José Samitier (1902-1972), jugador español de fútbol, uno de los mejores delanteros de Europa en la década de 1920 y todo un mito del Barcelona.
2 | TRAYECTORIA COMO JUGADOR |
Debutó con el conjunto catalán en mayo de 1919 y con él conquistó la primera edición del Campeonato Nacional de Liga (1929), cinco Copas de España (1920, 1922, 1925, 1926 y 1928) y un Campeonato de Cataluña (1920), llegando a coincidir con el inolvidable portero Ricardo Zamora. Desde 1923 disfrutó de la condición de profesional (antes había trabajado, incluso, en una sombrerería del entonces presidente del Barcelona, Ricardo Graells). Tras diversos problemas con la entidad azulgrana, acabó fichando por el Real Madrid en 1932. Con su nuevo equipo incrementó su palmarés con sendos títulos de Liga (1933) y Copa (1934). Abandonó después la práctica del fútbol para hacerse entrenador, pero, tras un revés con el Atlético de Madrid, que bajó a Segunda División, decidió volver a jugar. Lo hizo en Suiza, hasta el estallido de la II Guerra Mundial.
Llegó a disputar 21 partidos internacionales con la selección nacional de España, consiguiendo con ella una de las mayores gestas de su historia. Se forjó ésta en 1920, en el transcurso de los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad belga de Amberes, donde el combinado español consiguió la medalla de plata y ganó para su juego el apelativo de furia española, a la que, además de Samitier, contribuyeron jugadores como Zamora o Pichichi.
3 | TRAYECTORIA POSTERIOR |
Tras poner fin a su carrera como jugador, regresó al Barcelona en 1944 como entrenador. Condujo a su equipo a la consecución de la Liga en la temporada 1944-45 y en 1948 abandonó el banquillo para convertirse en secretario técnico. Algunos de sus mayores aciertos en su nuevo cargo fueron el descubrimiento de un joven portero que jugaba en el Europa y que terminaría por convertirse en otro mito del Barcelona, Antonio Ramallets, así como la contratación de uno de los mejores futbolistas que defenderían la camiseta azulgrana a lo largo de su historia, Ladislao Kubala. También recomendó y estuvo a punto de conseguir la firma de Alfredo Di Stefano, que terminó en el Real Madrid tras generarse un conflicto casi político entre ambas entidades. En 1956, Samitier regresó al Real Madrid, en el que permaneció tres años. Finalmente se incorporó al Barcelona como ojeador. Murió en 1972, convertido en todo un símbolo del barcelonismo.
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