Ángel Saavedra
(1791-1865), poeta y dramaturgo español romántico, más conocido por el duque de
Rivas.
Pertenecía a una
familia aristócrata cordobesa. Realizó sus estudios en el Seminario de Nobles
de Madrid y después ingresó en el Ejército. A pesar de su juventud se
distinguió en la guerra de Independencia contra los franceses en 1808. Su
amistad con Manuel José Quintana le orientó hacia las artes y la participación
política liberal. Fue condenado a muerte por Fernando VII pero pudo huir.
Marchó a Londres donde conoció la obra de Shakespeare, Walter Scott y lord
Byron; después estuvo en Francia, Italia y Malta. En 1834 regresó a España,
tras la muerte del rey y participó de lleno en la vida política; fue embajador
en Francia, presidente del Consejo de Estado (1863) y director de la Real
Academia Española, desde 1862 hasta su muerte.
El duque de Rivas se
inició en literatura con un libro de poemas, Poesías (1814), de corte
neoclásico, tal vez por la influencia del poeta español Manuel José Quintana.
Pero, desde su estancia en Inglaterra se volvió un romántico vigoroso, primero
apasionado y original, y en sus últimos años más convencional en el uso de la
aparatosa parafernalia romántica. En su larga oda Al faro de Malta
(1828) establece la simbología de la luz del faro (liberalismo, romanticismo)
que debe servir de guía y no perderse en el oscurantismo y métodos anticuados. El
moro expósito (1834) sigue los caminos de Byron y su interés reside
precisamente en haber sido introductor del estilo en España.
Pero Ángel Saavedra
es, ante todo, un dramaturgo; su drama Don Álvaro o la fuerza del sino
(1835) sigue siendo la obra romántica por excelencia del teatro español. Está
escrita en prosa y verso y en ella se mezcla lo clásico y lo cómico al estilo
del teatro de Lope de Vega, pero en ambientes exóticos y con un argumento
exagerado de muertes, pasiones y tragedias muy del gusto de la época y que dado
el éxito de la obra, tal vez, hizo que el autor siguiera escribiendo en la
misma línea. En cualquier caso la obra tuvo repercusión internacional y años
más tarde el compositor italiano Giuseppe Verdi la usó como libreto de su ópera
La forza del destino.
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