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