Ángel Sampedro
Montero (1908-1973), cantaor y actor español más conocido por el seudónimo de Angelillo,
uno de los más destacados intérpretes de los cantes de ida y vuelta.
Nació en Madrid y a
los 14 años se dio a conocer gracias a un concurso de canto. En 1929, el
empresario Juan Carcellé le contrató para su espectáculo La copla andaluza,
que fue un gran éxito y con el que se presentó por primera vez ante el público
argentino. Su repertorio, además de fandangos y caracoles, abarcaba otros
estilos y canciones cercanas a la copla, como “Soy un pobre presidiario” o “Mi
jaca”. Por su pasado republicano, al concluir la Guerra Civil española tuvo que
exilarse en Argentina, donde era ya muy conocido. En 1954 volvió a España,
donde las cosas habían cambiado mucho; al no adaptarse a la nueva situación,
regresó a América, aunque volvería a su país de origen para realizar alguna
gira. Como actor cinematográfico intervino en varias películas, como El
negro que tenía el alma blanca (1934, Benito Perojo), La hija de Juan
Simón, (1935, José Luis Sáenz de Heredia y Nemesio Sobrevila) y, ya después
de la guerra, Suspiros de Triana (1955, Ramón Torrado). Murió en 1973,
en Buenos Aires.
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